Juan Peña “El Lebrijano” dará un repaso a su trayectoria artística en la clausura de la Bienal

En una entrevista para LebrijaFlamenca.com, nos cuenta cómo ha elegido los cantes más representativos de su carrera

Son 42 discos editados. Hacer un recorrido por la obra y la trayectoria artística de Juan Peña “El Lebrijano” parece una tarea difícil. El cantaor nos cuenta que “reflejar absolutamente todo” en el espectáculo que clausura la Bienal de Sevilla de este año 2014, “sería imposible”.

Así que ha tenido que elegir. No ha querido dejar fuera su particular homenaje a Gabriel García Márquez, el escritor del realismo mágico que, tras escuchar cantar a El Lebrijano, dijo que su voz “mojaba el agua”. Saldrán, por supuesto, Las Galeras de uno de sus discos más importantes y populares, Persecución (1976), donde con letras del poeta Félix Grande, narra la historia e infortunios del pueblo gitano.

La Palabra de Dios a un Gitano (1972) será cantada por uno de los invitados a su espectáculo, José Valencia, que interpretará las Bienaventuranzas. Juan Peña lo ve “arriesgado”, porque tiene una letra larga y complicada, “pero a José todo le sale bien, está en la edad de arriesgarse, está ahora mismo en muy buen momento profesional”.

La experiencia con la Orquesta Andalusí de Tánger y sus discos Encuentros (1983) y Casablanca (1998) también estará plasmada en el espectáculo, a través de varios instrumentos como el violín, aunque su fiel colaborador Faiçal no podrá acompañarlo. El espectáculo incluye un reconocimiento a Farruco a través de su más joven heredero, El Carpeta.

Juan Peña es hijo de María la Perrata y se acordará de su familia, a medio camino entre Lebrija y Utrera, a través del resto de invitados a la clausura de la Bienal: estarán junto a Juan Peña en el escenario del Teatro Maestranza su primo hermano, Tomás de Perrate; la cantaora lebrijana, de la familia de los Pinini, Inés Bacán; su sobrino Pedro María Peña, que dirige el espectáculo y toca la guitarra, y su también sobrino David Peña Dorantes al piano.

Para completar el elenco de artistas, acompañan al cantaor lebrijano la bailaora temperamental Carmen Ledesma, muy unida a la familia de los Peña; Diego Carrasco, Juan José Amador y las guitarras de Antonio Carrión, Ramón Amador y Ramón Amador hijo.

El cante se escribe con L desde que, hace ahora 50 años, El Lebrijano ganara el concurso de cante de Mairena del Alcor y comenzara así su trayectoria profesional. Son muchos los momentos vividos, las grabaciones realizadas, los escenarios pisados… las anécdotas se suceden a lo largo de su vida y en nuestra conversación, que trascurre en Lebrija, sentados junto a la estatua del gran ilustre gramático Elio Antonio de Nebrija, vamos recordando otros momentos, otras anécdotas, otros discos que antes no hemos mencionado, como Sueños en el Aire, que grabó encontrándose enfermo y en el que una orquesta de gitanos búlgaros improvisa un fin de fiestas que se grabó tal y como salió la primera vez.

En la gala de clausura de la Bienal “El cante se escribe con L” habrá un fin de fiestas como se merece un gran cantaor que ha sabido convertir su herencia y su sangre en su profesión, y llevar el nombre de Lebrija a todos los rincones del mundo.

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GALA DE CLAUSURA DE LA BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014
El cante se escribe con L
Juna Peña “El Lebrijano”.
Artistas invitados al cante: Inés Bacán, Tomás de Perrate, José Valencia, Diego Carrasco y Juan José Amador.
Piano: Dorantes.
Baile: carmen Ledesma y El Carpeta.
Dirige el espectáculo: Pedro María Peña.
Al cierre de este artículo, todavía quedan entradas en El Maestranza. Pincha aquí.

 

Cuatro voces de mujeres en el patio de Santa Clara de la Bienal

Anabel Valencia asume con éxito el reto de las peteneras y se hace dueña del escenario en el espectáculo Cantaoras

En el convento de Santa Clara estuvimos hace dos años presenciando el premio al Giraldillo del Cante, José Valencia, y anoche asistimos al lanzamiento de cuatro mujeres hacia las estrellas: Zamara Carrasco, Anabel Valencia, Amparo Lagares y Mara Rey han confeccionado un espectáculo para homenajear a las mujeres cantaoras, dejando claro que las raíces del flamenco siguen vivas y nutridas, reivindicando el sitio que le corresponde a la mujer en el flamenco. Todas traen tras de sí la riqueza musical de sus familias pues, es desde la cuna, desde donde comienzan sus carreras, sin ser conscientes de ello.

