Todo cabe en el Gazpacho de Morón

Desde la seguiriya electrónica de La Tremendita al baile majestuoso de Manuela Carrasco

El gazpacho lleva, de toda la vida, tomate, pan, aceite y sal. Hay quien le echa guarnición, de pepino o huevo duro. Y los más atrevidos le echan uvas o manzana. Todo cabe en el gazpacho si al final el gusto es exquisito.

La 55 edición del Gazpacho de Morón fue exquisita. El público disfrutó de lo lindo con la oferta variada. El homenaje muy local pero muy entrañable, a Diego Cano, un hombre comprometido con el flamenco y padre de Moi de Morón, que normalmente canta para bailar y en esta noche ofreció al público un recital flamenco en solitario. Las tablas se le notan.

La Macanita con su voz tan dulce y su eco personalísimo, especialmente motivada con el acompañamiento de Diego del Morao. Pataíta de arte, por cierto, del guitarrista jerezano. Israel Fernández era la gran novedad (al menos para esta web) y, la verdad, camaronea demasiado. Vamos a darle otra oportunidad en Lebrija, que estará en la #57Caracolá. Lo que se confirma es que arrastra a la juventud, y eso es bueno.

La Tremendita tiene un discurso muy elaborado y muy personal. Con su bajo eléctrico no deja de sonar flamenquísima. Empieza el recital por seguiriyas, nada menos. Destacamos los tangos con puesta en escena rockera. Magnífica la guitarra de Joselito Acedo y el acompañamiento de palmas. Y ya por fin el plato fuerte para el final. Una Manuela Carrasco majestuosa y un Extremeño impecable. La bailaora toca el olimpo con sus manos. Así hay que salir de los festivales, colmados de flamencura.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO de Araceli Pardal

 



Flamenco

Gazpacho de Morón 2022_La Macanita




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Gazpacho de Morón 2022_La Tremendita


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Gazpacho de Morón 2022_Manuela Carrasco



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Gazpacho de Morón 2022_Manuela Carrasco


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Gazpacho de Morón 2022_Manuel Carrasco


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Gazpacho de Morón 2022_Manuela Carrasco

Los buques insignias del flamenco en la #54Caracolá de Lebrija

Jesús Méndez, Diego del Morao y El Farru trajeron su equipaje lleno de piedras de cal en cante, toque y baile

Tres buques insignias, dos de Jerez y uno de Sevilla, anclaron la noche del sábado caracolero en las marismas de Lebrija. Cada uno llegó con su equipaje lleno de piedras de cal en cante, toque y baile para el encalado de un patio de la Lebrija antigua, aquí donde dormían las bestias, donde se guardaban cosechas, donde descansaba el vino en la bodega… aquel patio de monjas y curas ya no lo encalan más después de la noche flamenca de ayer, el año que viene Dios dirá.

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54 Caracolá Lebrijana 2019_Flamenco con Jesús Méndez, Diego del Morao y El Farru

Eran las 11 de la noche pasadas cuando se subieron al escenario Jesús Ruiz, Diego Moreno y Antonio Fernández. Y dirán muchos ¿quiénes son? Pues os adentro más en los misterios del flamenco tanto en el cante, toque y baile. Y digo Jesús Méndez, Diego del Morao y al baile, el segundo hermano de los Farruco, el Farru.

Venían con un espectáculo a los caracoles flamencos de Lebrija con un buen equipaje en su espaldas, cal de las buenas por ser de donde vienen cada uno. De Paquera, de Moraíto Chico y de los Farruco. ¡Cierra la  puerta y no dejármela entorná!

Jesús Méndez nos deleitó con un abanico amplio en su repertorio: alegrías, malagueñas, soleá por bulerías, seguirillas, bulerías acordándose de Luis de la Pica y de Rafael de Paula, y su participación con Farru. Cada uno con su propio estilo apaquerado y con su elegancia y escenario de torero. Se va para su casa y no se le arrugan ni los picos de la chaqueta, ¡tremendo Jesús!

Quizás, y es mi opinión personal, donde no me gustó mucho fue en ese ajuste de organización entre la actuación de Farru y después entró él por seguirillas. Lo noté que le costó entrar y quizás fuera porque el desgaste de cantarle al Farru y después del huracán que nos dejó Antonio Fernández le hubiera pegado hacer algo más de compás y más alivio. Pero es así y con sabiduría y entrega salvó las manillas del reloj.

