PEDRO MARÍA PEÑA en la Bienal: “Soy consciente de la familia a la que pertenezco y me considero un privilegiado”

El guitarrista y músico lebrijano lleva como artistas invitados a Anabel Valencia al cante, y Faiçal Kourrich con el violín

Pedro María Peña estrena el próximo sábado, 15 de septiembre, su “Paseo de las Delicias” en la Bienal de Flamenco de Sevilla, una recopilación de las composiciones que ha ido haciendo a lo largo de su vida. En el escenario, llevará a Anabel Valencia como artista invitada, y el violín de Faiçal Kourrich. A la percusión Tete Peña y Lito Mánez, y las palmas de Lebrija con Pedrito Peña, Vicente Peña y Luis de Chimenea.

Hemos hablado con Pedro María Peña a unos días del estreno:

LebrijaFlamenca.com: ¿Cuál es tu propuesta en al Bienal de Flamenco de Sevilla?

Pedro María Peña: Son temas de composición propia, elaborados a lo largo de mi vida. Además del acompañamiento al cante, he ido componiendo una serie de temas que ahora presente en el “Paseo de las Delicias”.

LebrijaFlamenca.com: Tiene un nombre muy Sevilla, sin embargo sabemos lo que te inspira Sanlucar de Barrameda y el mar.

Pedro María Peña: Bueno sí, no lo había pensado antes pero aunque tenga la ilusión del chaval, es verdad que con la edad se adquiere esa calma y serenidad que te da el mar. pero este trabajo también es un homenaje a Sevilla, a ese lugar tan diáfano, junto al río, con mucha alegría, los jardines, un lugar también muy contemporáneo, de vanguardia.

Flamenco

Pedro María Peña en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018

LebrijaFlamenca.com: Pedro María Peña le dedica un tema a su padre y maestro; la herida de la seguiriya va dedicada a su madre, y hay un tema decicado a su tío Juan peña “El Lebrijano”.

Pedro María Peña: Soy consciente de la familia a la que pertenezco y me considero un privilegiado. Para mí, la vivencia es fundamental para el flamenco. Lo considero un regalo y lo agradezco continuamente. Es un plus que tengo, soy gitano y de Lebrija, y eso lo valoro, va conmigo.

LebrijaFlamenca.com: Nos gustaría que nos hicieras una reflexión sobre el flamenco, desde tu compromiso con este arte.

Pedro María Peña: Las propuestas actuales, que más llaman la atención y que ocupan más espacio en las programaciones, se deben al desconocimiento que hay del flamenco. El guitarrista tiene la obligación de conocer el cante con profundidad, los diferentes estilos, y hoy día no hay nadie que lo exija. Tenemos que respetarnos a nosotros mismos.

 

Es el cante lo que interesa, porque duele

LUNA NUEVA en la Bienal de Flamenco fue una oportunidad única de saber escuchar que no abunda en el programa

Decía Pedro Bacán que “la música flamenca, en su raíz principal, se ha dado y desarrollado en un medio con vocación intimista”. Esta misma vocación ha llevado a un grupo de artistas lebrijanos, más o menos profesionales, al escenario del Hotel Triana, a mostrar al público lo que ellos han aprendido en la intimidad familiar.

La cantaora lebrijana Inés Bacán se arropa de su familia más cercana para llevar al escenario su experiencia de vida. Es el cante inesperado, el que nace para ofrecerse a los demás, una manera de expresión de las familias gitanas que toma identidad propia en las casas de Lebrija. Son los Peña, los Bacán y los Funi, rememorando su pasado pero poniendo el dedo en la llaga de los que pretenden innovar, porque sin esto no hacemos nada, sin esto no hay patrimonio universal.

Es el cante lo que nos interesa a unos pocos, porque duele. El baile acompaña al cante de manera natural, y acentúa el recogimiento, con movimiento de muñecas y contorneo de figura de la prima Fernanda Funi y la sobrina Conchita la del Lagaña. Movimientos ancestrales que esperan al cante y no necesitan artificios.

Oportunidad de oro para escuchar los cantes de Bastián Bacán en boca de su hijo Juan Bacán, que rompe el espectáculo por soleá, dejando la ventana abierta de aquella primera chozilla donde se escuchaban los cantes que se transmitían al final de una jornada larga de trabajo, a la vuelta de la venta del ganado o de las labores del campo.

