#LebrijaBienal VIDEO MATRIARCAS Anabel Valencia

Artista invitada en el espectáculo «Estudio sobre los cantes de Lebrija» de José Valencia en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2024

La cantaora Anabel Valencia hace un repaso, por bulerías de Lebrija, a los cantes que han realizado en el pasado siglo XX las gitanas de Lebrija que, sin ser profesionales la mayoría de ellas, han contribuido de manera fundamental en la transmisión del flamenco a través de las generaciones.

La Perrata, la Perrenga, Antonia Pozo, Ana Carrasco (madre de Manuel de Paula)… distintas letritas (muchas de creación propia) y formas de cantar que han conformado a lo largo de los años el flamenco de Lebrija, con un compás y una identidad propia que lo identifica frente a otros territorios.

La forma de expresión de las familias gitanas de Lebrija explican el origen del flamenco y la identidad del cante gitano, a la vez que lo mantienen vivo y en pleno proceso de creación hasta nuestros días. Con esta recopilación de cantes por bulerías de Anabel Valencia, se demuestra que Lebrija es más que nada un matriarcado, en el que las gitanas han jugado un papel fundamental dentro de las familias gitanas de Lebrija.

Este cante por bulerías de Lebrija de Anabel Valencia forma parte del espectáculo «Estudio sobre los cantes de Lebrija» de José Valencia en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2024.

José Valencia en la Bienal de Flamenco de Sevilla_Con su verdad por delante

El cantaor lebrijano se acordó de todos los grandes que están y de los que no están, especialmente de su tío Manuel de Paula

Septiembre de 2024, una galera superviviente de Persecución del mismísimo Lebrijano encalla en Sevilla, en la XXIII Bienal de Flamenco. En una mesa rodeada de sillas de neas, uno de los capitanes generales del cante, José Valencia, descarga un cargamento sumamente enriquecedor de los misterios del pueblo gitano con sonío a Lebrija.

Isla de la Cartuja, sobre las 8:30 h de la tarde. Lebrija como escaparate en la Bienal, y no solo por el intérprete, sino por lo que hizo y lo que derramó. Descendiente de tío José de Paula, de Juanichi el Manijero, del Borrico y de Parrilla; bisnieto de la «Juanicha», nieto de Juana la «Mantequera» y Remolino por su padre, que desde uno de los balcones del cielo se encaramó en la cumbre del disfrute como los asistentes que llenaron el pabellón sevillano. José Valencia: «todo es Lebrija» y desde Lebrija para el planeta terrestre.

Para abrir una puerta de estimación y valoración de lo ocurrido el pasado jueves 26 septiembre hay que echar mano de la cumbre del gozo de la gran llamarada de los asistentes, llenazo y muy a gusto que nos fuimos. Y dejo abierta la puerta con la nota máxima a José.

José Valencia se presentó en el espectáculo «Estudio sobre los cantes de Lebrija» con un repertorio con su verdad por delante. No hay disfraz de lo comercial, sino la herencia de la inmortalidad de su pueblo errante. El pañuelo de su chaqueta era su testimonio. Cuatro palmeros, dos guitarras (Juan Requena y Pedro María Peña), sillas de neas, la semblanza y una cantaora para cubrirnos de dones gitanos y latentes, Anabel Valencia, que hizo una ristra a compás por bulerías de cantes de gitanas de Lebrija, un matriarcado al que le debe la historia del flamenco.

Lo dijo un par de veces, que lo que cantaba era solo un poquito de lo que es Lebrija en el cante, con su sello propio del sonío negro de la lebrijanía gitana. Se acordó de todos los grandes que no están y de los que están, pero especialmente a su tío Manuel de Paula, su arca de riqueza la lleva siempre como carga.

Nos dejó un recital de lingotes de oro de seguiriyas y soleá al golpe, y de plata pura las alegrías, cantiñas y tangos. Perlas preciosas de aroma indiano de la toná. La versión de los romances de la Caracola y los tientos. La sangre dinástica de la gente de bronce la expresó mediante su golpe por bulerías del Chozas. Su quejío para que sus  niños gitanos no vayan a las galeras reales y como lazo para el colofón, el baile con buen metal de su tío Antonio, lo presentó como la pieza importantísima en su carrera profesional y personal.

Escribir de José no es fácil, porque es escribir sobre los grandes, porque es Capitán General, porque es el Papa del flamenco cuando se lo pusieron, porque es cabeza de cartel donde vaya y no escribir que bonito y que bien lo hace, sino cómo lo hace y lo que derrama para ser y para llegar donde está.

Tiene una verdad como el palo cortao de González Palacios, como las neas de una silla o las tablitas de un soberao. Serás historia flamenca de nuestra tierra porque eres ese pájaro gitano que vuela por el globo y sabiendo expresarse como nadie mediante el cante, mediante el lenguaje del flamenco. La lebrijania gitana del Capitán General del flamenco, José Valencia, ¡¡qué mejor Giraldillo para ti, hermosa Giralda!!

