50 CARACOLÁ LEBRIJANA Año 2015: presentación del espectáculo FLAMENCOS DE ORO
Al cante: Miguel Funi, José Valencia, Inés Bacán, Pepe Montaraz, Anabel Valencia, Fernanda Carrasco, Curro Vargas, Juana Vargas, Carmen Vargas, Jesús Flores y la colaboración especial de Pedro Peña. Juan peña “El Lebrijano” suspende su intervención por problemas de salud.
Al piano: Dorantes. Al baile: Concha Vargas y José Luis Vidal “El Lebri”.
Guitarras de Pedro María Peña (dirección del espectáculo), Antonio Malena, Luis Carrasco, Curro Vargas, Currito Malena, Juan Requena y Eusebio José García.
Percusión de Nano Peña. Batería de Javi Ruibal. Palmas de Vicente Peña, Manuel Valencia, Juan Diego Valencia y José Vargas “Kilito”.
El propio espectáculo recuerda otras figuras artísticas de Lebrija, además de las que integran el cartel. Reproducimos aquí las palabras de las presentadoras de la 50 Caracolá, María Ruiz y Carmen Romero:
“Esta Fiesta del Cante que celebramos en Lebrija no sería la misma sin nombres propios. Nombres de mujeres y hombres que han entregado sus vidas con inusitada pasión y valentía, exponiendo en cada tercio la sabiduría y el sentir de la sangre, como si les fuera la vida en ello”:
CURRO MALENA
Francisco Carrasco Carrasco, Curro Malena “Corazón de León”.
Curro Malena nació en Lebrija en el año 1945. Gitano puro, nieto de “La Rumbilla”, descendiente y pariente de una estirpe de gitanos nobles y trabajadores que honran a su raza, a su tierra y sus hijos.
Siendo muy joven descubrió su facilidad y pasión por el cante, y pronto se prometió a sí mismo alcanzar los laureles de los grandes vencedores, derrochando el esfuerzo y el conocimiento de solo aquel que se sabe capaz de conseguir todo lo que se proponga.
Cantaor de amplio conocimiento e indiscutible entrega, Curro Malena llegó a ser el cantaor con más Peñas Flamencas a su nombre y figura imprescindible de los Festivales Flamencos más importantes del mundo.
En 2011, tuvo lugar su nombramiento como Hijo Predilecto de la Ciudad de Lebrija, el mismo año se le dedicó la 46 edición de la Caracolá y pudimos escucharlo emocionados una vez más, pues no sin esfuerzo, tuvo la grandeza de los maestros, y quiso regalarnos momentos de cante desgarradores y dolientes que aún suenan en nuestros corazones.
Los que lo conocen bien saben que Curro Malena, como extraordinario aficionado que es, estará hoy pendiente desde su casa de todo lo que sucede aquí, porque al igual que nosotros, los lebrijanos, no entendemos nuestra historia sin él. Curro vivió, vive y siempre vivirá por el cante de nuestra tierra.
MIGUEL FUNI
Llegamos a unos de los momentos más importantes de la noche, la actuación de Miguel Peña Vargas, Miguel Funi.
Poder tener hoy a Miguel Funi en la 50 Caracolá de Lebrija es un auténtico lujo para este Festival, para todos los presentes, y para el mundo Flamenco en general.
No debemos olvidar que Miguel Funi es, de entre todos los artistas que hoy están en la Caracolá, junto a su primo Pedro Peña, los únicos que actuaron en la 1ª edición de este Festival cincuentenario.
Pero además, no solo es un lujo por ese dato, la actuación de Miguel Funi es una de las más importantes de esta noche por él mismo. Por lo que representa. Y porque Miguel Funi es un artista del que no hay parangón alguno entre todo el elenco artístico actual del mundo del flamenco.
Miguel representa como muy pocos ya, la autenticidad del cante y el baile de pureza, sin artificios, improvisado, creativo, arriesgado, valiente… sentido.
Miguel Funi es un artista de los que ya no hay. Es artista las 24 horas del día, los 365 días del año, desde que se levanta hasta que se acuesta,y desde el mismo día que nació.
En la 42º edición de la Caracolá de Lebrija, año 2005, a Miguel Funi se le entregó el Caracol de Oro, insignia que él dignifica con su arte y su legado.
MARÍA LA PERRATA
En el año 1969 los organizadores de la IV Caracolá Lebrijana decidieron otorgar el primer Caracol de Oro a María Fernández Granados, María “La Perrata”. María “La Perrata” nació en Utrera en el año 1922 en el seno de una familia gitana “Los Perrate”.
A los pocos años de edad María fue considerada una niña prodigio, pues nació con ese “don” extraordinario que muy pocas personas atesoran denominado “oído absoluto”. A esta particularidad innata y prematura, se sumaba su herencia cultural y genética, legada por su familia, así como su desmedida pasión por el cante.
Siendo aún una niña, los gitanos mayores de la comarca la buscaban con frecuencia para que les cantara: “anda Perratita, cantanos un poquito”, le decían. Fue en una de esas fiestas, que el lebrijano Bernardo Peña, D. Bernardo, como le solían llamar por su exquisito trato y saber estar, se enamoró perdidamente de ella y se la trajo a Lebrija.
