IX Velá Flamenca Homenaje a Domingo Sánchez El Melón 2018

Izquierda Unida organiza la Velá Flamenca el próximo viernes 10 de agosto en el Polideportivo Municipal

Al cante:

TOMÁS DE PERRATE
ANABEL VALENCIA
ENRIQUE AFANADOR
FERNANDO MARGARO
WILO DEL PUERTO
JUAN BERROCAL
Con la actuación especial de JOSÉ MANUEL OLMO
Flamenco

IX Velá Flamenca Homenaje a Domingo Sánchez El Melón 2018

50 Años de Concha Vargas: Un puro sentir negro, como la tinta

La grandeza del flamenco tomó forma en el espectáculo que conmemoraba el aniversario de la bailaora lebrijana

El pasado viernes 20 de julio, en el Teatro Municipal Juan Bernabé se vivió una noche donde esa grandeza del flamenco tomó forma, su historia cabal y errante se hundió en sus raíces gracias a ese elenco de protagonistas, tanto lo de atrás (3 cantaores, 4 palmeros y 2 guitarras) como lo de delante, formaban ese grupo dedicado a los 50 años de Concha Vargas, Curro felicidades!!! Un puro sentir, negro como la tinta.

Semanas atrás se escuchaban rumores apoteósicos, se presentían momentos inigualables e irrepetibles. Así fue, ese estremecimiento que manaba desde la última habitación de la sangre de los artistas se reencontró en ese teatro de la Peña, con ese fenómeno misterioso llamado “duende” que pocos lo encuentran si no llega la tragedia y el roto con que partió, ¡¡más gustosos nos fuimos!!

Curro, hijo pequeño de la mismísima Concha, supo coser esos compases libertarios de aquellos patrones que su madre quería que estuvieran en esa noche de viernes (seguro que tendría algunos más), un juego escénico con solo una verdad por delante “50 Años de Concha Vargas”.

Butacas llenas para un espectáculo encalado por cal que supo captar lo que se fraguó en el escenario y ante todo realzar el espíritu del flamenco, con ganas de más nos fuimos: “me siento rico y afortunado aunque no tenga dinero, por aquello”.

Fila 6 y butacas no me acuerdo, pero al principio estábamos Carlos del Bocho, José   Montaburra, Chon Vargas y se nos unió Juan José del Bar Lechuga, vaya lo que disfrutamos.


Nada más abrir el telón ya se derramó allí algo que solo Concha sabe, con su gesto lo echó para fuera,  sentada en la silla, de blanco puro desafiando a esa manera única que tiene de sentir el flamenco, bailando.

Curro hizo el toque de silencio y de apertura para que aquella voz de plata fundida saliera en busca de la niña bailaora de Quintín Vargas, Anabel Valenci , nieta del Mondego fue al encuentro de Concha (reencuentro entre Manolo Caracol y Lola Flores) pero con barro de Lebrija, ya no puedo con más, suspiro ni alivio tengo.

Pero no tuvo bastante la hija del Mantequero que se desató por bulerías (los tres puñales), nos hirió por la rodilla para no levantarnos de la butaca, sentencia gitana de Anabel Valencia.

Pero aquello acababa de empezar. Antonio Canales se presentó a Lebrija “a Cagancho, a los Pelaos”, sonido de sus botas rojas por seguirillas, se meció por tangos con los aires de la cava, con las voces de niña de Concha y la mismísima Anabel, sultán de la emperaora Triana, y se fue con Concha suspirando por ser trianero y con la compañía de la única verdad lebrijana en el baile ¡de rabia me como los puños del camisón!

Lo que aconteció en ese Teatro en ese momento era esa fuerte carga de casta y raza que hizo arrastrar la memoria del sufrimiento y del gozo, pero le tocó el turno al hijo del Calcetín y nieto de Juana la Mantequera, José Valencia. Mi padre Alonso era un súper fan desde que empezó, me viene a la retina aquella actuación en Moguer cuando pisábamos tierra onubenses a sabor a fresas, y no paraba de jalearte porque sabía y decía que su sobrino iba a ser grande. Estabas empezando pero se aunaría un gran futuro,  pero lo del “Papa del flamenco” que te puso una periodista en una entrevista ya tiene molde y afinación.

Empezó por soleá por bulería, ataviado por el compás de sus fieles palmeros. Se recogió en sí mismo y nos deleitó su sabiduría acordándose de vez en cuando de Juan el Grande (Lebrijano), José tiene su código que refleja su idiosincracia, y si no digo la verdad y creéis que miento vamos a ver las huellas que dejó en la mesa que acompasaba .