Todas tienen trayectorias admirables, repletas de éxitos en peñas, colaboraciones, tablaos, etc… Hasta llegar a las tablas de la Bienal de Flamenco, que es sin duda alguna el último trampolín para poder hacerse un hueco en este mundo indomable que es el flamenco. Indomable porque es una música que para ser cantada necesita toda el alma y la fuerza del corazón, para que penetre en los sentidos del que la oye.

A las 11 en punto todos los presentes comenzábamos a sumergirnos en un ambiente gitano flamenco con Zamara, Anabel, Amparo y Mara, con el candil en la mano anunciaban su presentación, introduciéndonos con una soleá que dejaba al descubierto el potencial de las cantaoras, meciendo el silencio y acariciando la noche, envolviendo la sustancia de las mujeres que estanban siendo recordadas. El espectáculo se desarrolló con las cuatro cantaoras entrelazando las estrofas de los palos que cantaban juntas, dándole cada una su estilo, personalidad y la riqueza flamenca que han absorbido desde chicas.

Para Anabel Valencia la petenera era un reto, pues la petenera no suele usarla en su repertorio. Y digo era porque ayer su petenera contagió el alma de la noche, dejando que su voz errante y dulce accediera a los sentimientos de la luna, hipnotizando el aire, para que el escenario crujiera de melancolía. Anabel tuvo el privilegio de que Manuel de Paula le escribiera la primera estrofa de la petenera y la segunda fue la de Pastora Pavón: “Quisiera yo renegar / de este mundo por entero / volver de nuevo a habitar. / Madre de mi corazón, / por ver si en un mundo nuevo / encontraba más verdad”.

En palabras de la propia Anabel: “me sentí muy a gusto con los fandangos”. Fandangos que cantó a dúo con Mara Rey. Tan a gusto se sintió que arrancó los oles del respetable. Y para rematar cuplé por bulerías. Ayer Fernanda y Bernarda se pasearon por el patio del convento de Santa Clara al oir como Anabel Valencia cantaba eso de: “sin firmar un documento / hemos hecho un compromiso”, pues Anabel canta como cantan las gitanas, con el corazón de par en par y sin miedos, porque lo que entrega en cada cante es su alma.

El álbum del público que acudió a ver a Anabel Valencia a la Bienal:

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DORANTES Y RENAUD GARCÍA-FONS presentan “Flamenco A Cordes” en la Bienal de Sevilla

Un estreno absoluto basado en la tradición y la ruptura de dos músicos que dialogan con el contrabajo y el piano flamenco

Bienal de Sevilla 2014

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014_Dorantes

David Peña Dorantes y el francés Renaud García-Fons son dos músicos muy diferentes que ligan bien entre sí. Nos lo decía Dorantes en una entrevista concedida a la web LebrijaFlamenca.com y que se desarrolló con la amabilidad que le caracteriza en su estudio. David se refería a los instrumentos de ambos músicos: el piano y el contrabajo. “Instrumentos musicales muy diferentes, pero que ligan bien entre sí”.

Dorantes y Renaud son dos músicos con trayectorias diferentes que han encontrado un punto en común en el flamenco y en el virtuosismo académico. Ambos artistas, que parten de la raiz para desembocar en la experimentación, nos presentan en la Bienal de Sevilla el espectáculo “Flamenco A Cordes“.

Renaud García-Fons tiene origen catalán y conoce bien el flamenco. El propio David Peña nos cuenta que “tiene una mano izquierda increíble y por algo lo llaman el Paganini del contrabajo”. Añadió una cuerda al contrabajo para sacarle más partido. Su manera de tocar con arco lo ha hecho ejemplar, así como su punteo, lo que lo acerca aún más a Dorantes, que también toca su piano de manera libre y virtuosa.

Imágenes de David Peña en su estudio, el templo de la creación:

En el espectáculo del lunes 22 de septiembre podemos encontrarnos con malagueñas, seguiriyas, bulerías, tangos y soleares. pero que nadie espere un repertorio clásico del flamenco, simplemente porque en la interpretación está el arte. “Es un espectáculo arriesgado y atrevido”, nos dice David, “un dúo de instrumentos, sin acompañamiento de voz ni percusión”. Solamente añadiendo una batería tendríamos un trío de jazz al más clásico estilo norteamericano. “Habrá muchos espacios libres donde improvisamos”, y esto es lo que le da más valor si cabe a la interpretación musical.