Rycardo Moreno inundará con sus sones el espacio barroco de San Luis de los Franceses

La iglesia, situada en pleno barrio de la Macarena, lleva más de 40 años en proceso de restauración y se abre al público con motivo de la #BienalSevilla16

La Iglesia de San Luis de los Franceses estaba en el extrarradio cuando se construyó en Sevilla en las primeras décadas del siglo XVIII. Hoy día, la Iglesia se encuentra en pleno centro de la ciudad, en un entorno monumental, entre el popular barrio de la Macarena y el casco antiguo.

La Iglesia se considera “una joya del barroco” con motivos sobrados: el retablo mayor está dedicado al rey Luis IX de Francia y otros seis retablos laterales a diferentes santos jesuitas. La planta sobre la que está construida la iglesia en forma de cruz griega es particular, como la belleza de la cúpula principal, una de las más espectaculares de Sevilla.

La Iglesia de San Luis de los Franceses lleva más de cuatro décadas sumida en un proceso de restauración por parte de la Diputación Provincial de Sevilla. Este mes de septiembre, por fin abría sus puertas al público con motivo, nada menos, que de la Bienal de Flamenco. La Fundación Sevillana Endesa también ha colaborado en su restauración, con la iluminación artística. El flamenco sirve de pretexto para recuperar para la ciudad de Sevilla un entorno cultural de máxima categoría y explendor.

Flamenco

Rycardo Moreno y Tomás Moreno_Varekai en Lebrija, febrero 2016

Con estas expectativas artísticas y culturales, LebrijaFlamenca.com asistirá el próximo martes, 20 de septiembre, al concierto de guitarra de Rycardo Moreno, que inundará el espacio con sus sones y su habilidad para las cuerdas. Rycardo Moreno interviene por primera vez en la Bienal en solitario, y lo hace arriesgando al máximo; presenta su universo Varekai solo con su guitarra, sin ninguna voz de las que se acompaña normalmente. Como invitado especial su tío Tomás Moreno, que le va a dar una patá a todo el barroquismo sevillano que se le ponga por delante.

Rycardo Moreno se sitúa con esta cita en pleno epicentro del flamenco, en el festival internacional de referencia que representa la Bienal. Con la segunda guitarra de Yeray Cortés, la percusión de Poti Trujillo y las palmas de Manuel Valencia. ¡Allí estaremos y aquí os lo contamos!

Encuentro entre la música cubana y el flamenco en la #BienalSevilla16

Esperanza Fernández y el piano de Gonzalo Rubalcaba recuerdan las figuras de Benny Moré y Manolo Caracol

Cuando a los lebrijanos se nos nombra Cuba y Flamenco, se nos viene a la memoria los Encuentros del Son cubano y el Flamenco, organizados por la Diputación Provincial de Sevilla. No son ajenas ni desconocidas las relaciones musicales entre Cuba y los gitanos de Lebrija. Allá por el año 1994 se subía al escenario Compay Segundo y, por parte de Lebrija dos grupos: el primero capitaneado por el desaparecido Pedro Bacán con artistas también de Utrera, y otro grupo de gitanos de Lebrija llamado “Sentimiento al Golpe” que representa el origen eterno de nuestros cantes. En memoria a ellos y a la relevancia que tienen, los voy a nombrar: Miguel Funi, Juana Vargas, Pepa “La Cartuja”, Antonia “La Morena”, Diego Vargas, Ramón Vargas “El Farriri” y Antonio Carrasco.

En esta ocasión y en la Bienal de Sevilla 2016, ha sido la cantaora trianera Esperanza Fernández con el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba los que, a través de las figuras de Benny Moré y Manolo Caracol, dos genios de la música cubana y flamenca que compartieron el mismo tiempo musical a lo largo del siglo XX, nos han enseñado  los lazos que existen entre ellos y nosotros.

Flamenco

#BienalSevilla16 Esperanza Fernández y Gonzalo Rubalcaba en el espectáculo Oh Vida

 

El espectáculo comienza con “Oh, Vida” de Benny Moré, con Esperanza en el centro rodeada del piano de Gonzalo Rubalcaba; los Makarines y Dani Bonilla, a los coros y las palmas; los percusionistas Jorge Pérez “el cubano” y Javier Teruel; con el bajo de JM Popo y la guitarra flamenca de Miguel Ángel Cortés. La escenografía, a mí personalmente, me recordaba esos documentales de Cuba con los cafés musicales.

A pesar de que hubo un peso mayor de Benny Moré en la primara parte del espectáculo, Esperanza y Arcángel se entremezclaron para hacer un popurrí de zambras intentando recordar las escenas de las películas entre Manolo Caracol y Lola Flores (digo películas por que yo por mi edad nunca tuve la ocasión de verlos en un escenario). Arcángel cantaba y se acercaba intímamente a Esperanza, mientras ella se contorneaba y le replicaba cantando, finalizando el popurrí con las dos voces entrelazadas a destiempo. También como artista invitado estaba Juan de Juan, el cual en el final de “Yiri yiri bon” de Benny Moré se marca la primera interacción entre las músicas, bailando con pasos flamencos el ritmo del mambo, originando un baile rítmico y gracioso.

