El público acoge con entusiasmo el pre-estreno de Belén Maya en el Teatro Municipal de Lebrija

Cada “invitado” de la bailaora otorga una personalidad distinta al espectáculo

Todo comienza con un público, podríamos decir, inusual. Pues muchos de los asistentes eran niños de la Escuela Municipal de Música y Danza de Lebrija. Iniciativa que es de aplaudir, pues es una forma de fomentar la asistencia a espectáculos.

Belén Maya

Los Invitados de Belén Maya

Belén Maya da comienzo con una puesta en escena mímica, teatral, acompañada de la guitarra de Javier Patino que narra la secuencia. Los primeros minutos de baile corren a cargo de dos jóvenes cantaores: José Anillo y Gema Caballero.

Jugando con las luces y sombras, llega una sorpresa que nadie se espera. Desde el fondo del escenario se acerca una  bailaora que resulta ser un hombre vestido con bata de cola y mantón de manila. Manuel Liñán mueve su bata de cola perfectamente, al igual que su mantón, sin ser femenino. Se marca una alegrías vestido de mujer, dándole masculinidad a la vestimenta. Al poco sale a escena Belén Maya y empiezan un juego, bailando idénticos como si fueran un reflejo el uno del otro, transmitiendo sensualidad y complicidad.

Con cada artista, con cada “invitado”, el espectáculo va cambiando de personalidad. Entra en escena Tomás de Perrate, rodeado de las palmeras Marina Valiente y Laura González. Cambiando totalmente el tono, rompiendo el ritmo hasta ese momento, para introducir su infundio otorgándole frescura. Tomás también trae sorpresa, cantando una canción con sonidos negros que nos llevó hasta los años cincuenta, recordándonos aquellos grandes espectáculos de Brodway.

José Valencia en el escenario marca la diferencia con la seguiriya, acompañado de la guitarra de Rafael Rodríguez. Al salir su cante a borbotones de su boca, a Belén se le nota como cambia su rostro. Entonces comienza a entrelazarse su cante con el baile como si fueran hilo y aguja hirvanando los sentidos. Con un video de la bailaora Carmen Mora (madre de Belen) se cierra la visita de José Valencia.

Aparece Carmen Linares en medio del escenario  ataviada con una túnica morada, mostrando su maestría como cantaora, con su voz rota nos lleva a sus adentro, haciendo que su visita nos parezca de terciopelo. Belén le sale al escenario y da comienzo a un baile casi nostálgico, agarrando cada quejío de Carmen.

Vienen de TRIANA y son de LEBRIJA

La Familia Fernández actúa en la Peña Flamenca “Pepe Montaraz” con el espectáculo De Leyenda

“Éste es el flamenco que nos gusta a nosotros”, aseguraba el cantaor Curro Fernández en la Peña Flamenca “Pepe Montaraz” de Lebrija rodeado de su familia. “Sobre gustos no hay nada escrito”, continuaba hablando con modestia y, a la vez, con orgullo, “pero esto es para nosotros el verdadero flamenco”.

El flamenco sin artificios. Así es la familia Fernández en su intimidad y así se muestran encima del escenario. Curro Fernández disfrutando de su gente y cantando por soleá, sin quererlo, mejor que lo hacen muchos que hoy se llevan la fama y los jureles. La familia Fernández, humilde y sublime a la vez.

Curro Fernández viene acompañado de su mujer Pepa Vargas, lebrijana de familia y de sentimiento. A la guitarra su hijo Paco Fernández, artista. Y al baile su otro hijo José Fernández y su nuera Soraya Clavijo. También al cante la joven Vicky González. Un cuadro flamenco dirigido con entusiasmo por el cantaor de Triana, doblemente orgulloso de su tierra y de su familia.

El espectáculo abre con una soleá de leyenda cantada por Curro Fernández y bailada por Soraya Clavijo. Una bailaora elegante y sencilla, que agradece sus comienzos al “tito Funi”, presente en la sala. También en la Peña están los familiares de Pepa Vargas, hermana de Concha Vargas, recién llegados de Tokio.

El hijo de Curro, José Fernández, baila y vuela, todo gitanería. Y le llega el turno al guitarrista Paco Fernández, que se sale de la línea e interpreta un tema con mucho sabor trianero terminándolo por bulerías. Los jaleos del patriarca y de su mujer son constantes.

Fin de fiestas por bulerías y vámonos para casa que es tarde. Como si se hubiera tratado de una celebración, de un bautizo, al que hubiéramos estado todos invitados. Pepa Vargas canta con mucho saber estar junto a su marido al final de la jornada. Y se acuerda mucho de su tierra: “adiós Lebrija, te llevo en mis entrañas”.

El espectáculo De Leyenda de la Familia Fernández forma parte del Ciclo “Conocer el Flamenco de la Fundación Cajasol”. Este espectáculo ha estado ya en Huelva y en el mes de marzo visitarán las localidades de Morón, Osuna, Marchena y Dos Hermanas.

“Somos los herederos de una música importante en el mundo”

DORANTES aprovecha su actuación en el Teatro Municipal “Juan Bernabé” para disfrutar de un día completo en Lebrija

Dorantes

David P. Dorantes en Lebrija. Foto: APérez.

