#50AñosTeatroLebrijano Sucedió en Lebrija… y no por casualidad

La mesa sobre “Teatro Popular, Teatro Campesino” analiza el papel fundamental de Lebrija en la identidad andaluza

El debate reunió las perspectivas histórica, la lucha jornalera, la crónica periodística y el hecho teatral en sí mismo. Participaron protagonistas directos de aquellos años finales de la dictadura franquista, que convivieron con Juan Bernabé y el grupo de Teatro Lebrijano, y en muchas ocasiones los acompañaron en la lucha por las libertades.

El programa de conmemoración del 50 Aniversario del Teatro Lebrijano nos trajo, el pasado lunes 21 de noviembre, la mesa redonda sobre “Teatro Popular, Teatro Campesino” moderada por la periodista Nani Carvajal, en la que intervinieron el historiador y flamencólogo Antonio Zoido; el periodista Antonio Ramos Espejo; el líder del movimiento ecologista Paco Casero, y el dramaturgo Jerónimo López Mozo.

Un acontecimiento histórico que sucedió en Lebrija a finales de los 60 y principios de los 70, que reunió la vanguardia de la lucha jornalera y el movimiento cultural encabezado por el Teatro Lebrijano. Ambos acontecimientos abrieron las puertas de la libertad, y encabezaron los primeros pasos hacia la identidad andaluza y la propia autonomía.

El que más se aproximó a la figura de Juan Bernabé fue su colega y amigo Jerónimo López Mozo, que vino a confirmarnos que el éxito de “Oratorio” no fue casual ni producto de un milagro, ya que “la perfección técnica y teatral con la que se representó no era posible por un grupo de simples aficionados”. López Mozo destacó el afán de Juan Bernabé por formarse y estudiar, relató en primera persona los meses de formación en el Centro Dramático de Madrid y destacó otros montajes previos, como el de su propia obra “Los sedientos”.

Especialmente vibrante fue el relato de los meses de formación en Madrid, en la escuela teatral de José Monleón y con los mejores profesores que representaban distintas tendencias teatrales en el mundo. Allí se empapó Juan Bernabé de otras técnicas como la de “El Teatro de la Crueldad” de Artaud y allí escribió Alfonso Jiménez el “Oratorio”. Después, “una cosa llevó a la otra, porque tampoco es casual que Pepe Monleón fuera experto en flamenco y que conociéramos en Sevilla a Paco Lira y Salvador Távora”, cuenta un Jerónimo López Mozo emocionado, que se refirió a las condiciones extremas de Juan Bernabé en Madrid, con pocos recursos para subsistir.

Antonio Zoido hizo un alegato general en pro del teatro, desde su origen en la antigua Grecia hasta nuestros días: “el teatro por su esencia fue popular desde el principio” y se refirió al teatro como instrumento democratizador de la antigua Grecia y un método también de enseñanza a gente que no sabía ni leer ni escribir en diferentes civilizaciones. Este escritor y dramaturgo, al que Andalucía le debe bastantes reconocimientos, añade al hilo argumental del Teatro Lebrijano, el movimiento obrero y la incipiente autonomía, “la incorporación de otra identidad, la de los gitanos andaluces, a través del flamenco”.

El periodista andaluz y cronista de aquella época Antonio Ramos Espejo, se refirió más concretamente a la lucha jornalera y puso a Lebrija como ejemplo de “la lucha lenta del pueblo andaluz por encontrar su identidad”. Ramos Espejo tuvo palabras especiales para el líder jornalero Goznalo Sánchez “Patota” a quien venía a buscar de manera clandestina y del que “me hice cómplice de sus andanzas por Andalucía”.

Paco Casero puede hablar en primera persona de huelgas de hambre, ocupaciones de fincas y detenciones en aquellos años de lucha obrera, en los que se formaron el Partido de los Trabajadores y el Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Tuvo palabras de reconocimiento para algunos presentes, como Antonio Torres y el propio Zoido. Paco Casero, actual impulsor de la producción agrícola ecológica en Andalucía, explicó el lado emocional del Teatro Lebrijano, ya que “nos daba fortaleza para luchar y creer en todo lo que hacíamos”. “En Lebrija aprendí el concepto de la dignidad, el movimiento campesino tenía un sentido del compromiso de una profundidad tremenda”, añadió.

El debate se produjo después de las intervenciones, por parte de un público que también forma parte de esa historia de Lebrija que se estaba recomponiendo. Preguntas incontestables lanzadas al aire: ¿adónde hubiera llegado el Teatro Lebrijano si Juan Bernabé no hubiera muerto tan joven? ¿el grupo se hubiera profesionalizado? Y sobre todo, un gran debate para el que cada uno tenemos una respuesta: ¿qué ha pasado con las libertades conquistadas? ¿qué ha pasado con ese espíritu crítico? ¿con la dignidad de las personas? ¿Sería ahora necesario que surgiera otro teatro? En esta sociedad sin emociones y sin ideología, una sociedad pensada para el consumo…. con inmigrantes, con parados, con el IVA cultural y una Europa que, lejos de la libertad que prometía en aquellos años, cierra sus puertas a los refugiados. ¿Qué ha pasado?

Sobre Araceli Pardal

Periodista. Vivo en Lebrija.
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One Comment

  1. Estupendo artículo, un recorrido exhaustivo por la conferencia, y por nuestra historia reciente.

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