EL COMPÁS QUE NOS GUÍA: El mundo de la cultura se reúne en torno a Juan Peña en el primer aniversario de su muerte

La familia de El Lebrijano organiza una misa en San Francisco y descubre una placa en su casa natal de la Silera, 56

El mundo de la cultura se dió cita, de nuevo, en torno al artista Juan Peña El Lebrijano. El cantaor, el músico, ha sabido siempre agrupar alrededor de su figura a un variopinto grupo de personas que tienen en común el amor a la cultura andaluza gitana y al flamenco. Esta vez, el motivo de la reunión era el recuerdo a Juan Peña Fernández, cuando se cumple un año de su fallecimiento el 13 de julio del pasado 2016.

Los actos han estado organizados con mucho cariño por su familia más cercana, especialmente sus hijos Juan (con su mujer Chiqui Macías en la logística) y Ana Belén Peña. En primer lugar una misa de difuntos en San Francisco, y despúes el descubrimiento de una placa que quedará para la historia flamenca de Lebrija en la fachada de su casa natal en la Silera, 56.

Una homilía especialmente dedicada a Juan Peña como cantaor y como persona: “rescató la musicalidad y la dignidad de los que sufren”, dijo el pastor, “pidamos al Señor que su cante no se acabe nunca”. Porque como se dijo en repetidas ocasiones en el acto, Juan es eterno a través de su música.

El acto de colocación de la placa fue especialmente emotivo, sencillo y con una frescura que se agradece en estos momentos flamencos de Lebrija. Las personas se congregaron ante la fachada de la casa que lo vió nacer y donde se vivieron “las risas primeras al nacer”, como dijo su hermano Pedro Peña Fernández, especialmente conmovido y rememorando un poema de Elio Antonio al que Juan Peña tenía pensado poner música: “Lebrija fue la cuna que meció mi sueño”, dijo en otro de esos versos.

A la familia Peña, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, primos (entre otros Inés y Juan Bacán), su compañera Pilar Soto y amigos, se unieron un gran número de personas que sería muy difícil enumerar, pues se encontraban entre el público aportando de manera anónima su amor por el músico y sus palmas a compás. Personas responsables o que han ejercido alguna responsabilidad en la administración pública, como el director del Instituto de Cultura Gitana del Ministerio de Educación, Diego Fernández, o el profesor que ha sido consejero de Cultura en la Junta, Juan Manuel Suárez Japón; representantes de todos los partidos del pleno municipal de Lebrija, así como otras instituciones lebrijanas como la Peña Flamenca o la Hermandad de El Rocío.

Artistas como José de la Tomasa y Antonio Carrión y de otras artes como el pintor Fernando Bravo o el productor Jesús Bola; otros artistas de su equipo como el violinista Faiçal, acompañado por su familia, o el cantaor Sergio Aguilera que interpretó ante la placa conmemorativa y junto a dos guitarras compañeras el “Dame la libertad” que Juan Peña ha convertido en un verdadero himno andaluz y gitano.

Las palabras de Diego Fernández, amigo y responsable de la institución que vela por la cultura gitana en España, fueron especialmente interesantes y merecen un artículo aparte. También la alcaldesa de Lebrija, María José Fernández, agradeció el acto a la familia en nombre del pueblo de Lebrija, y Juan Peña hijo remató diciendo que su padre le tenía especialmente cariño a su pueblo y pidiendo “que lo escuchéis y los interpretéis, que es el mayor homenaje que se le puede hacer a mi padre”. Ana Belén Peña, además de escribir un hermoso texto para su padre (leído por el crítico flamenco Manuel Martín Martín en la homilía) tuvo palabras de admiración a su padre al final del acto.

Pero la verdadera guinda al pastel la puso la banda de música de la Hdad de la Humildad de Lebrija, que interpretó con ritmo certero el “Dame la Libertad” de Juan Peña poniendo a todo el mundo a jalear y tocar las palmas en honor a nuestro músico más universal.

La Cañeta de Málaga pisa por primera vez el Potaje Gitano de Utrera

La cantaora malagueña protagoniza uno de los mejores momentos del Potaje 2017 junto a la guitarra de Antonio Soto y su marido José Salazar

Íbamos dispuestos a que nos sorprendiera, porque nunca la habíamos visto en directo. E íbamos avisados de que era pura fuerza sobre el escenario. Pues efectivamente, nos sorprendió y nos gustó por su fuerza y por su gitanería sobre las tablas.

La cantaora Teresa Sánchez Campos, la Cañeta de Málaga, era la primera vez que pisabe el Potaje Gitano de Utrera. Y no porque acabe de empezar la señora, que lleva ya más de 50 años de recorrido profesional sobre los principales escenarios. Además, es hija de la gitana malagueña Dolores Campos, conocida como La Pirula, así que también le viene de sangre.

La Cañeta agradeció con age a la Hermandad de los Gitanos de Utrera que hubieran contado con ella: “menos mal que me han invitado, porque ya me iba (señalando al cielo) y no había pisado el Potaje”. Cantó primero por alegrías y después por los tangos de su madre, La Pirula, “que no grabó porque se fue muy joven” pero que popularizó su discípula la Repompa.

El cuadro flamenco que rodeaba a La Cañeta era con sabor añejo y recordaba los tablaos malagueños de los años 80. Su marido, José Salazar, la acompañó en todo momento e incluso hizo sus cantes, mientas La Cañeta tomaba aliento para afrontar la recta final. En las bulerías, todos se pusieron de pie, incluso el guitarrista Antonio Soto, dando lugar a una de los momentos más genuinos del Potaje de 2017.

Así que nosotros también agradecemos al Potaje Gitanos que nos traiga artistas de otros territorios flamencos, para conocer otros acentos y distinto compás. A veces nos parece increíble lo poco que se relacionan los terrtorios flamencos, hasta el punto de que La Cañeta no hubiera actuado nunca en Utrera.

Os dejamos imágenes como estampas de la actuación de La Cañeta de Málaga en el Potaje Gitano de Utrera de 2017:

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LXI POTAJE GITANO DE UTRERA 2017_Cañeta de Málaga

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LXI POTAJE GITANO DE UTRERA 2017_Cañeta de Málaga


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LXI POTAJE GITANO DE UTRERA 2017_Cañeta de Málaga

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LXI POTAJE GITANO DE UTRERA 2017_Cañeta de Málaga