Fotografías cedidas por la Bienal de Flamenco

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Estudio sobre los cantes de Lebrija de José Valencia_Bienal 2024@Foto Laura León

 

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Estudio sobre los cantes de Lebrija de José Valencia_Bienal 2024@Foto Laura León

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Estudio sobre los cantes de Lebrija de José Valencia_Bienal 2024@Foto Laura León

Otras fotografías 

#LebrijaBienal Factoría Cultural acoge la exposición y los encuentros dialogados con el fotógrafo Ramón Amaya

Una muestra fotográfica que reconstruye la vida del fotógrafo, nieto de Antonia Pozo y autodidacta en su profesión

El momento mágico de la Bienal de Flamenco de Sevilla también puede estar en los «otros oles» que ofrece el festival en su programación periférica. La Factoría Cultural expone, desde el pasado sábado 21 de septiembre, el trabajo del fotógrafo flamenco Ramón Amaya que lleva varias décadas ofreciendo la mirada honesta «de un testigo gitano de su tiempo» sobre el panorama flamenco.

Un fotógrafo, nacido en 1948, de formación absolutamente autodidacta, que ha sabido adaptarse a lo largo de la historia de la fotografía, a los cambios tecnológicos y a las distintas formas de difusión del flamenco, sin abandonar su punto de vista sincero y comprometido con el cante, que en definitiva es lo que importa.

Ramón Amaya es nieto de Antonia Pozo, cantaora aficionada de Lebrija, creadora de cantes autóctonos y fundamental en la transmisión del flamenco de generación en generación. «De ahí que esta historia de un fotógrafo gitano, poco conocido o invisibilizado, tomara otras dimensiones cuando descubrí que era nieto de Antonia Pozo», explicó la periodista Araceli Pardal, comisaria de la exposición junto al historiador Miguel Ángel Vargas, «porque aquí estaba la magia, como digo yo, o el infundio o la gitanería, como decís vosotros», añadió dirigiéndose al público mayoritariamente familia del fotógrafo y su mujer, recientemente fallecida Consuelo Valencia.

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#LebrijaBienal 2024_Exposición Ramón Amaya. Objetivo Flamenco en Factoría Cultural

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#LebrijaBienal 2024_Exposición Ramón Amaya. Objetivo Flamenco en Factoría Cultural


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#LebrijaBienal 2024_Exposición Ramón Amaya. Objetivo Flamenco en Factoría Cultural

El director de la Bienal de Sevilla, Luis Ybarra, tuvo el detalle de inaugurar la exposición, dándole especial importancia a estos «otros oles» incluidos en la programación oficial. La exposición enfrenta los trabajos de dos épocas muy distintas, vividas por Ramón Amaya. Una primera en blanco y negro fruto del trabajo conjunto con el crítico de flamenco Manuel Martín Martín en Diario 16, y otra al amparo del programa Zona Flamenca de Factoría Cultural.

Manuel Martín Martín, encargado de la conferencia inaugural, hizo un alegato a la fotografía flamenca, «una forma de mirar lo que nos identifica» que nos ayuda a «comprender la historia contemporánea de lo jondo». En cuanto a Ramón Amaya, le aplaudió «saber dominar la técnica para saber captar el momento» y dijo reconocer en sus fotografías «verdaderos artículos de opinión donde sobran las palabras».

El discurso más emotivo lo dio por sorpresa el hijo de Ramón Amaya, Javier Amaya, que se acordó en todo momento de su madre Consuelo «que ocupa hoy esa silla vacía» y agradeció a su padre el trabajo constante, su forma de ser y sobre todo «mi referente, porque cada vez que quiero ser un buen gitano, me miro en ti», llegando a todo el mundo al corazón y a las lágrimas.

El pasado sábado, 21 de septiembre, se celebró al abrigo de la exposición la mesa redonda moderada por el periodista Antonio Ortega sobre «Los festivales flamencos de los pueblos como espacios simbólicos de resistencia», con la presencia del cantaor Manuel de Paula, el hijo de Pedro Bacán, Sebastián Bacán, y la propia periodista Araceli Pardal.

Los próximos sábados 28 de septiembre («La mirada romaní sobre el flamenco») y 5 de octubre («El lugar de la memoria familiar como archivo») se seguirá dando ocasión a la charla en el seno de esta exposición de Ramón Amaya que ofrece la mirada de un gitano sobre los momentos vividos que quedarán en la fibra sensible de los corazones aficionados.

Fotografías de LebrijaFlamenca.com

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#LebrijaBienal 2024_Exposición Ramón Amaya. Objetivo Flamenco en Factoría Cultural