Pedro Peña: «Nos sentimos como padres primerizos en el alumbramiento de la Caracolá»

Una mesa temática analizó en julio los «50 años de Caracolá» con organizadores y artistas de la primera edición

Pedro Peña era el gran esperado en los actos de conmemoración de las bodas de oro de la Caracolá Lebrijana. Artistas y organizadores de la primera edición coinciden en que fue él quien aglutinó a tantos colaboradores en torno a «un deseo o una convicción», como él mismo ha explicado: «estando Lebrija ubicada en un territorio privilegiado estaba más que justificado».

Que Lebrija tuviera un festival que la ubicara en el mapa flamenco de manera definitiva. Y así se fraguó la Caracolá Lebrijana, que se celebró en su primera edición en septiembre de 1966.

Caracolá

#50Caracolás Mesa redonda Pedro Peña

«En mi persona se reunieron todas las circunstancias para que se me ocurriera la idea de organizar la primera Caracolá». Pedro Peña trabajaba como guitarrista en el Potaje de Utrera, en los Festivales de Sevilla, en cursos internacionales que se daban en Jerez, en Mairena, en Morón… «Participaba y colaboraba a veces de forma desinteresada, y me dije: ¿por qué Lebrija no tiene su propio festival? con igual o más merecimiento que el resto de localidades». Lebrija tenía mucho que decir y muchos artistas creaban escuela, como Juaniquín, El Lebrijano viejo, Pinini, Antonia Pozo,… todos aportaron mucho al cante en aquellos años.

Pedro Peña se rodeó de incondicionales para poder llevar a cabo su propósito: «eran más que aficionados, se ilusionaron con mi propuesta, éramos amigos y nos unía el cante». El Ayuntamiento de Lebrija apoyaba en la gestión, pero no tenía dinero. Los primeros fundadores tuvieron que colaborar económicamente y el alcalde Emilio Mendaro también puso de su bolsillo.

Las sábanas de decorado eran de su madre María Fernández «la Perrata»; la megafonía al párroco de Lebrija; las bodegas ofrecieron sus vinos, «había más bodegas y más culto al vino», recuerda Pedro Peña, que podría no parar de contar anécdotas de aquellas primera Caracolás.

Caracolá

#50Caracolás Mesa redonda Pedro Peña

Después del Potaje de Utrera, estaba de moda llamar a los festivales con nombre de comidas típicas y tras barajar diferentes nombres se optó por la Caracolá. «Las tres primeras no tuvieron subvención del Ayuntamiento», relata Pedro Peña a quien el tema económico le parece de suma importancia, ya que era él el que se comprometía con los artistas. «Llegaba a acuerdos con ellos y me comprometía con mi palabra».

«Nos sentíamos como padres primerizos en el alumbramiento de la Caracolá», finaliza con cierta nostalgia. las deficiencias se ocultaban por el éxito y la calidad artística. «Tal era la entrega, se daba un clima de autenticidad y profundidad» durante el festival. En la cuarta edición se le dió el Caracol de Oro a María «la Perrata» que se subía por primera vez al escenario. Muchos aficionados no olvidan este momento.

«Conseguimos lo que pretendíamos», finaliza Pedro Peña, «acercar el flamenco al pueblo y que el pueblo asumiera el festival como suyo».

Nuestros RETRATOS DE ORO de la 50 Caracolá Lebrijana

Voces y gestos inolvidables de la memoria flamenca de Lebrija

Caracolá

50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_Pedro Peña

Caracolá

50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_Fernanda Carrasco

 

 

Caracolá

50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_Anabel Valencia

Caracolá

50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_Concha Vargas

Caracolá

50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_Carmen Vargas

Caracolá

50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_Inés Bacán

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50 CARACOLÁ LEBRIJANA_Retratos de Oro_José Valencia

 

 

 

 

 

 

 

Crítica flamenca del espectáculo de EL PELE Y EL PIPA en la 50 Caracolá Lebrijana

 Antonio «El Pipa» batía sus alas mientras sonaba la voz gitana y con pellizco del cantaor cordobés

Buena propuesta la del viernes de la Caracolá. Un cartel cortito pero de mucho sabor. No sé los motivos, pero nos dio cierto desangelo al entrar, poca afluencia de aficionados. La verdad es que escuchar a El Pele no tiene precio. Solamente escuchar los acordes de la sonanta, llevándonos al mundo de Caracol, nos embauca, nos lleva y nos trae en una noria de gitanería y pellizco. Incluso nos lleva en esa vorágine en un tercio por nanas.

Continúa embriagándonos por tonás y sale un ángel del barrio de Santiago batiendo alas, surcando el escanario. La imagen de El Pipa apoyando la pierna sobre el monitor, escuchando a El Pele, para el recuerdo.

Caracolá

Espectáculo EL PELE Y EL PIPA #50Caracolás

Tiempos de soleá para comenzar, recorrido soleá apolá en tonos bajos, rozando el suelo. Se va a Triana, incluso busca el romance y la termina por soleá por bulerías, lleno de poder. El genio de Córdoba sigue con unas seguiriyas a compás, de la que solo los privilegiados son capaces de hacer, partiéndose con el macho.

De nuevo participa Antonio El Pipa por alegrías, ambos funden los metales de Córdoba y Jerez. La aportación de los Cherokis, fundamental en palmas y coros, y continúan ellos solos haciendo un tema que nos recuerda nuestras pocas primaveras.

Nueva composición, un tema de Pedro Peña con el gusto e impronta suya. Y la fiesta por bulerias sin solución de continuidad, coplas, bulerías de Lebrija, etc, se El Pele se deja ir y se da su pataita.

Más compás de 3×4 para el baile, suave y elegante de El Pipa, con colaboración de dos aficionados para su momento también. Muy buen comienzo de Caracolá.