El espectáculo Oro Viejo recuerda el cante de gañanías, el que queda en la memoria sin haberlo vivido
Oro Viejo es sin duda un recuerdo al cante gañanías a lo antiguo, al que se queda en la memoria sin haberlo vivido, al que va en los genes. Para empezar, la frescura de Jesús Vargas, nieto del chache Viá, tocó por bulerías que pondría a su abuelo a bailar.
A partir de ahí comienza El Pajarito, que se acuerda del Lebrijano por tientos; Juana Vargas nos hace cantiñas de la tierra; El Ovejita, con su seguiriya rematada con cabal, y Manuel de la Costá nos regala su personalidad por soleá. Ani del Lata su bulerías acordándose de Lole y Manuel. Guitarras de Antonio Moya y Luis Carrasco Pancere.
Fin de fiestas por bulerías donde cada uno sacó sus influencias, con las pataítas de Alonsito y Ángel del Viá, que también acompañaron a las palmas junto a Antonio Maleno. Sin duda un espectáculo muy especial que sin duda se podría haber hecho antes.
Sigue la noche con la paisana Eva Ruiz, cantaora curtida en los tablaos, se nota preparada. Unos tientos interesantes llevada por José Almarcha. Eva puso en la noche la variedad de cantes libres, cantes de levante, granaína con remate de abandolao, y un tema muy especial para ella y su familia «Los Sangre», terminando por bulerías, un palo diferente a lo anterior. En la percusión estuvo acompañada de Nasrine Rahmani.
Para rematar la noche nos viene de Sevilla El Carpeta, bailaor de zaga gitana, zaga de raza y empaque. Bailaor que te pone las pilas y te levanta del asiento. Empieza por toná, momentazo; sigue por seguiriya, todo muy racial y personal. La Farruca nos regala su baile por soleá, con su madurez bailaora nos arrolla. Destaca Juan Villar en su cante. Vuelve El Carpeta con su alegría llena de fuerza. Termina por bulerías, todo el espectáculo muy bien acompañado musicalmente, nos llama la atención el piano.
El propio Carpeta nos presenta su banda: «Miguel Fernández, a la percusión; Antonio Montoya a las palmas, la voz y palmas de mi primo Juan Fernández; mi director musical, Melchor Borja, al piano; la guitarra de Luis Amador, y la voz del maestro, Antonio Villar«.















