Carmen Vargas admira a Inés Bacán: “me vuelve loca” y nos habla de lo mal que lo han pasado los artistas con la pandemia
La joven cantaora lebrijana Carmen Vargas participó en las Jornadas del Otoño Flamenco de Lebrija en el grupo que acompañó a su madre, la bailaora Concha Vargas; junto a su hermano Curro Vargas a la guitarra y las voces también jóvenes, pero experimentadas, de José “El Pechuguita” y Ismael de la Rosa “El Bola”.
Conoce a la perfección los cantes de Lebrija. Nos cuenta que se fija mucho en Inés Bacán y en José Valencia. Vive el cante en familia, como la mayoría de los artistas lebrijanos, y lo lleva a los escenarios junto a su familia flamenca. Carmen Vargas está ahora pendiente de viajar a Japón, donde da clases de cante y participa en varios espectáculos.
Hemos hablado con ella en los camerinos del Teatro Municipal Juan Bernabé, a modo de #testFlamenco nos cuenta:
- Un referente.
CV: “Mi madre fundamentalmente. Pero yo me he fijado mucho también en Inés Bacán. Me encanta Inés. Tanto cantando como persona. Es una cantaora que me vuelve loca. José [Valencia] también me gusta mucho… eso de lo más nuevo. ¿De lo más antiguo? Pues Antonio Mairena, la Niña de los Peines ¿qué te puedo decir? Todos los que conocemos que nos encantan”.
- ¿Qué te traes entre manos?
CV: “Próximamente y si Dios quiere con esto del coronavirus, a ver si nos podemos ir a Japón, mi madre y yo. Ya lo hicimos el año pasado, fue mi primer año con ella sola. Y a ver si podemos repetir. Eso es lo que tenemos entre manos, así más próximo. Allí en Japón yo hago cursillos de cante y también hacemos actuaciones”.
- ¿Saldremos mejores de esta pandemia?
CV: “Yo he vivido el confinamiento muy mal, porque por culpa de esto yo estoy trabajando muchísimo menos. Yo lo llevo fatal y pienso que todos mis compañeros igual. Porque los que vivimos del flamenco, pues lo tenemos muy mal. Está todo en general mal, pero nosotros fuimos los primeros en parar. Nos dieron esa caña a nosotros y la verdad que muy mal. De hecho nosotros, mi madre y yo, solemos irnos a Japón en febrero, y ya este año no nos podemos ir en febrero. Fíjate si a nosotros nos ha perjudicado en primera persona, porque ya no lo vamos a poder hacer en enero, a lo mejor lo hacemos en verano o a lo mejor este año no se hace. A nosotros nos ha perjudicado bastante”.