Aficionado a la escritura. 10 años en el programa Camelamos Naquerá de Radio Lebrija

El dulce sabor de la vida: amanecer a golpe de soniquete

Esperanza que apacigua lo que queda por venir

 

Ligera brisa, acaricia nuestros cuerpos desnudos entre el río y las estrellas plateadas de la noche.

Pasión envuelta por el destello de las llamas, que invaden las ansias de enriquecer la nueva vida que ya brota en tu seno, acariciando los fuertes lazos de nuestros  besos.

Bebé recién nacido

Recién nacido.

 

 

 

 

 

Compás de un lucero que  absorbe los destellos del amanecer,  haciendo brotar el llanto dulce de ilusiones compartidas en el centro de nuestro corazón.

Entre juncos y ascuas de la noche fría consumida, una sonrisa despierta entre las sábanas del alba.

Amanecer florecido de esperanzas que renuevan el azul del cielo y el verde de la hierba empapada por el rocío de la mañana, palabras de alegría que desembocan en el compás de gargantas que estallan por bulerías. Esperanza a golpe de soniquete que apacigua lo que queda por venir.

El murmullo hipócrita de la vida amenaza con el sabor amargo del desconocimiento, empañando la realidad del alma, entorpeciendo la luz que emana del corazón, enfureciendo a la cálida sangre que grita a los ojos del mundo, estremeciendo la voluntad de quien se acerca a la realidad del alma, truncando el sabor amargo de la vida, para darle el dulce sabor del conocimiento.

 

 

De Lebrija a Utrera

Este camino se ha recorrido una y mil veces y han surgido momentos de cante extraordinarios

 

Hay una letrita muy cantada por todos los gitanos flamencos: «Los gitanos cuando van a Utrera con el ojo vizco no ven la carretera». Es una de tantas letras que son originadas por el ir y venir de los gitanos de Lebrija a Utrera dando buena cuenta de  la relación que siempre ha existido entre los gitanos de uno y otro pueblo, ya sea por una visita a la tata, por una boda o por  ver a mi primo que hace mucho que no lo veo.

Este caminito ha sido recorrido una y mil veces y, a raiz  de estas visitas, se han vivido y se viven, momentos de cante y de bailes muy buenos, dando como consecuencia a día de hoy, con el flamenco ya profesionalizado, la invitación de unos y otros a compartir escenarios. De esta forma, un día cualquiera podemos encontrarnos encima de un escenario, ya sea en Utrera o en Lebrija, un conjunto de artistas de primer nivel.

Y eso, un día cualquiera me fui con mis primos a Utrera, y al escenario se subieron: Luis de Chimenea, Manuel de Angustia, Luis el Marquesito, Gaspar de Perrate; al baile, Sergio de Sevilla, y con  la guitarra de Luis Carrasco, todo ello organizado por la tata Ana la Turronera.

Así que aquí les traigo un pequeño video y unas fotos para que vean que no me lo invento.

INÉS BACÁN Y PACO TARANTO: Por mor del dinero

Los artistas nos cantan la historia, porque las letras flamencas dan buena cuenta de las penalidades de la época

El sabado 28 de septiembre, José Luis Ortiz Nuevo, Inés Bacén, Paco Taranto con Pedro Barragán a la guitarra y con la ayuda de las anécdotas de unos cuantos cantaores, le han dado forma a una historia que nos habla de las actitudes que se toman por mor del dinero.

José Luis Ortiz Nuevo nos habla por boca de Juan valderrama, Pericón de Cádiz, Carrete de Málaga, Pepe de la Matrona y Tía Anica La Piriñaca. Anécdotas reales de la vida de estos artistas donde se detallan algunas de las calamidades que tenían que aguantar los cantaores en esos años, como por ejemplo:

Cuando Carrete era un niño se lo llevaron a una tasca para que le cantara a los clientes, estos venían a altas horas de la madrugada. Carrete dormido en una mesa, lo despertaban para que cantase, contentándolo con unos caramelos. Después, de regreso a casa, le pagaban dos pesetas. También nos cuenta de la sinvergüencería que se usaba por sacarle el dinero a los señoritos, o como lo que nos cantaba Tía Anica: «este señorito no da dinero, pero sí da comida», comida ésta con la que alimentaba a sus hijos. Son anécdotas reales donde detalla con claridad el poder del dinero y la sumisión de los protagonistas para poder luchar contra la miseria.

 

A renglón seguido, Inés Bacán y Paco Taranto nos van cantando la historia, porque las letras flamencas dan buena cuenta de las penalidades de la época.

Durante todo el espectáculo, Inés y Paco cantan a dúo, haciéndonos sentir las penas de las letras, pues Inés tiene esa garganta inundada de sentimientos con la habilidad de hacerlos penetrar en nuestros sentidos, al igual que Paco. Ambos se echan un mano a mano en cada palo dando buena cuenta de porqué el Teatro Central de Sevilla está lleno. Todas las letras que se cantaron, como no podía ser de otra forma, están dedicadas al dinero:

«El dinero es muy bonito / to aquel que tiene dinero / lo llanan el señorito». Letrita que canta Inés Bacan en este mismo espectáculo. No faltaron unos toquecitos de humor durante el espectáculo, haciendo sonreir al público. Para terminar, Ortiz Nuevo se baja a las gradas y dando dinero al público, va nombrabdo a todos los corruptos que han robado dinero de las intituciones públicas y de los tratos de favor que tienen algunos políticos de los jueces, provocando el aplauso del público.

El espectáculo termina con todo el público de pie apludiendo durante unos 10 o 15 minutos, haciendo sonreir gratamenta a los artistas.