Alguien del público respondió con un “ole” a la unanimidad tras la votación de todos los grupos políticos en el Pleno Municipal
El cantaor lebrijano Manuel de Paula ha sido nombrado, por unanimidad de todos los grupos políticos representados en el Pleno Municipal, Hijo predilecto de la Ciudad de Lebrija. El reconocimiento, encabezado por el alcalde Pepe Barroso, tuvo lugar el miércoles 29 de enero, en un acto muy emotivo en el que Manuel de Paula se mostró agradecido y emocionado rodeado de su mujer, familia, artistas y aficionados al flamenco.
Gonzalo Busto de Izquierda Unida fue el primero en intervenir, destacando de Manuel de Paula “su compromiso y modernidad”. No solo es un buen cantaor y artista, sino “un estudioso del cante gitano y una enciclopedia en vida, maestro de maestros y de futuros maestros” y aprovecho para reivindicar al equipo de gobierno “más ayudas para los jóvenes que están empezando” en el mundo del arte flamenco.
También Montserrat Guerrero, concejala del Partido Popular, intervino destacando de Manuel de Paula “su profundo respeto por la tradición, poniendo en valor sus raíces y teniendo siempre a la familia como fuente inagotable de conocimiento”.
El delegado de Cultura y concejal del Partido Socialista, Pepe Martínez, se refirió a “la flamenquería” de Manuel de Paula y destacó su capacidad para “mirarse en el espejo de la memoria”. El alcalde Pepe Barroso se sumó a las felicitaciones en nombre del pueblo de Lebrija y anunció un acto solemne en el Teatro Municipal de reconocimiento como Hijo predilecto a Manuel de Paula.
El encargado de glosar los méritos y experiencias del cantaor lebrijano fue el presidente de la Asociación del Pueblo Gitano de Lebrija, Manuel Carrasco, que lo hizo desde la emoción y la gitanería, destacando los orígenes familiares y lebrijanos de Manuel de Paula: “desde muy pequeño cantaba en las reuniones que se formaban en cortijos y gañanías, era muy sentío, cantaba y se liaba a llorar”, contó entre múltiples referencias a la vida y las fuentes del cantaor: “con trece años rompió a cantar, y su grito de su sangre en la caseta de Feria de los Gitanos de aquel tiempo”.
“Yo soy hijo de tu hija Ana, la que me ha enseñao a mí cositas que tú cantabas”, le dedicó Manuel de Paula por bulerías a su abuela La Rumbilla. Manuel Carrasco fue nombrando la discografía del cantaor lebrijano, entre otros méritos de su carrera. El cante grande de un niño gitano, Fiesta Gitana, Campo Joven… “la raíz más oscura de la rama negra del cante, así canta Manuel de Paula en Azabache“, Manuel Justicia, “Lebrija y más Lebrija” y las obras de teatro y su forma de cantar: “la riqueza musical del legado de Manuel de Paula, el llanto de su voz desnuda y llena de libertad, el grito de su sangre, su expresión nos arrastra más adentro y hacia la última habitación donde duerme el duende”.
Ramón Vargas se acercó más a sus datos familiares. “Nació en el seno de una familia gitana, su padre Manuel Valencia, el Caneco; su madre Ana, hija de José el Canario y de Ana La Rumbilla”. Se refirió a aquellos años 50 de penumbra y de mucha hambre y miseria. “Los niños de aquella época no podíamos ir al colegio, íbamos a trabajar al campo. Éramos niños jornaleros. Manuel fue niño yuntero, trabajó en los campos de Lebrija, jerez y El Puerto y en las gañanías escuchó a los gitanos y gitanas que portaban los cantes puros de Lebrija”.
Manuel de Paula recopiló todos esos cantes, los estudió y los llevó a Andalucía, España y el mundo: “ha abanderado los cantes puros de Lebrija, con mucha sabiduría y gitanería, por eso se merecía que este excelentísimo Ayuntamiento le abriera las puertas como hijo predilecto”.
En el acto estuvieron presentes arropando al cantaor su familia más cercana, así como otros artistas lebrijanos como José Valencia y Anabel Valencia, además de Luis Carrasco y Malena Carrasco. También representantes de instituciones y miembros de la comisión organizadora de la Caracolá Lebrijana.