La artista romaní y polaca expone por primera vez en España en el Monasterio de la Cartuja de Sevilla hasta finales de marzo
La artista romaní nacida en Polonia, Malgorzata Mirga – Tas, llega por primera vez a España y estará hasta finales de marzo con una exposición que combina el gran formato con las pequeñas instalaciones en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo del Monasterio de la Cartuja de Sevilla.
Todo un universo visual de colores vivos y líneas decorativas que cuenta la historia de persecuciones del pueblo gitano en Europa. El arte de contar las grandes historias a través de los pequeños momentos cotidianos, poniendo el foco sobre el sentimiento de las familias gitanas en comunidad y la perspectiva feminista, que da protagonismo a las mujeres romaníes. Escenas representadas a través de una técnica textil en la que utiliza telas y prendas usadas por la comunidad romaní, así como pieles, lentejuelas, abalorios, plumas y otros objetos que forman un espacio creativo en busca de la identidad romaní.
En el archivo documental europeo se conoce cómo el tío de la artista, Andrzej Mirga, ha fotografiado durante el siglo XX “la magia de lo cotidiano” en los asentamientos romaníes de Czarna Góra en Polonia, donde reside Mirga – Tas hasta la actualidad. En estas fotografías se ha podido inspirar la artista contemporánea para elaborar una serie de murales o grandes tapices de arte textil, en los que representa a las mujeres en situaciones habituales en el asentamiento romaní.
A estas escenas añade, en una segunda franja, retratos de mujeres y todo un contexto de simbología basada en la astrología, y en una tercera franja y muy superior, escenas de la odisea errante de los gitanos hasta llegar a Europa. Esta primera sala de entrada se sitúa en la iglesia a modo de gran catedral, y la exposición se va adaptando a los distintos lugares del Monasterio de la Cartuja.
Atendiendo a este gran formato, le siguen unos retratos situados en la sacristía, en el lugar que ocuparan los cuadros de Zurbarán, de mujeres gitanas de Andalucía, como son Herminia Borja, cantaora vecina del Polígono Surde Sevilla, Manuela Carrasco Jiménez (gitana rubia de ojos azules que posa junto a su hija Cati) y Juana Vargas de las Heras “la Macarrona”. Porque Mirga – Tas ha querido traerse su proyecto a Andalucía en una estancia que ha durado un año en la que se ha relacionado con las familias gitanas del Polígono Sur de Sevilla.
En la última gran sala y bajo un artesonado mudéjar propio de La Cartuja, Mirga – Tas ha instalado una serie de casas de madera pensadas para el aire libre y que ya estuvieron expuestas en un bosque de su país natal, aportando de nuevo distintos formatos y espacios artísticos al arte europeo. Esta artista ha representado a Polonia en la Bienal de Venecia de 2022, lo que da muestra de su talla internacional.
Mirga – Tas también trabaja el pequeño formato flexible y versátil y trae a Sevilla una serie de biombos y capillitas populares en las que enfatiza sus mensajes principales. El respeto al entorno rural, la vida en comunidad, la importancia de los cuidados y de la solidaridad entre mujeres, y una reivindicación de la memoria que no está reñida con su visión de futuro de la comunidad romaní, aportando una mirada renovada y actual de la Europa contemporánea.
La exposición incluye una escultura que Mirga – Tas hizo para denunciar el samudaripé (genocidio romaní) en el mismo lugar donde los nazis perpetraron una matanza en un asentamiento romaní en Polonia. Esta escultura ha sido vandalizada por los movimientos intransigentes actuales y Mirga – Tas expone en La Cartuja la imagen mutilada como símbolo de la frágil memoria del holocausto que significó la muerte de miles de gitanos en Europa.