«Somos los herederos de una música importante en el mundo»

DORANTES aprovecha su actuación en el Teatro Municipal «Juan Bernabé» para disfrutar de un día completo en Lebrija

Dorantes

David P. Dorantes en Lebrija. Foto: APérez.

El lugar donde está ubicada la nueva Biblioteca Municipal de Lebrija le ha traído recuerdos de su infancia. David Peña Dorantes pasó sus primeros ocho años de vida en la barriada de Barejones y bajaba estas pendientes, que antes solo eran campo, en busca de algarrobas con sus hermanos y amigos. Ahora atiende a Lebrija Flamenca aprovechando su actuación en el Teatro Municipal «Juan Bernabé». Ha venido a pasar el día y está disfrutando en su localidad natal.

David P. Dorantes: Nací aquí, en este barrio, en la casa de mis padres. Hasta los ocho años estuve en Lebrija, correteando por estas laderas. Vivía en Barejones y aquí jugaba al fútbol, cogíamos algarrobas, cogíamos remolachas y nos las comíamos… Luego destinaron a mi padre, que era profesor a Tomares, y seguimos viniendo a Lebrija a cosas de familia, bodas, comuniones… A mí me marcó mucho la infancia, también en mi música. Yo he crecido rodeado de mi tía Fernanda, mi tíos Antonio, Vicente, Pedro… mi tío Bacán, mi tía Inés, mi abuela, Perrate, mis tías Cristobalina, Catalina… el Funi… las fiestas que formábamos eran increíbles, todo eso te marca.

Lebrija Flamenca: ¿Cómo vive uno el hecho de que cuando la familia se sienta a la mesa, más del 80% van a pasar a los libros de historia del flamenco?

David P. Dorantes: Somos conscientes de la herencia que tenemos. Yo, a mis hijos les intento transmitir que son herederos de una música muy importante en el mundo. No solo de una música, también de una filosofía de ver la vida… Somos conscientes de lo que tenemos entre manos y vivimos unos encuentros muy bonitos, la música está presente siempre en nuestras convivencias… Es como una religión, casi.

Lebrija Flamenca: El flamenco es un tipo de música difícil de entender, que difiere mucho de los sonidos occidentales a los que estamos acostumbrados. Desde tu formación y como músico, ¿cómo explicas tú esta teoría de las microtonalidades en el flamenco?

David P. Dorantes: La parte más pequeña en la que se divide la música occidental es medio tono. El flamenco lo divide no en medio, sino en cuarto de tono, más pequeño todavía. Con mi instrumento no lo puedo dar, ese cuarto de tono, solo con instrumentos que no tienen trastes, como el violín, también la voz… el cante. Eso es lo que le da el matiz. Hay compositores que lo llegan a escribir, como Béla Bartók, un compositor de música contemporánea, lo pasa al pentagrama, escribe una flecha mirando a la nota y escribe el cuarto de tono. En el flamenco se da ese cuarto de tono y en la música india lo dividen en nueve, es mucho más complicado. Los gitanos flamencos lo hacen con la voz de forma inconsciente.

Lebrija Flamenca: ¿Con qué música te sientes más cómodo, después de haber tocado con músicos de todo el mundo?

David P. Dorantes: Con la música que me siento más a gusto es con mi música, la que yo hago. Luego tengo otras preferencias… está el flamenco, tengo que decirlo. Luego viene la música clásica, que es lo que he estudiado en el conservatorio. Dentro de la música clásica, la contemporánea, que se acerca mucho al jazz por las armonías que usa. La música hindú, el folklore de los países del este de Europa, de Rumanía, de Bulgaria… es muy rico. De Hungría también, un poco de todo.

Lebrija Flamenca: Cuando viajas tanto, ¿te da tiempo a conocer bien los países a los que vas, al menos musicalmente?

David P. Dorantes: No me da tanto tiempo, aunque intento buscar y si puedo, pregunto dónde puedo escuchar música realmente buena, y me voy a una especie de tasca como la que hemos estado antes… Me pasó en Sofía, en Bulgaria, dando un paseo me llevaron a un sitio donde estábamos muy tranquilos y de pronto empezaron a cantar cuatro hombres haciendo armonías… esas cosas enriquecen mucho.

Lebrija Flamenca: ¿Nos puedes hablar del espectáculo InterAcción con Úrsula López y Leonor Leal? También con Javi Ruibal en la percusión.

David P. Dorantes: La idea es la interacción de los tres elementos: el baile, la percusión y el piano, que también es percusión. Los tres elementos tienen dos cosas en común. Cada uno tiene una parte percusiva, el baile tiene los pies. Y los tres elementos tienen la parte más estética, más bella, más dulce… la armonía del piano… la capacidad de la percusión de convertirse en dulce a través de los instrumentos de pellejo, de la pulsación que se le dé, de los platos… y los brazos en el caso del baile. Interacción porque están en todo momento los tres interactuando.

Lebrija Flamenca: Te hemos visto en una campaña de la Fundación Secretariado Gitano animando a los niños a que estudien: «Gitanos con estudios, gitanos con futuro». La verdad es que no es tan obvio, es realmente importante recordarlo.

Dorantes

David P. Dorantes en Lebrija. Foto: APérez.

