PERICO EL PAÑERO EN FLAMENQUERÍAS DE SEVILLA La lealtad al flamenco

La extraordinaria guitarra jerezana de Manuel Jero acompaña en el recital al cantaor del Campo de Gibraltar

Empezó templándose con la soleá y probándose a sí mismo. El cantaor Perico El Pañero nace de la buena afición. Leal al cante gitano, se mantiene fiel a sus raíces. El pasado viernes, 15 de marzo, ofreció un recital junto a la guitarra jerezana de Manuel Jero, en el ciclo “Íntimos de Triana” de Flamenquería de Sevilla.

Se conoce mejor a la familia paterna de Perico El Pañero, en la que absorbió el flamenco desde al cuna. Su padre y su abuelo cantaban y eran también unos buenos aficionados la cante. Sin embargo, Perico El Pañero vino a referirse a su familia materna y en su presentación dijo que sus abuelos por parte de madre eran de esa orilla del Guadalquivir en la que se encontraba: “así que aquí estoy, con un pie en Cádiz y otro en Triana”.

Siguió por fandangos y no fue hasta los tangos que no cogió la temperatura de ambiente. A partir de ahí, el cante brotó con naturalidad. Más que un recital, fue una conversación con la guitarra. Ambos artistas se dejaron llevar por los compases flamencos y se alimentaron mutuamente. Con la seguiriya se buscó más dentro, primero sentado afrontó unas bulerías por soleá con credenciales, y por fin por bulerías sacó la propia personalidad y se bailó brazos en alto, manejando el compás y el terreno, ciertamente amplio, de las familias gitanas entre Sevilla y el sur del sur de la provincia de Cádiz.

Álbum de fotos ARACELI PARDAL

Flamenco

FLAMENQUERÍA SEVILLA 2024_Perico El Pañero y Manuel Jero

 

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FLAMENQUERÍA SEVILLA 2024_Perico El Pañero y Manuel Jero

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FLAMENQUERÍA SEVILLA 2024_Perico El Pañero y Manuel Jero

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FLAMENQUERÍA SEVILLA 2024_Perico El Pañero y Manuel Jero

Los pilares de la tierra del cantaor lebrijano José Valencia

El tablao Flamenquería acoge el ciclo Íntimos de Triana de enero a mayo de este 2024

Después de estos años pasados en los que José Valencia se ha dedicado a los macroproyectos, apetecía ya verlo en un formato más reservado y personal, como el del ciclo Íntimos de Triana en el tablao Flamenquería de Sevilla. Una vez cerrado el año de Nebrissensis, en el que el cantaor lebrijano le canta a la patria chica de Elio Antonio de Nebrija, y haber paseado los poemas de Bécquer en La Alta Torre por las universidades españolas, parece que ahora los caminos apuntan para otro lado.

 

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

José Valencia ofrece, junto a la inspiradora guitarra de Juan Requena, un recital flamenco de corte clásico. Los palos tradicionales van sucediéndose en lo que parece a priori un ejercicio frecuente en el mundo del flamenco. El cantaor echa mano de la esencia y de la ortodoxia flamenca, y ejecuta una función ceremoniosa volviendo a sus orígenes. Bastaría con esto, porque la naturaleza del cante gitano es extraordinaria en su máxima expresión y José Valencia roza ya la categoría de maestro del cante grande.

Pero José Valencia vuelve a dar una vuelta de tuerca a estos cantes tradicionales para traérselos a su forma y situarlos en pleno siglo XXI. De nuevo el trabajo, el estudio y la herencia van de la mano y se alejan de la zona de confort. Por destacar algunos cantes, porque el recital mantuvo en alto el listón de la excelencia en todo momento. La soleá que sirve para templarse y para acoplarse a la guitarra, con más de una decena de letras rebuscadas en la memoria; los tientos del rey Salomón y los tangos más flamencos y más gitanos que nunca, y el triple salto mortal en la seguiriya cuyo tercer tercio algún día lo tendrá que explicar.

Por último, Juan Requena deja las cuerdas y acude al compás por Lebrija, con nudillos y palmas, y José Valencia se reconoce en su cante por bulerías. No sabemos todavía adónde nos llevan los caminos de 2024, con el estreno en la Bienal para después del verano, pero si de esto se trata, de volver al barro y a la esencia, que tiemblen los pilares de la tierra.

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

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José Valencia y Juan Requena en los Íntimos de Triana 2024

Inés Bacán a la orillita del Guadalquivir

La cantaora lebrijana muestra, junto a la guitarra de Antonio Moya, lo más íntimo del flamenco en Triana

Inés Bacán saluda a sus conocidos en el público y les dedica el recital. Entre la gente, la cantaora reconoce a sus incondicionales. También están los que, atraídos por el buen gusto en la programación y por el lugar tan recogido en pleno corazón de Triana, es la primera vez que van a escuchar a la lebrijana. Dichosos también.

Cien únicas sillas y la ausencia de megafonía. El río Guadalquivir prácticamente se oye a la derecha del escenario. Inés Bacán es la mejor abanderada de ese flamenco íntimo que desafía las leyes del tiempo. Acompañada de la guitarra noble y respetuosa de Antonio Moya, la cantaora va desgranando los cantes que representan el patrimonio musical de las familias gitanas de esta tierra de la baja Andalucía.

Solo cabe hablar de cante. El cante es el único motivo que nos convoca. La casita donde habita Inés Bacán es de polvo y arena, por tientos nos describe una humilde fortuna cargada de un tesoro intangible. Las bamberas llegan más ricas en matices, como una campanillita en las manos de un platero. Si hay un cante que define una familia, un territorio, una herencia, son las cantiñas de Pinini. Inés comienza aquí a enredar las tonalidades, como las zarzamoras por los vallaos, su cante es pura naturaleza. Por fandangos sigue definiendo su estilo, único en los escenarios de este siglo XXI.

Compases flamencos para la nana que Inés ha convertido en un género propio. Mece el cante entre sus brazos y el público no tiene más que agradecimiento. Antonio Moya aprieta la boca y surge la soleá como cante grande y ancestral, desde las minas de Egipto al bajo Guadalquivir. Finalmente se rompe en las seguiriyas, en las que no busca recovecos. Va directa al cante, como decíamos, su voz como único legado. Su única prebenda.

Fin del espectáculo por bulerías. El compás por excelencia, que ella detiene por romances, dueña del espacio y de los tiempos.

Reportaje de fotos de ARACELI PARDAL

Flamenco

INÉS BACÁN y ANTONIO MOYA en el ciclo Íntimos de Triana en Flamenquerías




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INÉS BACÁN y ANTONIO MOYA en el ciclo Íntimos de Triana en Flamenquerías