La presentación de las CORRALERAS CALLEJERAS se convierte en un canto a la libertad

Durante a fiesta de las Cruces de Mayo de Lebrija, las mujeres tomamos la calle y nos hacemos dueñas del espacio público

La fiesta de las Cruces de Mayo se desarrolla en la calle. Las cruces, las más auténticas, están en la calle. Se visten las hornacinas, se ornamentan las fachadas de las casas, se ponen las macetas en las aceras y el ‘tablao’ se coloca en la calle.

Cruces de Mayo

CORRALERAS CALLEJERAS de Lebrija

Las pandillas de mujeres cruceras recorren las calles de Lebrija formando un mapa irreal, distinto cada año. El callejero de la ciudad se llena de altares efímeros que las pandillas visitan dibujando una constelación imaginaria, superponiendo a los recorridos cotidianos de casa al trabajo, de casa al cole, de casa a las compras, unos recorridos diferentes, cargados de magia y solidaridad.

La fiesta, pues, transcurre en la calle. Las mujeres tomamos la calle y nos hacemos dueñas del espacio público. Nos contaban cómo la Bocha se tiraba en el suelo, a todo lo ancho de la Fontanilla, para no dejar pasar el tráfico. Y cómo las vecinas de Fuente Márquez fueron un año al Ayuntamiento con el objetivo de ocupar la escalera que sube al Castillo. La gente de Lebrija se siente con derecho a ocupar un espacio que es público, con derecho a ocupar las plazas y las calles. Y esa sensación, que nos fascina durante estos días de mayo en que nos echamos a la calle, no es otra que la sensación de libertad.

Porque es aquí donde yo quería llegar. Los pueblos que construyen su identidad en fiestas o acontecimientos que transcurren en la calle son los pueblos más libres.

A mí me gusta comparar las cruces de Mayo de Lebrija con los carnavales de Cádiz. Desde luego, Lebrija está mucho más cerca de Cádiz que de Sevilla… quiero decir que las cruces de mayo están más cerca de los Carnavales de Cádiz que de la Feria de Abril. Porque en los carnavales de Cádiz existe una cultura musical innata en el pueblo, un saber cantar, un oído que se transmite de padres a hijos. Y después está el tema de las letras, la inventiva de las letras. La picaresca… pero sobre todo, en Cádiz se canta a viva voz hasta el amanecer. ¡Hasta el día, hasta el día!

Y eso es lo que hacen estas mujeres corraleras callejeras hasta el amanecer. No dejar de cantar al son del almirez y las panderetas. En las cruces de Mayo de Lebrija no se admite un radio casette. Ningún aparato conectado a la red eléctrica. En las cruces, las mujeres cantan hasta el día y bailan sin desfallecer. Y para eso hay que tener muy buena salud y sentirse muy muy libres.

Las mujeres cruceras, las corraleras callejeras, son mujeres anónimas, que no buscan otro interés que el de vivir su fiesta y salvaguardar durante el resto del año, un poquito si cabe de esa sensación de libertad y de vida que nos llega a todas en el mes de mayo.

Algunas se han ido ya, las más mayores recuerdan con nitidez a Antonia Vidal la del Sangre, que tocaba la pandereta y sacaba letras de su propia inventiva; y sus compañeras y aliadas en las cruces del Barrio Nuevo, que se han vestido en diferentes lugares alrededor de la plazuela; María la Peraña, la madre de María, y Antonia Hormigo, la madre de Domingo, que le transmitió a su hijo la pasión por la pandereta sin ser capaz de enseñarle técnica alguna.

Pepa la del Folle tenía un grito de guerra, un ‘guijiii’ que llamaba a filas a todas aquellas personas que estuvieran dispuestas a seguirla de cruz en cruz hasta el amanecer; y Manuela Rivas se pasaba todo el año malita de los nervios y se ponía buena llegando mayo. Tantas y tantas mujeres con nombre propio, mujeres sin nombre, las mujeres de la Silera y de la calle de la Peña, donde se improvisaban las cruces en los patios de vecinos.

Estas mujeres, dueñas de la calle y del espacio público, son las corraleras callejeras. Ellas dejaron el testigo y otras vienen detrás. Es cultura, es tradición. Es la identidad de un pueblo que se siente libre.

Texto de ARACELI PARDAL para la presentación de las CORRALERAS CALLEJERAS en el Homenaje a las Sevillanas Corraleras celebrado en El Benito (Lebrija) en abril de 2014.
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