Tanto el piano de Rubalcaba como la percusión como el bajo, hicieron unos solos mientras la cantaora se cambiaba en los vestuarios. Aunque pudo ser demasiado largo en conjunto, pudimos disfrutar de la mezcla de los ritmos con auténtico frenesí y del piano de Gonzalo Rubalcaba, del que no solo salían notas musicales, sino que el piano cantaba, te hacía reir, parecía que nos contaba una historia de sentimiento, emociones y reacciones.

Ya en la segunda parte del espectáculo, los palmeros y los pecusionistas se posicionaron al borde del escenario. Los Makarines y Dani Bonilla comenzaron a cantar pregón, solos como en una reunión de primos a la que llegan los primos cubanos Jorge Pérez y Javier Teruel con su son, y empiezan a compartir ritmos y cantes en un semicírculo, a medida que se escuchaban más se gustaban y más nos gustaban, taconeando, palmeteando y haciendo desplantes…

Desde la oscuridad del escenario sale la voz de Esperanza Fernández cantando un martinete estremeciendo el escenario, acallando bocas y vocablos, arrancando los oles al público, interactuando el piano y la guitarra de Miguel Ángel Cortés, armonizando los quejíos. A renglón seguido, Juan de Juan sale de entre bambalinas, el escenario se queda en silencio para que solo el ritmo de su taconeo nos maravillara. Vuelve a entrar Arcángel y Esperanza se arranca por fandangos con la “Malvaloca”, a lo que le sigue Arcángel ofreciéndonos una interacción entre ellos de fandangos, cantando el último a dúo. El público agradecido se puso en pie apludiendo largo tiempo, provocando que los artistas volvieran a salir otra vez al escenario cantando el “Yiri yiri bon” y esta vez se sumó a la percusión el hijo de Esperanza Fernández.

TRIANA, alivio para los males

Un grupo de gitanos de Las Tres Mil lleva al alegría (alalá, en caló) a la #BienalSevilla16 en la noche de Triana

Son gitanos de Triana que viven en Las Tres Mil. Triana es el origen y la alegría (alalá, en caló). Lo expresó mejor que nadie la artista invitada, Lole Montoya, que le dedicó unos tangos morunos a Antonia “La Negra”: “Mi madre no ha podido venir, pero todos los días pregunta por vosotros”. Triana es nostalgia y es historia para estas familias que tuvieron que desplazarse forzosamente a otros barrios de Sevilla y, con ello, perdieron parte de su identidad y de su manera de vivir.

El espectáculo “Alalá” en la Bienal de Sevilla reunió sobre el escenario del Hotel Triana a un puñado de artistas de familias gitanas que hoy viven en Las Tres Mil Viviendas de Sevilla, pero que tienen su origen en el barrio de Triana.

Flamenco

#BienalSevilla16 Espectáculo “Alalá” de Triana

Un espectáculo bien articulado, dividido en dos partes separadas por la actuación estelar de la trianera de la voz de bronce y los cantes inmortales, Lole Montoya. Cantes revolucionarios, como el “Dime” de su Pasaje del Agua que cumple ahora la friolera de 40 años. ¡Olé, mi Triana! y cantó por tangos y por alegrías, para terminar con sus eternas bulerías del romero en flor.

Tras la apertura por rumbas de Gritos de Guerra, la voz con más temple la puso el cantaor Guillermo Manzano, por martinete. A Mari Vizarraga la hemos visto cantándole a Farruquito y anoche se arrancó por tangos clásicos de Triana: “qué bonita está Triana, cuando le ponen al puente, banderas republicanas”. La artista flamenca más castiza fue Herminia Borja, con poderío en su cante y personalidad trianera. Le cantó por alegrías a La Toromba, que desafiaba con su puño en alto y su estampa canastera. Todo el cuadro con las guitarras de Eugenio y Miguel Iglesias.

Tras la segunda apertura por rumbas de Gritos de Guerra, vino la soleá pausada y precisa del Torombo, que además del baile, también figura en el libreto como director artístico del espectáculo. Un mano a mano de las hermanas Joaquina y Carmen Amaya por tangos, dio paso al fin de fiestas por bulerías, donde se sucedieron los mejores y más auténticos momentos. La pataíta final del Bobote, bailaor y palmero, duró tan poco como largo nos quedó el recuerdo de este grupo de trianeros que viven en Las Tres Mil.

Flamenco

#BienalSevilla16 Espectáculo “Alalá” de Triana

Para nosotros, faltaba la figura indispensable de Emilio Caracafé y alguna mujer más con enaguas, de las de otra época. También nos faltó la anunciada guitarra de José Acedo, que está de gira con Alba Molina y participa en su último disco. Y por último, hubiera rematado el espectáculo la participación de Lole en el fin de fiesta, entre su gente, y demostrando que la alegría de Triana es alivio para todos los males.