José Valencia ofrece un Pregón en el que pone en valor la labor de las hermandades y la singularidad de Los Gitanos de Lebrija
El cantaor José Valencia ha ofrecido, en el acto solemne celebrado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Lebrija en el Teatro Municipal Juan Bernabé, un pregón en el que ha ido intercalando sus recuerdos y vivencias en la Hermandad de los Gitanos de Lebrija con otros elogios y agradecimientos al resto de hermandades de Lebrija.
Con la presencia tanto del alcalde de Lebrija, como del delegado de Cultura, la presentación de Tamara Carrasco ha sido sencilla y emotiva, refiriéndose a la vida de José Valencia desde un punto de vista muy afectuoso: “nació lejos por casualidad y se ha convertido en orgullo de todos los lebrijanos”. También a su faceta profesional: “canta de acuerdo a sus convinciones y siendo él mismo” para terminar diciendo que lo más importante para él “es su familia”.
Un Pregón que da el pistoletazo de salida a la Semana Santa de Lebrija y en el que se han podido vivir grandes momentos, como la recreación llevada a cabo al compás de unas palmas y jaleos entre bambalinas, en la que José Valencia ha cantado por bulerías como si fuera el Miércoles Santo por la calle Almena en dirección al templo de Los Gitanos; una saeta cantada en el atril a la Virgen de la Soledad, y un final apoteósico en el que se presenta junto a la Banda de Música Virgen del Castillo la Resurrección del Señor.
Pero no solo eso. El Pregón de José Valencia no ha sido un recital cantado. Ha sido un texto perfectamente hilvanado en el que se han contado vivencias personales y cargado de datos históricos sobre cada hermandad. José Valencia ha hecho honores a su primera cuadrilla (fue costalero del Cristo durante 24 años a partir de 1990) y ha nombrado a los capataces de bien que a lo largo de la historia conforman “una jerarquía familiar” en la Hermandad del Ecce Homo de Lebrija.
Una historia que comienza en el Patio de los Naranjos de la Parroquia, donde una mujer anónima que José Valencia ha llamado “la jardinera” de la Hermandad rescató al Cristo de los Gitanos de una capilla abandonada; unas palabras para “el moreno de la Corredera” de cuando el Cristo residía en la Iglesia de Jesús, y finalmente la llegada a Belén recreada con palmas y cante por bulerías.
José Valencia va haciendo el recorrido por la Semana Santa lebrijana, nombrando a cada una de las hermandades y su historia; también un recorrido por la historia de la Hermandad, y a la vez por las calles y plazas de la localidad. Para recrearse finalmente en la forma y la identidad de la Hermandad de los Gitanos de Lebrija, que se ha convertido en “referente y pieza fundamental” de la Semana Santa lebrijana.