La cultura gitana quedará para siempre representada como memoria viva junto a escritores y destacados nombres del arte
La Caja de las Letras de la sede madrileña del Instituto Cervantes guarda en sus cajas de seguridad una gran cantidad de legados que desde 2007 han ido depositando personalidades de la cultura en español. Reconocidos escritores —entre ellos todos los premios Cervantes desde ese año— y destacados nombres del cine, el arte, la música, la danza, el teatro o la ciencia han dejado en esta antigua cámara acorazada del Instituto Cervantes en Madrid retazos de su trayectoria vital y profesional.
La Caja de las Letras atesora bajo llave esos simbólicos legados como memoria viva de la cultura de España y de los países hispanohablantes. En la caja número 872 se ha depositado, desde el pasado 29 de noviembre de 2024, el legado del MÚSICO GITANO Juan Peña El Lebrijano.
El legado ha comprendido cinco LPs (Persecución, La Palabra de Dios a un gitano, Tierra, Ven y Sígueme y Lebrijano en el Teatro Real), además de los CDs Casablanca y Cuando Lebrijano canta se moja el agua. Asimismo, la familia del artista sevillano ha dejado también un pendrive —o memoria USB—, dentro de un estuche, con grabaciones de los años 60 y 70.
Los hijos de Juan Peña Fernández, Juan y Ana, han presidido el acto en el Instituto Cervantes, en el que han participado el director de Gabinete y Comunicación Institucional del Instituto Cervantes, Philippe Robertet, y el alcalde de la localidad sevillana de Lebrija, Pepe Barroso.
Juan Peña hijo ha sido el encargado de describir el legado cultural y musical que se ha depositado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Juan Peña ha apuntado que la extensa trayectoria de El Lebrijano, con una treintena discos, ha dificultado la posibilidad de reunirlos todos para el legado, por lo que han optado por:
- Un pendrive con grabaciones de los años 60 y 70 «con ortodoxia flamenca» y colaboraciones con guitarristas como Paco de Lucía o Paco Aguilera.
- La palabra de Dios a un gitano (1972), un disco con el que su hijo se siente «muy vinculado», ya que vivió en Madrid durante la grabación del álbum, en un periodo en el que su padre cayó enfermo. «Está dedicado a La Niña de los Peines, es sinfónico y, en mi opinión, el primer disco de música flamenca vanguardista».
- Persecución (1976), un trabajo «que ha sido y sigue siendo muy importante para muchos colectivos y el pueblo gitano», ha comentado que fue grabado cuanto todavía vivía el dictador Francisco Franco y su padre «se la jugó un poco». «Sigue siendo vendido y ya han pasado hace más de 50 años y plasma toda la historia del pueblo gitano en la Península Ibérica», ha añadido.
- Lebrijano en el Teatro Real (1981) supuso la entrada del primer artista flamenco al coliseo madrileño en el año 1979.
- Ven y sígueme (1982) también conllevó «otra novedad», puesto que fue entendido como «una ópera flamenca» en la que participaron artistas como Rocío Jurado y Manolo Sanlúcar. «Está basado en los Evangelios de San Mateo, es muy visual y se puede llevar incluso a teatro, todavía está por desarrollar», ha afirmado.
- El disco Tierra (1992): se trata de la visión particular del Lebrijano sobre la travesía a América de Cristóbal Colón-
- Casablanca (1998), que supuso la «recuperación de la música arábigo andaluza». «Mi padre tenía cierta relación con Marruecos, su rey consideró un préstamo con sus músicos, y al final realizó una obra muy interesante de escuchar», ha apuntado Peña.
- Cuando Lebrijano canta se moja el agua (2008) (presentado en el Instituto Cervantes entonces), el hijo del cantaor ha recordado que se puede entender como un homenaje al premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. «El disco lo hace en prosa, que es algo muy difícil musicalmente y hay un olor a la casa de los Peña, con la participación de mis primos», ha concluido.
Tras el acto, se ha celebrado un coloquio en el que han participado Diego Fernández, director del Instituto de Cultura Gitana, y Alfonso García, periodista. Además, ha contado con las actuaciones del cantaor José Valencia y del guitarrista Pedro María Peña, que han interpretado temas representativos de la creatividad de Juan El Lebrijano, como las galeras y el Sermón de la Montaña del disco Palabra de Dios a un Gitano (bulerías de Lebrija).