Recorrido vivencial por las diferentes etapas de la Caracolá Lebrijana con motivo de su 60 aniversario

La Caracolá vivida y la que queda por vivir. El periodista lebrijano Alfonso García invita a la conferencia «La Caracolá Lebrijana, vivida y viva», enmarcada en el programa de la 60 edición de la Caracolá, a una serie de personas que han participado, de una manera u otra, en la gestión y siendo protagonistas sobre el escenario, a lo largo de la historia del festival flamenco lebrijano.

En primer lugar, hace un recorrido histórico con datos que ya han sido publicados en su libro sobre La Caracolá Lebrijana. La Historia presentado en 2021, desde aquella primera Caracolá celebrada en 1966 y dedicada a Juaniquín. En la mesa sobre el escenario intervienen invitados como Antonio Peña que recuerda las primeras caracolás vividas siendo un chaval y localiza el origen del festival en las fiestas familiares en las que Pedro Peña Fernández propone la idea de crear el festival lebrijano al amparo de Utrera, Morón y Mairena. Antonio cuenta cómo iban a «buscar o contratar a los artistas a Jerez y había muchísimas personas colaborando». En estas primeras caracolás, que tenían que evitar la censura del régimen, se repartía medio pollo y vino para los asistentes. «Eran muy humildes, adornábamos el escenario con sábanas de la tía María (la Perrata) y se escuchaba mejor a capela que con el equipo de sonido», argumenta.

La organización de la Caracolá Lebrijana ha pasado por manos diversas. Alfonso García hace referencia a distintas peñas flamencas, algunas desaparecidas; la Hermandad de los Gitanos y la Peña Flamenca Pepe Montaraz. En muchas ocasiones, la celebración de este festival «se tambaleó» y tuvo que lidiar con muchos obstáculos. La etapa de las mayores dificultades la representó Joaquín XX en nombre de la Peña Flamenca que relató los problemas principalmente presupuestarios. También en esta época se techó la Caseta Municipal donde se celebraba el festival, rematando así la etapa más pesimista de la historia del festival.

Cogió la gestión el Ayuntamiento de Lebrija, y Alfonso García pone especial atención en las delegaciones de Fiestas, dirigida por Lucas Castro, y de Cultura, que llevaba Ángela Mendaro. En esta etapa pasa por diversos lugares, como el convento de San Francisco o la Plaza del Hospitalillo. Algunas referencias a Carlos Cordero, que se encargó el escenario durante muchos años, o al estudio de arte de Jesús Trujillo, que inventó el actual logotipo del caracol fusionado con La Giraldilla. En esta etapa se consolida la comisión organizadora de la Caracolá.

Las intervenciones musicales también van marcando el desarrollo de la conferencia de Alfonso García. La cantaora lebrijana Isabel Malena hace unos cantes por bulerías. La joven de Utrera, Manuela del Moya, tiene unas palabritas muy cariñosas para su cantaora de referencia, María la Perrata, y se hace unos cantecitos en su nombre. Todo suena a Lebrija.

La cantaora Inés Bacán arranca por bulerías la mesa de debate, dando poco margen a la duda. Lebrija es capital del cante gitano. Habla de su hermano, que sugirió la ideo del Hospitalillo, y sentencia: «la música lo dominaba a él». Esa otra forma de relacionarse con el flamenco como parte de una identidad. «Sacaba las tonalidades del sonido de la gota de agua», explica Inés, que finaliza su intervención recordando a su padre Bastián Bacán por seguiriyas, siendo éste uno de los momentos más emotivos de la noche.

A partir del 50 aniversario, la Caracolá Lebrijana cambia de formato y su programación se extiende a varios días en la semana. Una multitud de actividades previas y de escenarios patrimoniales se reparten por Lebrija. La entonces delegada de Cultura, Tamara Carrasco, es la encargada de relatar esta etapa: «decidimos atender las distintas sensibilidades en el flamenco y potenciar su lado turístico y económico».

Para finalizar por todo lo alto, el cantaor José Valencia es invitado a conmemorar los 600 años de la llegada de los gitanos a la península Ibérica, y lo hace cantando Libres como el aire del disco Persecución de Juan Peña El Lebrijano. En todo momento, la conferencia ha estado acompañada de la guitarra de Curro Vargas y el compás de José Carrasco y José Luis Vargas Kilito chico.

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Conferencia sobre «La Caracolá Lebrijana. Vivida y Viva» en la 60 Caracolá 2025
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Conferencia sobre «La Caracolá Lebrijana. Vivida y Viva» en la 60 Caracolá 2025

Inés Bacán y Concha Vargas presentan el espectáculo Lebrisah

Las dos artistas veteranas llevarán su propuesta el Teatro Municipal Juan Bernabé el próximo sábado 24 de mayo

Inés Bacán y Concha Vargas se conocen bien y se admiran. Han trabajado juntas en numerosas ocasiones, Y no solo han compartido escenarios, también fiestas y momentos familiares. Se trata de las dos artistas lebrijanas en activo más veteranas. Son pues, maestras en el cante y en el baile flamenco.

