Grandes artistas, familia, instituciones y un público entregado rinden tributo a El Cuchara en el Teatro Municipal de Utrera
Sentado en su palco, rodeado de su inmensa familia, hijos, hijas, nietos, algún que otro bisnieto y los representantes institucionales, Antonio Peña Otero El Cuchara de Utrera agradece su homenaje, abre los brazos y jalea: “¡Olé Utrera!”. Y Utrera le corresponde: “Olé tú, Cuchara!”.
El plantel de artistas es importante. Muchos de ellos han compartido fiestas con El Cuchara. Aurora Vargas, José Mercé, Tomatito y Argentina encabezaban el cartel. Utrera abrió el escenario, predominando el cuplé por bulerías. Los más cercanos a El Cuchara, prácticamente familia: El Marquesito, Manuel de Angustias, Manuel Amaya y José de la Buena, acompañado de las guitarras de Pitín y Pitín Hijo.
Los Morancos animan el cotarro. Estos “gitanos de Ikea” con su pinta de suecos, tienen el alma morena y el compás en sus ocurrencias. No les falta la “pataíta” que bordan junto a la guitarra de Joselito Acedo, que repite en numerosas ocasiones sobre el escenario. Los alagos y palabras de admiración para El Cuchara vienen de parte de los directores de la Bienal de Flamenco de Sevilla, del ABC y del Instituto Andaluz de Flamenco.
Tras La Argentina, que interpreta por bulerías María de las Mercedes con sentimiento, cuatro puntales para la armadura más flamenca: José Valencia, Juan de la María, David el Galli y Rafael de Utrera. Comienzan al alimón y después se lucen cada uno por bulerías, cada uno con diferentes estilos y personalidades. Destaca el compás apoyado en las palmas del lebrijano Manuel Valencia y otros dos jóvenes de Utrera.
José Mercé es el único que encara la soleá y la seguiriya, con su fiel escudero Tomatito. por derecho y demostrando maestría. La fuerza festera y la gitanería viene de mano de Aurora Vargas que cautiva al personal por tangos y bulerías, con el acompañamiento de Miguel Salado.
El último cuadro es una mezcla de voces flamencas y arte acompasado. Un artista de porte como Miguel Ángel Heredia; el cantaor de postín Pechuguita, que protagonizó un mejor momento junto al baile de José Tomás de la Molía, y la jerezana Felipa del Moreno, todos acompañados de la guitarra de Pitín Hijo.
El Cuchara sorprende sobre el escenario. A su avanzada edad, no ha perdido la esencia de la fiesta. Abre los brazos y canta por bulerías. Se recoge, y continúa cantando. Alcanza la cima del espectáculo solamente con su improvisación, con la sorpresa. El arte es espontáneo y él lleva muchas fiestas a sus espaldas. Los artistas lo rodean con cariño y admiración. Gran noche para Utrera. Los homenajes en vida, sí señor.