La extraordinaria guitarra jerezana de Manuel Jero acompaña en el recital al cantaor del Campo de Gibraltar
Empezó templándose con la soleá y probándose a sí mismo. El cantaor Perico El Pañero nace de la buena afición. Leal al cante gitano, se mantiene fiel a sus raíces. El pasado viernes, 15 de marzo, ofreció un recital junto a la guitarra jerezana de Manuel Jero, en el ciclo “Íntimos de Triana” de Flamenquería de Sevilla.
Se conoce mejor a la familia paterna de Perico El Pañero, en la que absorbió el flamenco desde al cuna. Su padre y su abuelo cantaban y eran también unos buenos aficionados la cante. Sin embargo, Perico El Pañero vino a referirse a su familia materna y en su presentación dijo que sus abuelos por parte de madre eran de esa orilla del Guadalquivir en la que se encontraba: “así que aquí estoy, con un pie en Cádiz y otro en Triana”.
Siguió por fandangos y no fue hasta los tangos que no cogió la temperatura de ambiente. A partir de ahí, el cante brotó con naturalidad. Más que un recital, fue una conversación con la guitarra. Ambos artistas se dejaron llevar por los compases flamencos y se alimentaron mutuamente. Con la seguiriya se buscó más dentro, primero sentado afrontó unas bulerías por soleá con credenciales, y por fin por bulerías sacó la propia personalidad y se bailó brazos en alto, manejando el compás y el terreno, ciertamente amplio, de las familias gitanas entre Sevilla y el sur del sur de la provincia de Cádiz.
Álbum de fotos ARACELI PARDAL