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Presentación del espectáculo LEBRISAH de Inés Bacán y Concha Vargas

Las maestras Inés Bacán y Concha Vargas traen al Teatro Municipal de Lebrija una propuesta común, que han titulado LEBRISAH y que dirige el hijo de Concha Vargas, el guitarrista Curro Vargas. Junto al delegado de Cultura, Pepe Martínez, han presentado el espectáculo en el Centro de Flamenco. Con el subtítulo de «Fuerza y Barro», el espectáculo presenta «el baile y los sonidos de unos tiempos pasados que no podemos dejar pasar sin saborear».

Lebrisah tendrá lugar el próximo sábado, 24 de mayo (a las 20 horas), y las entradas se pueden adquirir en la Casa de la Cultura, el Bar Casa Bocho y el Bar Palaustre.

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Presentación del espectáculo LEBRISAH de Inés Bacán y Concha Vargas
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Presentación del espectáculo LEBRISAH de Inés Bacán y Concha Vargas

El universo de los Bacán en Madrid

El Círculo Flamenco de Madrid programa un cineforum y un recital de cante con los hermanos Juan e Inés Bacán

La estancia de #losBacánenMadrid comenzó con un cineforum organizado por el Círculo Flamenco de Madrid en la Cineteca, ubicada en el edificio del antiguo Matadero, donde hace más de 50 años el propio Juan Bacán, carnicero antes que cantaor, se presentó a las oposiciones públicas para ocupar una plaza en lo que ahora es un Centro de Creación Contemporánea. Los Bacán también han dado el salto de la creación hasta nuestros días.

En el cineforum se proyectaron las películas de la directora Carole Fierz Inés, ma soeur y Fiesta Gitana con los Pinini, con un coloquio posterior moderado por Javier Azcutia (del Círculo Flamenco de Madrid) que propició el encuentro entre la directora francesa y la protagonista Inés Bacán, dos mujeres que se aprecian pero que se tratan poco desde el fallecimiento en el año 1997 por accidente de tráfico del músico internacional Pedro Bacán que las unía familiarmente y también profesionalmente a través del flamenco.

La primera de las películas es un retrato intimista de la relación fraternal entre Pedro e Inés Bacán en los primeros momentos en los que la cantaora sube a los escenarios. El filme refleja la relación tan estrecha y especial entre dos personas que «salen del mismo seno» y el descubrimiento y asombro de Pedro Bacán, que lleva a su hermana a iniciar una carrera profesional que continúa hasta la fecha. La segunda es un derroche de arte en una fiesta gitana, en la que la cámara se sitúa en el interior del ambiente festero y capta los códigos familiares y artísticos, con un resultado inédito alrededor de la figura de Pedro Bacán y la familia de Los Pinini.

Y como no hay encuentro sin cante, el Círculo Flamenco de Madrid programó para el día siguiente, el jueves 24 de abril, un recital de Juan Bacán en el Teatro Flamenco. Los artistas lebrijanos viajaron a Madrid acompañados del guitarrista Antonio Moya, que abre el recital presentando una taranta de creación propia.

El Círculo Flamenco de Madrid sabe lo que hace en sus programaciones y presenta el recital en el contexto de los gitanos flamencos de la baja Andalucía. Juan Bacán es cantaor esencial, de voz tosca y profunda, que arremete los cantes de manera instintiva, basándose en la memoria familiar. Como decía su hermano Pedro Bacán: «el cante es la raíz de todo, es lo que da forma al universo flamenco».

Juan empieza por soleá al golpe, acompañado únicamente de los nudillos y tirando de letras remotas: «El sitio donde te hablé, ganas me dan de volverme y sentarme un ratito en él». Le coge bien, recorta los sonidos y se deja llevar por los jaleos de su compadre. El compás y la pausa. El cante y los silencios. Continúa con sello de la casa de los Pininis por fandangos por soleá. Estos cantes se deben escuchar poco por los madriles y Juan Bacán saluda desde el escenario a sus amistades sintiéndose orgulloso de cantar en Madrid.

Un poquito por bulerías. Sin aspavientos ni filigranas. El compás por excelencia. Juan sigue sentado en el escenario como si estuviera en el porche de su casa. Otra tanda de soleares. La guitarra brilla recordando la estrella que los guía. Juan se crece en confianza para la seguiriya, pausa el tiempo y masca el cante. Charlan sobre el escenario, improvisan y se despiden por bulerías «antes de que entre mi hermana». El broche de oro lo pone Inés Bacán con la nana de los luceros que estremece el aire. Con un mano a mano por tonás entre los hermanos, el universo de los Bacán se queda detenido en la noche madrileña.

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Juan e Inés Bacán en el Círculo Flamenco de Madrid 2025




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Juan e Inés Bacán en el Círculo Flamenco de Madrid 2025


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Juan e Inés Bacán en el Círculo Flamenco de Madrid 2025


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Juan e Inés Bacán en el Círculo Flamenco de Madrid 2025