La artista lebrijana arrasa con su arte primitivo haciéndose acompañar de una juventud exultante
La bailaora lebrijana Concha Vargas estrenó, para la historia de la Caracolá Lebrijana, la Plaza del Mantillo como escenario de su espectáculo, en el que se hizo acompañar de unas voces jóvenes y exultantes. Cuatro jóvenes masculinas, las de Quini, Manuel de la Nina, Pechuguita y el lebrijano Luis de Chimenea, sobrados de compás, que supieron, sin ser tarea fácil, acompañar el baile desmedido y primitivo de la bailaora Concha Vargas. Su hija Carmen Vargas se impuso con voz potente gustándole su madre y sentada en silla de enea, en ambos casos con gran dedicación. las guitarras de El Perla y Curro Vargas sobresalieron por su continuado compás, compenetración y entusiasmo. Precedía el espectáculo el guitarrista Juan Moreno, que ganó el tercer premio del Primer certamen Internacional de Guitarra Solera Flamenca organizado por Rycardo Moreno a principios de año. El baile de Concha Vargas es único, una artista dotada de gran personalidad. Es artistas desde la punta del pelo a los pies. Domina el compás, le baila al cante y mantiene la relación con el resto de artistas en todo momento. Llena el escenario y en esta ocasión, la Plaza del Mantillo, que se impone como escenario al aire libre y como conquista de esta 56 edición de la Caracolá.