Traía Jesús para acompañarle una guitarra de mucho peso. Un músico de cabeza hasta los pies. Hijo del mismísimo Moraíto Chico (mi ejemplo a seguir): Diego del Morao. Este tocaó de niño dormiría en una cuna donde los palos de los varandales serían cuerdas y entre llanto y llanto se calmaría tocando las cuerdas. ¡Ole Diego! vaya repertorio musical.

Y la participación del bailaor tuvo sus momentos de tener al lleno del patio muy atento y muy metido en el sonar de su arte. Cada zapateado un grito de donde reviene, sus gestos y sus movimientos transmiten la tragedia de lo que le gusta y duele. Fue cortita su entrada y salida pero dejó el sello afarrucado entre aquellos naranjos culturales de Lebrija.

Eran más de las 12 y media cuando acabó una noche más de Caracolá, desembarcaron tres buques referentes en el flamenco en Lebrija y dejaron su carga de buena cal.

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54 Caracolá Lebrijana 2019_Flamenco con Jesús Méndez, Diego del Morao y El Farru

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54 Caracolá Lebrijana 2019_Flamenco con Jesús Méndez, Diego del Morao y El Farru

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54 Caracolá Lebrijana 2019_Flamenco con Jesús Méndez, Diego del Morao y El Farru

 

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54 Caracolá Lebrijana 2019_Flamenco con Jesús Méndez, Diego del Morao y El Farru

La seguiriya de ANABEL VALENCIA destaca entre el soniquete jerezano

La cantaora lebrijana pisa por primera vez las tablas del Teatro Lope de Vega de Sevilla

El Teatro Lope de Vega de Sevilla impone. Le impone sobremanera a Diego del Morao, que según dijo en la noche del lunes, 10 de febrero, estaba “con mucho miedo”. Es el teatro por excelencia de la capital, el que tiene más solera. Por allí han pasado los mejores artistas y compañías de flamenco y presume de un público exigente. Anabel Valencia acudía, por primera vez al Lope de Vega, atendiendo la llamada del guitarrista jerezano, que la incluye en su espectáculo “Al son de Diego del Morao”.

Estuvimos en el teatro un poco antes de la actuación y la cantaora lebrijana posó amablemente para LebrijaFlamenca.com:

La bulería reina en el espectáculo que Diego del Morao presenta en el Lope de Vega de Sevilla

Empezó Jesús Méndez por tonás y le siguió Anabel Valencia por seguiriya. A partir de ahí se impuso el ritmo trepidante de la bulería de Jerez, con la guitarra flamenca de Diego del Morao marcando el compás en el escenario.

Guitarra personalísima, muy de su tierra y muy de su familia. Guitarra flamenca donde las haya. Diego del Morao tiene un toque que combina el virtuosismo con la gitanería. Al son de su espectáculo, nos dejó para la historia los dos temas que tocó en solitario: una seguiriya que le sacó su lado más concertista, y las “Bulerías de mi popá“, sacadas de su disco Orate y dedicadas a su padre, en las que hizo todas las preciosas falsetas que recordamos con emoción y cariño de la guitarra desaparecida de Moraíto Chico.

Lo de Jesús Méndez y Anabel Valencia fueron dos pinceladas, dos pellizcos que se quedaron cogidos en la noche del Lope de Vega para dejar paso al compás por Jerez. La seguiriya de Anabel rasgó la noche y llevó el quejío al espectáculo de Morao.

Al cante, acompañan “Al son de Diego del Morao” los jerezanos Joaquín Marín “El Quini” y Maloko Sordera, dos estilos muy diferentes para la fiesta. El baile está a cargo de la también jerezana Gema Moneo, que se desmelena literalmente acostumbrada a estos sonidos. Hay que añadir al espectáculo las guitarras de apoyo de Pepe y Fernando del Morao.

Un espectáculo que queda definido con el título del disco de Morao: Orate, como el compás trepidante de la bulería de Jerez en dos horas de espectáculo que los sevillanos recordarán como una maravillosa locura.