Los lebrijanos pueden disfrutar de la EXPOFLAMENCO, EXPACIO COMPARTIDO al aire libre

Más allá de la estética de las imágenes, Pedro Carrasco y Araceli Pardal están haciendo un testimonio para la historia

Caracolá

Inauguración EXPOFLAMENCO, ESPACIO COMPARTIDO

Tardes de julio. Tiempo de cuaresma flamenca, donde se preparan los aficionados al cante, al festival flamenco por antonomasia: la Caracolá Lebrijana, más aún en sus bodas de oro.

Dentro de estas actividades preparatorias es de destacar la exposición inaugurada en las calles céntricas de Lebrija de los compañeros Araceli Pardal y Pedro Carrasco. Más allá de la calidad y estética de las imágenes que nos deleitan la vista, yo pondría en valor de esta pareja lunática del cante gitano y de todo lo que lo envuelve. Ellos, sin darse cuenta, están haciendo un testimonio que quedará para la historia cuando pase el tiempo inexorable, pero quedarán los testimonios gráficos.

Más aún, hacen un estudio antropológico del flamenco y sus gentes. Os doy mi enhorabuena y seguid luchando por este arte nuestro.

Dejamos en este álbum imágenes de la jornada de inauguración, presidida por la alcaldesa de Lebrija, María José Fernández, y la delegada de Cultura, Tamara Carrasco; además de colectivos como la Hermandad del Ecce – Homo y la Peña Flamenca “Pepe Montaraz”:

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

XXXI y XXXII CARACOLÁ LEBRIJANA – años 1996 y 1997

¿SABÍAS QUÉ?

- En la Caracolá del año 1996 actúan los niños de Fray Juan o “Juventud Flamenca de Lebrija” como aparecen en el cartel. Tenemos aquí una fotografía de aquel año en la presentación de la Caracolá en Sevilla:

 

Caracolá

XXXI CARACOLÁ LEBRIJANA 1996_Juventud Flamenca de Lebrija

- La Caracolá del año 1997 se dedicó a la figura del guitarrista Pedro Bacán, tristemente desaparecido ese mismo año. Actúan los artistas lebrijanos: Juan Peña, Curro Malena, Manuel de Paula, Pepe Montaraz, José de Lebrija y su hermana Inés Bacán.

Os dejamos una foto de la presentación del cartel, con la entonces delegada de Cultura del Ayuntamiento, Ángela Mendaro:

Caracolá

XXXII CARACOLÁ LEBRIJANA 1997_Cartel Homenaje a Pedro Bacán

 

José Carrasco Peña, fundador de “La Debla”, iba con su coche repartiendo publicidad del festival por los pueblos vecinos

Caracolá

Entrevista a JOSÉ CARRASCO PEÑA #50Caracolás

Una entrevista que se lleva a cabo en el umbral de una puerta tiene que ser cuanto menos agradable

Si además, hablamos de la Caracolá Lebrijana con uno de los fundadores del grupo “La Debla” pasa a ser muy interesante y algo, un poquito, nostálgica.

El matrimonio formado por José Carrasco Peña y Ana Peña manifiesta juventud. Sus gestos, sus sonrisas y sus miradas cómplices son joviales, a pesar de su edad. Los dos han vivido mucho, llevan el flamenco como parte de sus vidas y asistieron a la primera Caracolá que ahora se conmemora con el 50 aniversario.

 

A José Carrasco lo llamaron para pertenecer a aquel grupo de “La Debla” de buenos aficionados y personas comprometidas con el cante flamenco y la cultura gitana:

José Carrasco: “En la primera Caracolá cantaron los artistas de Lebrija, principalmente. Y al público fuimos nosotros, el grupo de aficionados de aquí mismo. Estuvimos poniendo los asientos y repartíamos una botellita de vino y una botija de recuerdo. En la segunda ya hubo más gente que no nos esperábamos y tuvimos que hacer entradas a bolígrafo para venderlas. Vino mucha gente de afuera”.

A José Carrasco le gusta colaborar e implicarse con la sociedad. Fue esto lo que le hizo adentrarse en la organización de “La Debla”. Con su coche, que utilizaba también para vender por los cortijos y así se ganaba la vida, repartía publicidad del festival por las localidades vecinas.

Tanto José como Ana pertenecen a familias cantaoras de Lebrija, que tienen entre sus miembros grandes profesionales y buenos aficionados. Nos complace averiguar que Ana Peña es hermana de “Barriguera”, hoy desaparecido. También tiene familia en las islas Canarias. Y José Carrasco es hijo de Josefa Peña “La Rumbilla”, cantaora que destacó entre las aficionadas. Aunque tenía 12 años cuando murió su madre, así que no la recuerda cantar. Al que sí recuerda es a Perico el de la Chana, por ejemplo, personajes lebrijanos que sin dedicarse profesionalmente al cante, destacaban con enormes cualidades cantaoras. Y también como bailaores, nos recuerda a “El Lata” y “El Bujo”.

José Carrasco es tío de Curro Malena y recuerda perfectamente el año 1984 en que lo acompañó a Mairena y se trajeron la Antorcha del Cante “y un gato en el maletero del coche”. Tal sería la euforia que ni se dieron cuenta y el animal viajó sin posibilidad de vuelta.

También es tío de Manuel de Paula y nos recuerda con cariño cómo rescató los romances de su madre “y me los dedicó a mí cuando los cantó en la Caracolá”.

José Carrasco es un buen aficionado a los que le gusta escuchar: “A mí me gusta escuchar y no criticar, a mí me gustan como cantan mis dos sobrinos”. Y a su mujer Ana Peña le gusta más canturrear y dar su pataíta. Ambos se complementan.

Por aquella época la afición era pura y verdadera. “Todos los flamencos éramos buenos aficionados, nos bastaba cualquier excusa para montar las fiestas, un bautizo, una boda o cuando se iban los quintos”.

José Carrasco: “Nosotros invitábamos a los cantaores de Jerez y de Utrera para escucharlos. Nos íbamos a la bodega de Curro Martínez, al bar de “El Paula” o al “Tres de Oro” y allí nos daba la mañana escuchando a los buenos cantaores”. Eso sí  que era afición. Aquellos años difíciles de la década de los 60 y últimos años previos a la democracia: “llegaban los guardias y no nos dejaban reunirnos”, afirma contemplativo.

 

Su mujer Ana Peña se acuerda de las gañanías y de cómo “hacíamos fiestas de noche, después de trabajar en el campo. Escuchábamos a “El Chozas” hasta la madrugada”. Y hace su propio análisis sobre estos tiempos: “hoy el payo está muy metido en el flamenco y le gusta, antes nos veían desde fuera”. Y su marido es categórico: “Comparadas con las de antes, hoy las Caracolás no valen nada”. Y se refiere sobre todo al ambiente de entonces, de respeto y de conocimiento. La categoría estaba en el público.

“Se fueron aquellos tiempos y ya no llegan más”, nos dice dando por concluída la charla.