BAR PAULA_Lebrija por bandera

Lebrija entrega el Caracol de Oro 2022 al desaparecido Bar Paula que forma parte de la historia del flamenco

En esta época en la que vivimos, en la que funciona mejor y triunfan las grandes producciones flamencas, Lebrija rinde homenaje y le entrega el Caracol de Oro 2022 a un espacio desaparecido, a un lugar de encuentro, a la barra de un bar… a un momento espontáneo, a la fiesta gitana, a media hora de cante que te transforma y que vale más que toda una vida.

Al final de la década de los 50 del siglo XX, el matrimonio formado por Francisco Paula y María Valencia deja las tareas del campo para montar un negocio. El Bar Paula que ha ido cambiando de ubicación pero que siempre ha conservado, a lo largo de las décadas y hasta pocos años antes de la pandemia, el ambiente flamenco. Una tasquita primero en la calle Trinidad, el bar después más próximo a la Plaza de España en Lebrija, y finalmente El 1 de San Román en Sevilla, este establecimiento forma parte ya de la historia del flamenco y así se le va a reconocer en la 57 edición de la Caracolá Lebrijana el próximo 23 de julio.

El Bar Paula forma parte también de la historia de la Caracolá. Muchas decisiones se tomaron entre sus paredes. Aficionados al flamenco ligados a su fundación pasaron largas horas y entre copas y cantes idearon el festival flamenco lebrijano.

Artistas y cantaores aficionados de Lebrija han protagonizado momentos que quedarán en la memoria de aquellos que lo vivieron. Un mostrador de madera adornado con una gruesa soga servía de soporte para nudillos expertos en compás. Un cuartito al fondo buscaba la intimidad del arte, a semejanza de otros bares o templos del flamenco ubicados en Sevilla y Madrid. Las paredes se adornaban con fotografías de los cantaores de culto, de toreros y de escenas costumbristas de Lebrija tomadas por Mario Fuentes Aguilar.

Durante las décadas gloriosas de los años 70 y 80 en Lebrija, el cante gitano de buenos aficionados como el Lagaña y Bastián Bacán sonaba entre las paredes de un bar que gemía por seguiriyas y soleá. Cuando Juan José Vargas El Chozas dejaba por unos días los cortijos y gañanías y aparecía por su ciudad natal, desplegaba su personalidad cantaora en el interior de este bar, testigo de sus genialidades flamencas.

Cuenta Pedro Bacán, en unas notas manuscritas que nos brinda su familia, que llegaba un 24 de diciembre a Lebrija y que se fue “para el sitio adonde me tenía que ir: al Bar Paula“. La sensibilidad del músico lebrijano nos transmite precisamente el encanto y la fascinación que representa un lugar como este bar en el imaginario flamenco y gitano: “Allí estaban casi todos los flamencos. Aquellos gitanitos esperaban celebrar la fiesta de Nochebuena que se aproximaba. Eran varias reuniones pero al mismo tiempo era una sola. Éramos muchas personas y una persona al mismo tiempo. Sabíamos quiénes éramos y lo que queríamos. Nos conocíamos en todos los sentidos y nos entendíamos. Aquello era algo quizás inexplicable, pero al mismo tiempo perceptible y admisible”.

También el resto de los artistas profesionales de esta época han hecho historia en el Bar Paula. Curro Malena, Manuel de Paula, Miguel Funi, Juan Peña El Lebrijano, la guitarra de Pedro Peña… y otros muchos han vivido momentos memorables en este oratorio flamenco, donde al principio de sus carreras artísticas se organizaban los viajes con aficionados a otras localidades para verlos cantar y llevarse los premios. Era otra época en la que los aficionados también vivían de forma trascendental el flamenco.

Jornaleros gitanos de Lebrija, en días de lluvia, volvían con sus capachas al pueblo y se refugiaban en el Bar Paula. El propio Antonio Mairena coincidió una mañana con una cuadrilla y nunca pudo soñar con mejor compás por bulerías. Después de una jornada de cante sin medida, salió recitando: “Esta noche con mi borrachera, en el Bar Paula he puesto bandera”.

De las familias y pueblos hermanos de Jerez y Utrera también visitaron el Bar Paula artistas como Tía Anica la Piriñaca o María Soleá. De Utrera Pepa de Benito y las más grandes voces de Fernanda y Bernarda de Utrera, que acompañaban a la rama lebrijana de los Pininis en las fiestas familiares que se prolongaban en el bar. En la foto, una de las pocas imágenes que se conservan del Bar Paula en Lebrija: Fernanda de Utrera en una fiesta improvisada el día después de un bautizo de la familia Pinini. Instantánea tomada por el fotógrafo alemán Robert Klein en el año 1981 y cedida para su publicación a LebrijaFlamenca.com por parte del archivo Flamenco Project del Ayuntamiento de Morón de la Frontera.

