Crónica del espectáculo Alfa y Compás de Fernando Jiménez en la Fiesta de la Bulería Joven de Jerez 2022
Sabíamos a lo que íbamos. El espectáculo Alfa y Compás que ha montado el bailaor jerezano Fernando Jiménez para la FIESTA DE LA BULERÍA JOVEN este año 2022 es un prodigio del compás por bulerías. Los jóvenes vienen con fuerza. El espectáculo te mantiene alerta y derrocha gitanería. El bailaor saca nada menos que cuatro indumentarias durante todo el espectáculo y el cuerpo de cante no puede ser más potente.
Manuel de la Nina, Enrique Remache, Manuel Moneo y Juan de la María por la parte masculina. Se lucen por bulerías pero también en los tientos a modo de presentación. Coral de los Reyes, Ana de los Reyes, Estefanía Zarzana y Junquera, se lucen por bulerías en una primera parte que ya pone la seña de identidad jerezana sobre las tablas del escenario situado en una bucólica Alameda Vieja de Jerez.
Los artistas invitados hacen sus cositas buenas. Maloko Soto en su registro, Lela Soto por malagueñas y abandolaos enamora, como siempre. El escenario se tiñe de blanco para seguir por alegrías de Cádiz para gusto del personal, que acompaña Fernando Jiménez con su baile mecido y acompasado, invitando a bailar a Rocío Marín, Merci del Chícharo y una Saray García que destaca por su desparpajo. También hay un violín de fondo, percusión y guitarras en el grueso del espectáculo.
Un espectáculo bien montado, con la ronda de tonás empieza la segunda parte. La Felipa del Moreno coge protagonismo por minutos y remata Fernando Soto con su canción por bulerías. Los artistas invitados acompañados por la guitarra de Pepe del Morao, que se luce también con su momento en solitario. Un momento de esplendor con José Gálvez sobre el escenario y un Fernando Jiménez elegante y señero.
Y en eso llegó José Valencia y como dice el cantar popular en Cuba: “Llegó el comandante y mandó a parar”. El cantaor lebrijano afrontó un romance que ralentizó el compás por bulerías, templando al personal sobre el escenario y entusiasmando al público que siempre reconoce los grandes momentos cuando estos son grandes de verdad. Jaleos, palmas, admiración y asombro durante los diez minutos eternos de bulerías arromanzadas en los que Fernando Jiménez se conectó con sus raíces, echó el ancla y se topó de frente con un cantaor cargado de sabiduría y de capacidad para revolucionar el espectáculo y aportar la diferencia que solo añaden los grandes cantaores de este siglo XXI.