…quisiera ser pájaro para poder volar, y encontrar un laíto donde poderme quedar…

Recital flamenco de Juan Peña “Pajarito” y Malena Chico en la Peña “Pepe Montaraz”

El aperitivo antes del almuerzo del domingo 8 de febrero lo tomé en la Peña Flamenca  ”Pepe Montaraz”. Allí cantó uno de los ases de la baraja flamenca de los artistas sin escenario lebrijanos: Juan Peña “Pajarito”, con la guitarra malenísima de Curro.

 

Hijo de la Perrenga (cantaora lebrijana), cantaor con recorrido largo, con metal y con chispa, “Pajarito” voleteó por la tragedia y la libertad del flamenco, abrigando cada palo de cante que interpretó hasta dejarlo en su nidal correspondiente.

Empezó arrimándose a la soleá, después se mojó por  alegrías, estrujó su gusanera cabal por seguiriyas y se alivió por fandangos, hasta poner su brinde por fiesta, donde quizás iba muy acelerado. Aquí tiene un buen repertorio cuando se asienta a compás de Lebrija, acordándose de algunas letras de su madre y la echó a olvido en este día.

Una vez más poca asistencia de público y cada vez la duda mía se me hace más grande cuando me pongo a considerar sobre la afición flamenca de Lebrija: ¿gusta el flamenco?, parece que aquella letra de Camarón que cantaba ” ya no somos los que éramos , estamos cambiando…” va a ser una realidad.

Y el cambio de mal a peor y más en la Peñas, pero ¿ya no tiene valor el flamenco? Lo estamos diciendo en voz alta con la no asistencia, y encima sin pagar ni un duro por entrada. Se sabe que todos los cantaores no son de todos los gustos, pero una cuna como Lebrija de 26.000 habitantes y que no llenemos media peña es penoso. Vamos a buscar entre todos una fórmula, una estrategia, … seguro que la habrá porque el flamenco necesita a la afición lebrijana, sí o sí.

Os dejamos unas fotos de los ensayos, minutos antes del recital:

Muere la cantaora sanluqueña LA SALLAGO y con ella se nos va el siglo XX definitivamente

Encarnación Marín Sallago, Sanlúcar de Barrameda (nace en 1919 y muere en 2015)_FOTOGRAFÍAS DE ANTONIO PÉREZ

LebrijaFlamenca.com le rinde homenaje a la cantaora sanluqueña Encarnación Marín, la Sallago, porque con ella se va una época y una manera de vivir el flamenco.

La noticia la podéis leer en el Diario de Cádiz pinchando aquí.

El flamenco como forma de sobrevivir. Empezó como saetera en su ciudad natal, y de allí a Jerez y a Madrid. Su carrera fue reconocida tarde, formando parte de espectáculos como “Los últimos de la fiesta” en 1985. Toda su biografía en la web de “El arte de vivir el flamenco”, pincha aquí.

Nosotros hemos querido rendir homenaje y expresar nuestras condolencias con este reportaje fotográfico de nuestro conocido fotógrafo ANTONIO PÉREZ.

¡Descanse en paz la Sallago!

Flamenco

Encarnación Marín LA SALLAGO, Sanlúcar de Barrameda (1919 – 2015)_Foto ANTONIO PÉREZ

Escuchar a MARTIRIO en la intimidad de un salón en Lebrija: “se canta mejor cuanto más se ha vivido”

La cantante “de presencia enigmática” nos habla (y canta) sobre la COPLA y la educación sentimental de las mujeres

Fue un lujo. Tener a Maribel Quiñones, Martirio, en la intimidad de un salón hablándonos de un género que conoce bien, la copla, y su influencia en la educación sentimental de las mujeres. Es decir, hablando de nosotras mismas, de nuestros sentimientos, amores, desamores, adulterios, creencias, religiones y todos los temas universales que han tratado nuestras coplas a lo largo de las últimas décadas.

El grupo lebrijano “Por amor al arte” organizó esta conferencia cantada a cargo de Martirio, que se celebró en un ambiente íntimo en El Benito, donde de manera periódica se celebran actividades particulares en torno a la cultura.

Actuó como telonera la actriz (amateur) lebrijana Dolores Calceta, que hizo un sketch divertidísimo en torno a la mujer; y al piano, el profesor gaditano Juan Luis Reyes Parodis. Iluminación escasa y un bonito cartel de Fátima Marcelo hecho para la ocasión. Todos los ingredientes para crear un ambiente propicio para escuchar a Martirio.

Maribel Quiñones fue presentada como “una arqueóloga musical” por sus investigaciones sobre las canciones antiguas. Su conferencia sobre “la mujer y la copla en nuestra educación sentimental” fue indagando sobre las costumbres y la memoria de una época pasada.

El acto se convirtió en un homenaje maravilloso a un género muy conocido, el de la copla, la tonadilla o la canción española: “la heredera del cuplé, del flamenco y de la canción”, según Martirio. Auténticos dramas cantados que sacaban a las mujeres de sus problemas cotidianos y de sus sentimientos retraídos por el régimen imperante. “Las mujeres de la época no opinaban, no podían expresarse: hacían un arte de la necesidad”.

Martirio va nombrando autores e intérpretes, Concha Piquer, Estrellita Castro, Miguel de Molina,… y va dando personalidad a sus coplas. La voz particular y aterciopelada de Martirio irrumpe en la intimidad del salón e intercala sus apreciaciones con sus interpretaciones.

Del pasado nos lleva al presente: “Hoy es diferente, las mujeres tenemos más personalidad, aunque sigamos siendo criticadas”. Y también nombra a los más actuales cantantes, Carlos Cano, Serrat, Javier Ruibal, Diana Navarro, Miguel Poveda, Pastora Vega,… y desde su experiencia se atreve a dar un consejo: “no vale copiar; se canta mejor cuanto más se ha vivido; si te has entregado en el amor, se transmite mejor con la copla que con ningún otro género musical”.

Lo de Martirio por la copla es pasión: “se puede cantar sola o con orquesta; ligada con el jazz o con el flamenco; tiene grandes posibilidades teatrales, es mágica, puede ser austera o barroca; la copa es de una riqueza imaginativa sin límites, es patrimonio cultural de nuestro país y es imposible que muera”.

Finalmente Martirio demostró sentirse a gusto y conocer bien Lebrija. Ella misma lo reconoció: “No he estado nunca en Lebrija, aunque parezca mentira”. Y tanto, porque terminó el recital por corraleras, coreada por un público entusiasmado.

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