Flamenco

Fernanda de Utrera en el Bar Paula de Lebrija (1981)_Fotografía de Robert Klein

La década de los 90 empieza ya en Sevilla. El 1 de San Román permanece ligado a la historia de la plaza y a la Hermandad de los Gitanos de Sevilla. Las mesas del bar sirven para aupar una saeta de Manuel Mairena y las madrugadas del Jueves Santo se alargan por bulerías tras la entrada del Cristo de la Salud y la Virgen de las Angustias en su propio templo. Treinta años como embajadores de la Lebrija gitana en Sevilla y dando fama a las mejores cabrillas y caracoles lebrijanos.

Porque la cocina de María Valencia merece mención aparte. El bar era conocido también por sus cazuelas gitanas. El pollo al ajillo se olía desde la plaza, que María cocinaba con especias de la Base de Rota. El pescado fresco y el marisco se podían encontrar en ocasiones especiales y otras tapas como la cola de toro, el menudo, el bacalao al horno y la carne en salsa eran su especialidad.

#nuestroAñoFlamenco Colaboraciones del fotógrafo ANTONIO PÉREZ con LebrijaFlamenca.com

La fuerza de la web flamenca radica en la calidad de sus imágenes que reflejan un mundo único sensorial

La imagen siempre es importante en una publicación periodística. Más todavía en una crónica flamenca y más si cabe, si se pretende trasladar todo un mundo de sensaciones a los seguidores. Sin tener medios técnicos potentes, porque no hay presupuesto (somos amateur), sí tenemos conocimiento y ganas de trasladar la fuerza del momento flamenco también a través de las fotografías.

Tenemos la gran suerte de contar con la colaboración del fotógrafo tarifeño Antonio Pérez, que ha trabajado el hecho flamenco a través de múltiples perspectivas. Publica en la revista Paseo de Japón y, además de los escenarios, se nutre de las vivencias flamencas de estas tierras de la baja Andalucía. Da clases de fotografías en universidades y talleres (especialmente a gente joven) y trabaja en proyectos interensantísimos de contenido social. Recientemente ha sido reconocido con  el Premio Migraciones que concede Políticas Migratorias de la Junta de Andalucía; en la Universidad de Colombia por su trabajo sobre “Nuevas ictiologías contemporáneas” en el que plantea una reflexión sobre el problema de los plásticos y el reciclaje; y el prestigioso premio Earth Photo 2021 por su trabajo en Ghana, en la costa oeste de África (The sea moves us, the sea moves).

Antonio Pérez está siempre dispuesto a colaborar con LebrijaFlamenca.com y éstas son algunas de las fotos que hemos publicado en el año 2021:

La 54 edicicón del festival flamenco Gazpacho Andaluz acoge la exposición de fotografías de Ramón Amaya

La exposición MEMORIA DE LOS FESTIVALES FLAMENCOS podrá visitarse también durante el mes de agosto en Morón

Ha sido una forma de colaboración entre dos de los festivales flamencos más longevos del territorio andaluz. La Caracolá Lebrijana y el Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera se han intercambiado la exposición de fotografías MEMORIA DE LOS FESTIVALES FLAMENCOS de Ramón Amaya, cedida por el Ayuntamiento de Lebrija al Ayuntamiento de Morón de la Frontera para la 54 edición del festival flamenco moronense.

La exposición del fotógrafo lebrijano ha podido visitarse durante todo el mes de julio en el Espacio Cultural Santa Clara de Morón de la Frontera y se podrá visitar también durante el mes de agosto.

Se trata de una muestra de fotografías en blanco y negro de Ramón Amaya realizadas en los años de gloria del flamenco en los Festivales de las principales poblaciones de la baja Andalucía.

Ramón Amaya es un fotógrafo de Lebrija, afincado en Sevilla, con una larga trayectoria profesional en la fotografía. Ramón Amaya comenzó su carrera profesional en los tiempos en los que la fotografía era prácticamente un oficio artesanal, fue fotógrafo de prensa y se ha adaptado a la época digital, sin abandonar su punto de vista de buen conocedor del flamenco.

Emparentado con las familias cantaoras de Lebrija, Ramón Amaya posee un archivo fotográfico prácticamente desconocido hasta que en julio de 2019 se organizó su primera exposición en honor al Caracol de Oro de ese año, el cantaor lebrijano Manuel de Paula. Con más de 50 años de trayectoria profesional, Ramón Amaya sigue activo y publicando sus trabajos en Objetivo Flamenco Ramón Amaya de Facebook.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO INAUGURACIÓN EXPOSICIÓN