Y así comenzó una idílica historia de amor, y la de un hogar preñado de arte, en palabras de su hijo mayor Pedro, “un belén de fantasía”, que nos ha dejado un legado artístico, hoy imprescindible, para la historia de Lebrija y del cante gitano andaluz.
En aquellas primeras ediciones de este cincuentenario festival, a modo de ritual y ya amaneciendo, María “La Perrata” acompañada por su hijo Pedro, le cantaba la salve a la Virgen del Castillo en su propia Ermita. Los que pudieron presenciar aquellos momentos todavía se emocionan al recordarlos.
Gracias a un gran aficionado y socio fundador, como lo es Curro Sánchez de Cicloradio, hoy tenemos testimonio de aquellos amaneceres. Nos vamos a quedar con un trocito para recordarla y cerrar este homenaje a la que fue el verdadero “talismán” de la Caracolá de Lebrija: María “La Perrata”: picha aquí.
PEDRO BACÁN
Pedro Peña Peña, Pedro Bacán, nació en Lebrija, el 12 de febrero de 1951. Precisamente, la mayor parte de su vida tuvo lugar en esta misma Plaza del Hospitalillo donde hoy celebramos la 50 Caracolá de Lebrija. Su casa, es esa que está exactamente frente a este escenario a modo de Palco Real.
En su infancia, Pedro siempre fue un ser especial, abstraído y observador, que ya se sabía diferente al resto de los niños. Desde su mundo interior lleno de inconformismo y ansias de belleza, se fraguaban melodías y armonías, soñando caminos nuevos y de vuelta a su tierra.
Escogió la guitarra como vehículo transmisor de su arte, pues según sus palabras, la guitarra le brindaba un lenguaje de infinidad de puertas con las que poder liberar un espíritu inquieto del que ni podía, ni quería desprenderse.
Pedro Bacán era un fiel vigilante de su herencia cantaora, amaba la libertad y la vivía en primera persona.
En 1997, la carretera nos lo robó trágicamente, en plena madurez personal y profesional. La Caracolá de Lebrija le debe a Pedro Bacán noches inolvidables, y como no podía ser de otra manera, ese mismo año, le rindió merecido homenaje.
Pedro, tu guitarra nunca dejará de sonar por nuestras blancas callejuelas, buscando a los tuyos para celebrar una fiesta al compás del 3 por 4, la llegada del “Aluricán”. Pedro, los lebrijanos te queremos decir, donde estés, gracias tu aportación al engrandecimiento de nuestra historia!!
CONCHA VARGAS
A continuación vamos a recibir a Concepción Vargas Torres, Concha Vargas, también nació en Lebrija, en el año 1956. Considerada la Gran Dama Gitana del Baile Flamenco, Concha Vargas comenzó su carrera artística muy joven. Ya a los 12 años, pisaba los escenarios de los Festivales Flamencos más importantes de Andalucía, como el Gazpacho de Morón, junto a figuras consagradas de la talla de Fernanda de Utrera, Diego del Gastor y Antonio Mairena.
Concha ha sabido evolucionar como nadie el baile de raíz, aportándole su impronta y temperamento personal, sin desnaturalizarlo en lo más mínimo, y llevarlo por los caminos más exigentes de la disciplina y la dramaturgia.
Concha Vargas es la primera mujer bailaora profesional de Lebrija. Es decir: antes de Concha Vargas no había baile profesional de mujer en nuestro pueblo. Y esto hay que destacarlo. Es más, sigue siendo la única.
Sus muchas intervenciones a lo largo de la historia de “La Caracolá de Lebrija” nos ha dejado noches para el recuerdo, y nos ha dado, si aún cabe, más licencia para reafirmar y presumir ante el mundo de lo que todos llevamos a gala: nuestra cultura autóctona.
INÉS BACÁN
Inés Bacán es la demostración de que existe un flamenco que jamás se perderá. Su tardía presencia en los escenarios no se debe a que no supiera cantar, ni a que desconociera los cantes. El cante estaba ya en ella, de igual manera que ella estaba en el cante. Por mucho que quisiéramos jamás podríamos delimitar donde termina la persona y donde comienza la cantaora y viceversa.
Si hubiera que decidir de entre los nombre de todas las cantaoras que destacan por la pureza y la autenticidad de su expresión, Inés Bacán se llevaría la palma.
JOSE VALENCIA
De José Valencia podríamos decir lo mismo, con la diferencia de que en José el cante se mostró públicamente desde su infancia. José se supo cantaor desde que era un niño, y se procuró minuciosamente un basto conocimiento del flamenco, y de los flamencos, que lo han convertido en una realidad de una madurez y solidez insólita.
Si hubiera de decidir de entre todos los jóvenes cantaores, que destacan por el conjunto de facultades, conocimientos y autenticidad, igualmente, José Valencia se llevaría la palma.
DORANTES
David Peña, “Dorantes”, rama procedente del mismo árbol que los anteriores, a diferencia de Inés y José, buscó otro instrumento con el que expresar la herencia musical de su sangre, y a la vez de poder dar riendas sueltas a un espíritu inquieto y creativo que no entiende de fronteras, sino de la universalidad de los sentimientos y la libertad de los artistas.
Si hubiera de decidir de entre todos los instrumentistas-compositores de la actualidad que reúnan virtuosismo, expresión y autenticidad, Dorantes se llevaría la palma.