David P. Dorantes: Sí, es necesario e importantísimo. El pueblo gitano tiene que tener más preparación en la sociedad de ahora. Yo soy músico, no me he conformado solo con lo que he aprendido en la familia, he ido al conservatorio. Hay que estar formado para poder convivir con los demás y tener acceso a puestos de trabajo interesantes y aportar a la sociedad. Los gitanos tenemos muchas vivencias y una forma de ver la vida muy bonita que si se conjuga con una preparación podemos aportar muchas cosas. Y a los niños hay que motivarlos: hay que estudiar y no hay opción. Hay que estudiar.

Reportaje de fotografías de ANTONIO PÉREZ.

Muerte de Félix Grande y su relación con Lebrija

Lebrija le debe su genialidad a la hora de relatar la persecución de los gitanos españoles en el disco de El Lerijano

Félix Grande aprendió de niño a tocar la guitarra. Su amor por el flamenco lo llevó a investigar y estudiar la historia del pueblo gitano. Y de aquí a escribir las letras de «Persecución», una obra maestra del flamenco cantada por Juan Peña «El Lebrijano».

Félix Grande

Persecución de Juan Peña «El Lebrijano»

Una selección de episodios realmente estremecedores y bien documentados con las pragmáticas dictadas por los gobernantes del siglo XV al XVIII que condenaban a los gitanos a las galeras.

El artículo completo lo puedes leer en LebrijaDigital.com: FÉLIX GRANDE, el poeta de los gitanos andaluces.

PURA Y PURA FUERZA: la fiesta de los gitanos de TRIANA lleva el drama de la expulsión al compás de la bulería

El documental se estrenó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y esperamos que se pueda ver en las salas de la ciudad

En febrero del año 83, los gitanos de Triana, que hacía tres décadas que habitaban desperdigados por los barrios periféricos de la ciudad de Sevilla, se unen en un espectáculo flamenco en el Teatro Lope de Vega.

El espectáculo se convierte en una fiesta casi espontánea y reivindicativa en la que figuras importantísimas del flamenco y otros menos conocidos o profesionales, demuestran que en Triana hubo una época y una identidad gitana que desapareció por motivos de la injusticia social y económica.

La expulsión de los gitanos de Triana y su dispersión por barrios periféricos como Torreblanca, Las Tres mil Viviendas y otros, fue por causa de la especulación urbanística. En los años 50 y por orden gubernamental, se desalojan todos los corrales de vecinos del barrio para derribarlos y construir obra nueva. Con los corrales, desapareció también una forma de vida y de relacionarse que llevaba consigo el mantenimiento de un arte reconocido a nivel universal: el flamenco.

El documental Triana Pura y Pura hace un breve esbozo de esta circunstancia para dedicarse a exponer el espectáculo grabado y conservado por el director Ricardo Pachón: «Se trata de la última lección magistral de cómo se cantaba y bailaba eb Triana». La fuerza de la fiesta mantiene el carácter dramático y único de la historia. Se echa de menos algo más de historia y contexto, porque no solo fueron gitanos los desalojados de los corrales y porque fueron también los corrales del resto de la ciudad de Sevilla los que se perdieron, pero eso entendemos que da para otra cinta. El movimiento especulativo tuvo que ser de la importancia del pinchazo de la burbuja actual y, como siempre, pagaron los que menos tenían. No solo pagaron económicamente, sino con su propia identidad.

Antes de seguir, unas imágenes del documental:

El documental está montado a partir de los comentarios de varios entrevistados: el cantaor José Lérida; el guitarrista Manuel Molina; la bailaora Matielde Coral; el propio Ricardo Pachón, que vivió la fiesta del Lope de Vega tras sus cámaras, y el guitarrista Raimundo Amador, que en el escenario era un niño.

Los gitanos de Triana acudieron a la convocatoria de Gloria Filigrana y de Manuel Molina, a sabiendas que sería la última vez que se juntaban. En el Lope de Vega se baila y se canta como se hacía hace décadas y de la misma forma en que lo hacen los gitanos flamencos de la Baja Andalucía: expresan su sabiduría a través de la música.

Aparecen figuras históricas que hacen temblar: El Titi de Triana, con una elegancia en el baile que ya no es habitual; Manuel Cagancho «Tragapanes», que protagoniza un momento íntimo al margen de la fiesta con su martinete de Triana; la bailaora ciega Pepa «La Calzona», con un baile pícaro y ancestral; una jovencísima Lole Montoya, El Herejía, La Perla de Triana y otros muchos gitanos de Triana deseosos de mostrar al resto de la ciudad la importancia de su arte.

La fiesta va creciendo y como no ha habido ensayos, cada vez es más espontánea y más auténtica. Los gitanos cantan y bailan en un corral de vecinos imaginario y del público suben figuras que no estaban previstas, como el Eléctrico y el Bobote, que hacen un baile idéntico en paralelo; Carmelilla Montoya y, para un broche final tan magistral como inesperado, el Farruco.

No es un espectáculo cualquiera. El público jalea a compás desde los primeros minutos. Los artistas se mueven en el escenario en una actitud íntima y expresiva, que supera el erotismo para rozar la guasa y lo obsceno de forma magistral. ¿Dónde estaban estos gitanos de Triana que fueron expulsados de sus viviendas? No solo Sevilla conoce en este documental lo que se perdió como ciudad, sino que los gitanos de toda la Baja Andalucía recordarán o conocerán (lo más jóvenes) en qué lugar tiene su vértice el triángulo del cante y del baile flamenco: en lo más puro de la Triana perdida.

Merece la pena ver el tráiler para disfrutar de algunos segundos de arte, y seguimos a la espera de que el documental se estrene en algunas de las salas de cine de Sevilla: