La Asociación del Pueblo Gitano de Lebrija ofrece unas flores a los pies de la bandera gitana_fotografías de WMax
La Asociación Cultural del Pueblo Gitano de Lebrija ha llevado a cabo una ofrenda floral, a los pies de la bandera gitana, con el fin de lamentar «el intento de exterminio de los gitanos y gitanas españoles conocido como Gran Redada».



La Gran Redada es un acontecimiento histórico, muy poco conocido en los canales oficiales y desarrollos educativos en este país, ocurrido el 30 de julio de 1749, a partir del cual el Marqués de la Ensenada, en nombre del Gobierno, la Iglesia y el Reino de Fernando VI en España, ordenó arrestar y aprisionar a todas las personas gitanas, sin distinción alguna» en un intento de acabar con este pueblo establecido en territorio español desde al menos el siglo XV.
Precisamente este año que se conmemora y celebra el 600 aniversario de la entrada de los gitanos en la Península Ibérica, cabe recordar que lo que se recuerda no es ni más ni menos que una historia de persecución institucional y resistencia por parte de los gitanos y gitanas españoles. Así lo ha creído el presidente de la Asociación Cultural del Pueblo Gitano de Lebrija, Manuel Carrasco, que ha explicado en la ofrenda floral que «este acto se hace para recordar y hacer reparación de las víctimas, poniendo a los pies de nuestra bandera, nuestra simbología más significativa, un ramo de flores que significa que en Lebrija, el ser diferente aporta, y no resta, como creen en otros lugares».
En este sencillo pero significativo acto estuvieron presentes representantes municipales y miembros de las familias gitanas de Lebrija, que arroparon los discursos y las palabras de Paqui Vargas y de dos niños gitanos que hablaban con sabiduría.
Para Jesús Vargas del Viá, que ha destacado esta última edición de la 60 Caracolá Lebrijana con su guitarra, «que nadie ni nada nos diga hasta dónde podemos llegar y hacer, porque nuestra cultura es una manera diferente de vivir la vida. Hemos sabido convertirnos en el ave fénix y renacer de nuestras propias cenizas después de tantos exterminios. No olvidemos esta frase: la diversidad es un regalo, no un problema». Para Moisés Vargas, «hoy es un buen día para seguir sumando a lo largo del camino que hemos andado. Derecho a derecho, libertad a libertad, éste es el mensaje que quiero deciros: Vamos a compartir y trabajar en conjunto, porque Lebrija crece con nosotros ¡Opre Roma! ¡Vivan los gitanos!».
Manuel Carrasco continúa expresándose: «Conmemoramos el aniversario de uno de los episodios más tristes y crueles de nuestro país querido, la Gran Redada o prisión general para los gitanos. Los gitanos españoles habían sobrevivido durante tres siglos, no solo a las inclemencias del tiempo en los caminos y asentamientos donde ejercían su vida, sino también a los castigos y penas de muertes por solo ser gitanos, y ahora les llegaba un intento de exterminio».
Las medidas para hacer desaparecer a la población gitana no consistieron en un genocidio físico como fue el holocausto nazi -aunque en muchos casos la muerte fue el resultado inmediato de las penas impuestas-. Las investigaciones realizadas hasta ahora permiten asegurar que lo más importante fue la separación de hombres y mujeres, para que así no hubiera reproducción biológica y no creciera la población gitana. A los hombres los mandaron a trabajar forzosamente en los arsenales y minas, en Cádiz, Cartagena, Alicante… junto a los niños mayores de 7 años, y a las mujeres las enviaron a cárceles y a fábricas de textiles junto a los menores de 7 años.
El Marqués de la Ensenada tuvo muchos problemas con este intento de exterminio, los mandatarios de los pueblos se quejaban de la acumulación de prisioneros, la rebelión de los presos, los vecinos que intentaban ayudar a las familias gitanas eran castigados… y al final terminó desterrado por el Rey por traición. Tras 16 años de arrestos y persecuciones llegó el indulto de Carlos III para los gitanos, pero este episodio histórico pasó factura.
«Detrás de todo este horror están los valores que hay que resaltar en el pueblo gitano», continúa Manuel Carrasco, «para esa supervivencia y resistencia, el nivel de adaptación y la flexibilidad que tiene el pueblo gitano. Hoy y aquí en Lebrija lo hacemos con orgullo y coraje para recordar aquellas victimas que son el pasado, el presente es el trabajo que realizamos desde la Asociación y el futuro son estos niños portentosos, que son ejemplo de la grandeza de Lebrija, madres que no son gitanas y son madres de gitanos, es decir, a corto plazo la diversidad cultural la tendremos en cada familia, y recordar señores y señoras, esta Asociación romí quiere regalar sueños culturales, pero sin imponer destino, solo tender una chispa, acercarle a cada uno de vosotros un faro para que veáis que dentro del pueblo gitano existe un fuego de riqueza que está esperando a encenderse y regalar este sueño es encender a Lebrija de cosas bonitas como la de hoy miércoles 30 de julio 2025, ¡¡sastipen tali, Opre Roma!!».






