Inés Bacán, la grande dame du cante jondo, encabeza el cartel de la Primavera Gitana en Béziers y Perpignan
Sales de España por la costa, allí donde los Pirineos orientales se encuentran con el mar Mediterráneo. El mismo lugar por donde salieron a pie miles de españoles republicanos al exilio francés. La última localidad española Portbou, con una estación de trenes que bien podría ser de una capital europea. La primera localidad en Francia Cerbère, con otra estación ferroviaria de similares dimensiones y el Hotel Belvédère Rayon Vert que ya te ofrece los primeros aires flamencos.
Un territorio fronterizo que perteneció a la Corona de Aragón hasta el siglo XVII y que hoy acoge multitud de historias de hijos y nietos de exiliados españoles que salieron de España en la llamada Retirada que supuso el fin de la guerra civil en febrero de 1939 y la derrota del bando republicano.
La cantaora lebrijana Inés Bacán se dirige a Francia a casa de su amigo el guitarrista Pedro Soler y su mujer Madeleine, para encabezar el cartel de la Primavera Gitana de Perpignan. Este año está dedicada al escritor desaparecido recientemente Bernard Leblon y en ella participan el grupo Los Graciosos y otros representantes de la rumba gitano/catalana del otro lado de la frontera. El organizador del evento, el profesor Guy Bertrand, director artístico en World Harmonies, recoge a Inés Bacán en el aeropuerto de BCN y eligen la ruta de la costa para salir de España, que a esta hora de la tarde ofrece unas vistas maravillosas sobre el mar malva y azulado.
Es territorio fronterizo. En el cómic de Thomas Azuélos, Toute la beauté du monde, se mezclan historias de anarquistas españoles, jornaleras en la recolección de la naranja, un pintor dado a la bebida y espías rusos al borde de la guerra mundial, todo venido a menos en este gran hotel abandonado de Cerbère en los años posteriores a la guerra civil española. En los últimos años, Inés Bacán y otros artistas han dado clases de flamenco en este edificio art déco en vías de restauración, construido en los años 20 del siglo pasado.
Un par de días en la casa de Pedro Soler en Banyuls sur Mer para retomar la complicidad artística y abusar de la hospitalidad de los franceses y su tabla de quesos. Inés Bacán ensaya los tientos compuestos por su hijo José Bacán, Aquellos trenes, que cuentan la historia del holocausto gitano: “Oscura noche sombría, fría como el desamparo, trenes llegando de noche, cargaítos de gitanos”.
Unos pocos kilómetros más al norte por la costa está Collioure. Los colores de la bandera republicana española lucen sobre la tumba de Antonio Machado. Y esa referencia: “Sevilla 1875 – Collioure 1939″, que interpela a todos los andaluces y, en especial, a los sevillanos. Está muy bien que este lugar de culto permanezca al otro lado de la frontera, porque no solo homenajea al escritor universal, sino que se denuncia así este episodio vergonzoso de la historia de España.
Las historias de los exiliados españoles y sus descendientes están a la orden del día. Medio millón de españoles salieron huyendo del avance fascista en febrero de 1939 por esta frontera. Mercedes ha montado en el interior de una ermita “una cueva de los gitanos” con la que soñaba su madre. La mujer murió seis meses antes que el “general sanguinario”, como consta en el affiche, y no pudo volver a su Almería natal. El amor a España y al flamenco se expresan con la misma nostalgia. También Enriqueta nos acoge en su casa, y honra a su madre navarra haciendo gala de su cultura. Para ella, es un honor alojar a Inés Bacán en su casa por unas horas justo antes del recital.
La primera de las actuaciones es en las afueras de Béziers. Allí conoce Inés Bacán a los gitanos rumberos de esta parte de la frontera. Son hijos de emigrantes catalanes. Todos la admiran como primera figura del cante jondo, como pura y gitana. “¡Qué bien cantas, tita!”. Son muy jóvenes y hablan “un catalán dulce, agitanao“. Muchos de estos artistas gitanos tienen familia en España. Muñoz y Flores, los apellidos nos suenan familiares. Canta Raphael Amador rumba catalana con letras muy románticas y por fin Los Graciosos, buenos músicos entre los que destaca la voz flamenca de José María Cortés “Peruche” y la guitarra de Jean David Gabarri “Patito”.
En Perpignan el público de la Primavera Gitana, que se celebra en el Teatro Municipal, se nota entendido. Una gran foto de Bernard Leblon, especialista en cultura gitana, preside el escenario. Inés Bacán comienza por soleá con el acompañamiento de Pedro Soler, y continúa por seguiriyas. El tema sobre el holocausto gitano impacta sobre las gradas. No hay alivio y termina por tonás. El fin de fiestas en esta región de la Occitania francesa es por rumbas. El actor francés Maurice Durozier, que lleva el hilo conductor del espectáculo, hace referencia a la historia de los gitanos, que no es otra que la de las persecuciones y discriminaciones vividas por una gran parte de la humanidad.