#GiraldillaFlamenca2015 JESÚS MÉNDEZ y ANTONIO REYES presentan sus diferentes estilos en el Teatro Municipal

Los cantaores vinieron a Lebrija acompañados por las guitarras jerezanas de Diego del Morao y Manuel Parrilla

Jesús Méndez  y Antonio Reyes llegan a Lebrija despúes de haber triunfado con este mismo esptáculo en la última Bienal de Flamenco de Sevilla, en la cual le fue otorgado a Antonio Reyes el Giraldillo al Cante 2014. También en este mismo espectáculo le fue otorgado el Giraldillo al Toque al guitarrista Manuel Valencia. En esta ocasión, se han acompañado de las guitarras de Diego del Morao y de Manuel Parrilla, dos guitarras jerezanas que pusieron sobre el escenario la originalidad de sus toques, configurando un espectáculo de buen cante y buen toque.

Jesús  Méndez comienza el espectáculo saliendo al centro del escenario, acampañado solo por el chasquido de sus dedos, comenzando así, una toná, acomodando al público y haciéndolos entrar en calor. En esta ocasión, el Teatro Municipal “Juan Bernabé” se encontraba casi lleno. Jesús Méndez, acompañado de la guitarra de Diego del Morao, nos ofreció un recital de cante con personalidad, haciendo valer la potencia de su voz, arrancando los oles del público. Al martinete le sucedió una soleá, un taranto, una seguiriya, unos fandangos y por bulerías. Junto con Diego del Morao nos mostraron, no solo la personalidad de su voz, sino también la personalidad de la forma de los cantes de la tierra donde vive, Jerez de la Frontera,  haciendo al público disfrutar.

El espectáculo no fue totalmente fiel a lo presentado en la Bienal de Flamenco de Sevilla, pues en esta ocasión no compartieron escenario los cantaores. A Antonio Reyes se le ve la influencia de los aires marineros de Cádiz, comenzando su actuación con una soleá y unas alegrías. Antonio Reyes nos ofrece un recital totalmente diferente, contándonos unos tangos a su manera, muy lentos como si la brisa marinera los estuviera meciendo, imprimiendo al espectáculo un ritmo más rápido. Con la seguiriya emocionó al público haciendo que rompieran en aplaunsos para, más tarde, terminar su actuación por fandangos, donde tanto el público como Antonio Reyes se encontraron super a gusto, prolongando los fandangos un par de tercios más y entregándose así el público al cantaor, que se levantó de butacas rompiendo en aplausos.

LA PASCUA de Luis de Chimenea nos muestra cómo viven los gitanos la Navidad

Una gran familia de artistas de Lebrija y el Campo de Gibraltar arropada por voces más consagradas del panorama flamenco

Los artistas invitados eran una apuesta de éxito seguro. Voces consagradas ya, profesionales del mundo del flamenco y la canción española, que están en la actualidad en la cima del éxito. Todos ellos se muestran solidarios y apoyan el espectáculo de LA PASCUA DE LOS GITANOS EN LEBRIJA. Acuden generosos a la llamada del principal convocante Luis de Chimenea en torno a las fechas navideñas.

Jesús Méndez cantó más cerca de la Paquera que nunca, tan acostumbrados estamos a escuchar a la desaparecida cantaora jerezana cantarle a la navidad. “Por los caminos de Egipto” se acercó el jerezano a los sones de las zambombas del pueblo vecino. María José Santiago venía entrenada en su gira navideña por otros muchos teatros y lo demostró sobre el escenario, poniendo a cantar al patio de butacas con el conocido villancico “Envidia…”. Pepe el Marismeño cantó su “Gloria” y mostró su generosidad donando juguetes para los niños y niñas de Lebrija que más lo necesiten. Y el Giraldillo al Cante de la última Bienal, Antonio Reyes, hizo sus cantes de baja mar, acompañado por la guitarra también premiada de Manuel Valencia, con los clásicos “Campanilleros” de Manuel Torres.

A este cócktel de éxito, que hizo que las entradas estuvieran vendidas desde prácticamente antes de ponerlas a la venta, hay que sumarle los incondicionales hermanos Morancos, César y Jorge Cadaval, que por segundo año consecutivo acuden a la cita y demuestran que lo suyo es mucho más que contar chistes. Sienten, realmente, afinidad por los gitanos de Lebrija y su entorno.

Y ahora dicho esto, me van a perdonar los artistas consagrados, porque me voy a referir a la verdadera Pascua Gitana y al ambiente familiar que vivimos en la noche del pasado 16 de diciembre en el escenario del Teatro Municipal de Lebrija. Y me voy a quedar con los principales villancicos como favoritos: el que cantó Luis de Chimenea hasta partirse la camisa, en homenaje a Turronero, con arreglos del músico de San Roque, guitarrista y cantaor, Manuel Peralta Flores, que también nos deleitó con unos minutos por bulerías que parecía haberlos sacado del fondo de un cofre. Y el poema del poeta de la generación del 27, Gerardo Diego, que cantó Anabel Valencia como si fuera a arrumar a su hijo hasta que la rabia la partía en dos, “yo no sé, no sé, con qué lo envolveré yo, cuando venga, no sé…”.

Además, hubo otros: “Diciembre” de Manuel Terremoto, que interpretó Luis de Mateo con un temple propio de los viejos cantaores de otros tiempos. No me puedo quedar aquí, porque la voz casi negra, salinera y cosmopolita de Manuela Montoya nos deleitó con un villancico rebuscado “Sirva tu cuna”. Y Jesús de la Frasquita ya nos tiene acostumbrados a su cante certero; Manuel Vega “P’a que no llorara” y las guitarras de Currito Malena, Juan de Clemente y el ya mencionado Manuel Peralta. A la percusión Juan Manuel Hidalgo, Marote Jesús Román y el niño Mario Carrasco. A la gran familia se ha unido este año un músico excepcional, que ha encajado con sus interpretaciones de trompeta, el cubano Ranffis Erik Nardos. Y las palmas y los jaleos y el alma de la Pascua de Rocío al Turronera y Vero Bermúdez Monge.

Luis de Chimenea ha inventado una fórmula que funciona. Se ha salido del saco de las zambombas, que las hay a montones, y ah imprimido un sello propio con su Pascua Gitana. La donación de fondos de la taquilla a una asociación de enfermos de alzhimer y la recogida de juguetes dan carácter solidario a su pascua. Pero es mucho más: Luis de Chimenea intenta crear en el escenario el verdadero ambiente de una casa de una familia gitana en navidad. Villancicos, emociones, sentimientos… y una guasa gitana de pasarlo bien y estar a gusto que hizo que se vistiera de angelito para el fin de fiestas como si se tratara de una fiesta particular en el salón de una casa.

Veamos este álbum de fotos del fin de fiestas:

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