Y llega la voz que más acerca Lebrija a Utrera, sorprende por clara y joven, de Concha la hija del Lagaña, emparentada con la Fernanda y Bernarda con unos fandangos por soleá. Los olés del público, los que se dicen a tiempo, también son de la estirpe del Lagaña y calientan el ambiente. Vuelve Juan por seguiriyas y enmudece al vecindario.

La guitarra es rotunda y acompasada, la de Antonio Moya principalmente. Y cuando se apoya en las guitarras de los Malena, padre e hijo, suena a gloria. Momento para Miguel Funi hijo, que evoca a su padre en las letras y en los aires por soleácantiñas y bulerías. Y deja claro que su cante está aprendido en el regazo de su madre de manera congénita.

Momento más íntimo de una noche sin luna, porque suenan los acordes de la guitarra de Pedro Bacán y los artistas guardan silencio. Se apagan las luces y se tienta el respeto. En un momento dado, su hermana Inés Bacán entra en el cante por seguiriyas y nos declara su verdad. “Todo se me viene en contra” y el macho es desgarrador. Cierto que es un espectáculo muy coral, pero el protagonismo le viene dado a Inés con la voz y la maestría en el cante. Con su sabiduría natural.

El invitado a la fiesta es Javier Heredia, que gusta al respetable con su pataíta y conoce bien estos ambientes familiares. En el fin de fiestas las bulerías se suceden marcando el compás de Lebrija. Vuelven las voces, vuelve el cante, y nosotros nos quedamos con las ganas de seguir escuchando, porque el cante duele, pero también consuela y alivia.

Fotografías cedidas por la Bienal de Flamenco de Sevilla:

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Espectáculo Luna Nueva con Inés Bacán en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018

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Espectáculo Luna Nueva con Inés Bacán en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018

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Espectáculo Luna Nueva con Inés Bacán en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018

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Espectáculo Luna Nueva con Inés Bacán en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018

José Valencia, el camino correcto

El cantaor lebrijano estrena en la Bienal 2018 el espectáculo Bashavel acompañado por instrumentos de cuerda y un acordeón

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José Valencia en a Bienal de Flamenco de Sevilla 2018

Hace tan solo unas semanas José Valencia estrenaba un espectáculo nuevo en la Caracolá Lebrijana, que lleva por título “Con Jerarquía” con la dirección musical de su tío Manuel de Paula. Con este espectáculo hizo al público llorar. Quienes nos encontrábamos allí, comprendimos que habíamos asistido a una de esas noches grandiosas del flamenco.

En esta Bienal 2018, en el patio de los Alcáceres de Sevilla, ha estrenado otro espectáculo nuevo que se llama:”BASHAVEL”, que quiere decir reunión en romané. José Valencia ha querido poner en valor el alma de los poetas gitanos, traduciendo sus poemas y cantándolos. En esta ocasión, no solo se ha rodeado de su guitarra de siempre Juan Requena, los palmas de Manuel Valencia y Juan Diego Valencia, sino que también ha sumado la percusión de Paco González que protagonizó buena parte del espectáculo con su compá. También un conjunto de cuerdas entre violines y acordeón donde destacamos el violín de Nicolás El Calabacín, que hizo abrir el pozo de los sentimientos, junto al acordeón de Cuco Pérez y el baile de Karime Amaya, que expresaba las formas genuinas del baile sin inventos extraños.

A mitad del espectáculo presentó él mismo un tema de un poeta gitano llamado “L’Luludi Merinasqué” que lleva por título la muerte y lo interpretó en romanó, idioma que perdimos los gitanos en época de los Reyes Católicos al prohibir nuestro habla y rasgos culturales.  Fue tan armonioso y bien acoplada la letra al cante que se sentía la inmensa pena que transmitía el poema aunque los presentes no entendiéramos el idioma.

Es cierto que no es el primer cantaor que se sube al escenario con otros instrumentos que no son los típicos del flamenco, y en el flamenco dicen que está todo inventado, pero lo que sí podemos decir sin temor a equivocarnos es que el cante de José Valencia, con esta instrumentalización, penetra en el alma y hace grandioso el flamenco, porque el flamenco es una música viva y como toda vida necesita encontrar el camino correcto, y ese camino es José Valencia.

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José Valencia en la Bienal de Flamenco de Sevilla 2018