El lugar donde está ubicada la nueva Biblioteca Municipal de Lebrija le ha traído recuerdos de su infancia. David Peña Dorantes pasó sus primeros ocho años de vida en la barriada de Barejones y bajaba estas pendientes, que antes solo eran campo, en busca de algarrobas con sus hermanos y amigos. Ahora atiende a Lebrija Flamenca aprovechando su actuación en el Teatro Municipal “Juan Bernabé”. Ha venido a pasar el día y está disfrutando en su localidad natal.

David P. Dorantes: Nací aquí, en este barrio, en la casa de mis padres. Hasta los ocho años estuve en Lebrija, correteando por estas laderas. Vivía en Barejones y aquí jugaba al fútbol, cogíamos algarrobas, cogíamos remolachas y nos las comíamos… Luego destinaron a mi padre, que era profesor a Tomares, y seguimos viniendo a Lebrija a cosas de familia, bodas, comuniones… A mí me marcó mucho la infancia, también en mi música. Yo he crecido rodeado de mi tía Fernanda, mi tíos Antonio, Vicente, Pedro… mi tío Bacán, mi tía Inés, mi abuela, Perrate, mis tías Cristobalina, Catalina… el Funi… las fiestas que formábamos eran increíbles, todo eso te marca.

Lebrija Flamenca: ¿Cómo vive uno el hecho de que cuando la familia se sienta a la mesa, más del 80% van a pasar a los libros de historia del flamenco?

David P. Dorantes: Somos conscientes de la herencia que tenemos. Yo, a mis hijos les intento transmitir que son herederos de una música muy importante en el mundo. No solo de una música, también de una filosofía de ver la vida… Somos conscientes de lo que tenemos entre manos y vivimos unos encuentros muy bonitos, la música está presente siempre en nuestras convivencias… Es como una religión, casi.

Lebrija Flamenca: El flamenco es un tipo de música difícil de entender, que difiere mucho de los sonidos occidentales a los que estamos acostumbrados. Desde tu formación y como músico, ¿cómo explicas tú esta teoría de las microtonalidades en el flamenco?

David P. Dorantes: La parte más pequeña en la que se divide la música occidental es medio tono. El flamenco lo divide no en medio, sino en cuarto de tono, más pequeño todavía. Con mi instrumento no lo puedo dar, ese cuarto de tono, solo con instrumentos que no tienen trastes, como el violín, también la voz… el cante. Eso es lo que le da el matiz. Hay compositores que lo llegan a escribir, como Béla Bartók, un compositor de música contemporánea, lo pasa al pentagrama, escribe una flecha mirando a la nota y escribe el cuarto de tono. En el flamenco se da ese cuarto de tono y en la música india lo dividen en nueve, es mucho más complicado. Los gitanos flamencos lo hacen con la voz de forma inconsciente.

Lebrija Flamenca: ¿Con qué música te sientes más cómodo, después de haber tocado con músicos de todo el mundo?

David P. Dorantes: Con la música que me siento más a gusto es con mi música, la que yo hago. Luego tengo otras preferencias… está el flamenco, tengo que decirlo. Luego viene la música clásica, que es lo que he estudiado en el conservatorio. Dentro de la música clásica, la contemporánea, que se acerca mucho al jazz por las armonías que usa. La música hindú, el folklore de los países del este de Europa, de Rumanía, de Bulgaria… es muy rico. De Hungría también, un poco de todo.

Lebrija Flamenca: Cuando viajas tanto, ¿te da tiempo a conocer bien los países a los que vas, al menos musicalmente?

David P. Dorantes: No me da tanto tiempo, aunque intento buscar y si puedo, pregunto dónde puedo escuchar música realmente buena, y me voy a una especie de tasca como la que hemos estado antes… Me pasó en Sofía, en Bulgaria, dando un paseo me llevaron a un sitio donde estábamos muy tranquilos y de pronto empezaron a cantar cuatro hombres haciendo armonías… esas cosas enriquecen mucho.

Lebrija Flamenca: ¿Nos puedes hablar del espectáculo InterAcción con Úrsula López y Leonor Leal? También con Javi Ruibal en la percusión.

David P. Dorantes: La idea es la interacción de los tres elementos: el baile, la percusión y el piano, que también es percusión. Los tres elementos tienen dos cosas en común. Cada uno tiene una parte percusiva, el baile tiene los pies. Y los tres elementos tienen la parte más estética, más bella, más dulce… la armonía del piano… la capacidad de la percusión de convertirse en dulce a través de los instrumentos de pellejo, de la pulsación que se le dé, de los platos… y los brazos en el caso del baile. Interacción porque están en todo momento los tres interactuando.

Lebrija Flamenca: Te hemos visto en una campaña de la Fundación Secretariado Gitano animando a los niños a que estudien: “Gitanos con estudios, gitanos con futuro”. La verdad es que no es tan obvio, es realmente importante recordarlo.

Dorantes

David P. Dorantes en Lebrija. Foto: APérez.

David P. Dorantes: Sí, es necesario e importantísimo. El pueblo gitano tiene que tener más preparación en la sociedad de ahora. Yo soy músico, no me he conformado solo con lo que he aprendido en la familia, he ido al conservatorio. Hay que estar formado para poder convivir con los demás y tener acceso a puestos de trabajo interesantes y aportar a la sociedad. Los gitanos tenemos muchas vivencias y una forma de ver la vida muy bonita que si se conjuga con una preparación podemos aportar muchas cosas. Y a los niños hay que motivarlos: hay que estudiar y no hay opción. Hay que estudiar.

Reportaje de fotografías de ANTONIO PÉREZ.