La Plaza del Mantillo se vuelca en el acto homenaje a un cantaor, aunque joven, de larga trayectoria profesional
Con la voz en off de Tere Peña comienza el acto de imposición del Caracol de Oro a José Valencia en la edición número 60 de esta Caracolá Lebrijana de 2025, haciendo un breve recorrido por la historia de este «gitano y lebrijano por parte de padre y madre, Antonio y Juana». La voz interpela a José Valencia directamente: «sin tú saberlo, ya traías en tu ser los códigos de esa razón incorpórea para ser flamenco».
Nacido en Hospitalet por razones familiares, con ocho años volvió a Lebrija con su familia. Entre los mentores y guías de sus primeros pasos en la música heredada: su abuelo Antonio y su tío Luis. Vuelve a su Lebrija y se encuentra con «gitanos de gañanías, gitanos matarifes, de forja y de trato; gitanos lebrijanos, sencillos y humildes pero poseedores de una cultura de siglos que conservan y transmiten de generación en generación». Y como bandera, el flamenco.
Lebrija y José Valencia, flamencos por los cuatro costados: «como tú José, que lo traes en la sangre y vives el flamenco. naciste para él y al encontrarlo te hizo suyo y te llevó por sus secretos a través de vericuetos llenos de placer y dolor».

Lebrija reconoce el compromiso de José Valencia con el arte flamenco y, por este motivo, se vuelca en el acto de homenaje a un artista que aunque joven (acaba de cumplir los 50 años) recibe el galardón por su larga trayectoria artística. El alcalde, Pepe Barroso, en nombre de toda la ciudad de Lebrija, preside el acto y resalta la figura del cantaor.
Durante la ceremonia, José Valencia recibe menciones y agasajos de parte del delegado de Cultura, Pepe Martínez; los miembros de la comisión organizadora de la Caracolá, entre los que se encuentra la Peña Flamenca y la Hermandad de los Gitanos, así como medios de comunicación, y empresas patrocinadoras como la Cruzcampo y Bodegas González Palacios.
José Valencia tuvo palabras de agradecimiento, recordando los años de la infancia en los que jugaba en esa misma Plaza del Mantillo, donde se celebra en la actualidad la Caracolá: «soy amigo de mis amigos, familia de mi familia, y me siento orgulloso de poder ir por las calles de Lebrija saludando, porque eso me da vida para poder seguir adelante cuando me vaya a viajar, para poder llevar este pueblo de Lebrija por bandera».



