Flamenco

Espectáculo 50 Años de Concha Vargas_Caracolá Lebrijana 2018

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Espectáculo 50 Años de Concha Vargas_Caracolá Lebrijana 2018

A Romance llamó a Concha, asentao en su credencial, derrocharon juntos todo de donde son y quienes son, lo que mamaron y de quien mamaron ¡¡Hossana en el cielo!!

Puedo estriparme más con mi lápiz , pero lo dejo para los lectores de esta página flamenca pero diferente,  lo que fueron allí lo pueden afimar y alargar mi opinión, los que no, le dejo una pincelaita para cuando “lo echen por el televisor”. Como dicen los mayores, se paren y vean, disfruten y sientan. 50 años han pasado… lo único que me quedé con las ganas es de ver bailar por bulerías al de Triana. quería verlo para cuando vaya a ver al Cachorro por el puente se lo susurre al oído, todo un privilegiado vivir aquello: “un puro sentir, negro como la tinta”.

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Espectáculo 50 Años de Concha Vargas_Caracolá Lebrijana 2018

Anabel Valencia y Pedro “El Granaíno”, dos artistas que se gustan sobre el escenario

#EspacioJondo Noche de cante y toque flamenco en el Patio de los Naranjos de la Parroquia de la Oliva en Lebrija

El  jueves 20 de julio se daban cita en el Patio de los Naranjos, en la Parroquia de la Oliva de Lebrija, Anabel Valencia y Pedro “El Granaíno”, con motivo de la LII Caracolá Lebrijana. Acompañada a la guitarra de Manuel Jero, Anabel Valencia se subía al pequeño escenario que se ubicaba en un rincón del Patio de los Naranjos, su hemano, Juan Diego Valencia y su primo Manuel Valencia son los encargados de hacer las palmas y el compás.

Comienza Anabel por tangos. Una de las cosas que admiro de ella es el inmenso respeto que le tiene a los esenarios y como consecuencia al público. Todavía recuerdo a pie de escenario, en una de las últimas Caracolás celebradas en la Plaza del Hospitalillo, mientras era presentada, ella permanecía en pie, y con la cara totalmente blanca, la verdad es que impresionaba. Esa noche vestía con un traje hecho a medida para la ocasión inspirado en los capotes de los toreros; esa noche, rindió a sus pies al público del Hospitalillo.

Empezó como digo por tangos, un poco nerviosa. Pero a medida que se iba dejando llevar por la guitarra de Manuel Jero y su propio compás, iba introduciendo al público en la sensualidad de los tangos, contorneando la cintura, haciendo bailar al público en sus sillas… La noche se prestaba al entendimiento mágico entre el lugar y la artista; por malagueñas, aterciopelando la voz, acarciaba los compases con ternura, con garra, dejando al público enganchado al sonido de su voz.

A la mitad del recital Anabel se dirigió al público para recordar a Pedro Bacán que cumple 20 años desde su desaparición y para recordar a Juan Peña “El Lebrijano” cuando se cumple un año de que ya no está con nosotros. Dedicándoles a ambos su seguiriya. Anabel apasionó con la seguiriya y con la guitarra de Manuel Jero que aportaba sensibilidad y originalidad. Con un público en silencio y entragado. Llegando al final de su recital por bulerías acordándose de su padre y de su hijo, dedicándoles una letritas muy sentidas.

Pedro “El Granaíno” abre su recital, junto a la guitarra de Patrocinio Hijo, por soleá con una voz melosa induciendo su compás al público. Pedro, siendo de Granada, es muy conocedor de Lebrija. De hecho uno de sus referentes es nuestro José Valencia que se encontraba entre el público y dirigiándose a él le agradece sus consejos.  Pedro deja sentenciado que para ser cantaor hay que cantar en ciertos lugares y que uno de ellos sin duda es Lebrija.

Por tientos, Pedro “El Granaíno” nos rememora al desaparecido Enrique Morente y por consecuencia a Federico García Lorca, pues en el álbum Lorca de 1999, Enrique interpreta este poema de Lorca al completo, tema que Pedro “El Granaíno” nos transmite enriqueciéndonos el paladar musical. La noche seguía avanzando y el entorno y el artista hacían de la suyas para estremecer más si cabe las emociones pues, al sonar los primeros compases de la Nana del Caballo Grande que cantaba Camarón se soltaron unos oles. A la vez que Pedro “El Granaíno” nos introducía en sus adentros con la Nana, Camarón deambulaba por los corazones de mucho de los presentes. Terminó su actuación por bulerías, no sin antes invitar a Anabel Valencia a que le acmpañara en un pequeño fin de fiestas, diciéndole que había llorado con su seguiriya.

Flamenco

#EspacioJondo Caracolá 2017_Pedro el Granaíno en el Patio de los Naranjos de Lebrija

 

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#EspacioJondo Caracolá 2017_Anabel Valencia en el Patio de los Naranjos de Lebrija