Concha Vargas ha hecho de la formación una disciplina flamenca y va unida íntimamente al país de Japón
No es una faceta muy conocida la de la formación en la figura de Concha Vargas. Ahora sí, en las redes sociales se pueden ver anunciadas sus clases magistrales, pero Concha lleva más de 20 años yendo a Japón a dar clases. Esta parte de la conferencia va dedicada a la formación y unida íntimamente al país de Japón, donde decenas de mujeres esperan a Concha cada año para mejorar su baile.
La foto es de Antonio Pérez. Este fotógrafo de Tarifa, que vive en Sevilla, ha conocido el flamenco prácticamente en Lebrija. O al menos ha empezado a interesarse más por el flamenco en cuanto ha sabido ver, a través de su cámara, la forma en la que se vive el flamenco en estas tierras. Sabe ver la flamencura en un gesto y persigue a Concha Vargas como es evidente. Esta foto está tomada en una master class de Concha en Sevilla.
Concha Vargas ha hecho de la formación una disciplina flamenca. De sus clases un espectáculo. No sé si sabéis que hay alumnas de Concha Vargas que han pagado para entrar en sus clases solamente para mirar. Cuando ya no ha habido plaza, no les ha importado pagar solo para mirar.
Porque Concha pone el mismo empeño en sus clases que en el escenario. La misma pasión, la misma fuerza vital. Cierto es que le encanta: “yo pongo en una balanza mis clases y el baile, y la balanza no se mueve”, nos dice tan expresiva como es ella.
TÉCNICA vs INTUICIÓN
Concha da las clases sin música enlatada, sin radio cassette, no le hace falta. Ella misma hace el compás o canturrea por bulerías. No le importa que haya distintos niveles de conocimiento entre sus alumnas, ni distintas edades. Su experiencia, su energía, su capacidad, hace que transmita eso que hace falta para atreverte a dar una pataíta, sentir el momento preciso y lanzarte al ruedo, sin salirte de compás, que es donde viene la complicación.
Concha te enseña la técnica, por supuesto. Ha formado a bailaoras que ahora se ganan la vida con el flamenco. Pero te ensaña sobre todo a distinguir, como dicen los cabales.
Por supuesto que el baile flamenco tiene sus medidas y sus tiempos, pero el baile de Concha Vargas es otra cosa. A priori se diría que es imposibe de enseñar. Entre la técnica y la intuición, Concha ya nos lo ha dicho en la entrevista que le hicimos para LebrijaFlamenca.com hace unos días, entre la técnica y la improvisación, Concha elige la gitanería, que no es nada menos que la mezcla personal y genial de la técnica con sus maneras de bailar, y sigo usando sus propias palabras.
¿Y eso cómo se enseña? Es por eso que digo que Concha Vargas ha creado también una manera de enseñar distinta a la de otras profesoras. Te enseña el compás lo primero, después los pies, los brazos, el cuerpo, de la mitad para arriba, la cabeza… y la expresión de la cara ¿cómo se enseña? Las clases de Concha Vargas son uno de los sacramentos, enseñarás como yo te he enseñado. Y en esa atmósfera casi tan imponente como la del escenario, una hace lo que puede y otras, han conseguido avanzar casi hasta el milagro.
CLASES EN JAPÓN
Sobre todo en Japón, donde Concha Vargas viaja con su familia, a veces sola, y permanece allí durante semanas. Pasan por sus clases decenas y cientos de alumnas que la esperan con gran inquietud de un año para otro. Concha ha hecho de Japón su segunda patria, y más la quieren allí.
En Japón gusta mucho el flamenco, hay grandes aficionados y no toman gato por liebre. Pensamos que como el carácter de los gitanos flamencos y el carácter de los japoneses es tan diferente, las culturas son tan distintas, pensamos que se atraen como polos opuestos. De otra manera, no hay quién se explique por qué gusta tanto el flamenco en Japón. Los japoneses son más dados a ocultar sus sentimientos, en aquel país mostrar el afecto en público está incluso mal visto. El flamenco es todo lo contrario, es la expresión en sí misma y es por eso quizás que lo admiran. Es como una liberación sentimental, una oportunidad para expresarse, para sacar afuera aquello que tienes en tu interior.
Porque con Japón ni siquiera compartimos el idioma. No hace falta entender las letras. El flamenco ha entrado directamente en el alma de los japoneses, directo al corazón. Así les ha entrado Concha Vargas a todas estas alumnas que la esperan cada año para dar sus clases. No solo les interesa la coreografía o la técnica, a estas alumnas japonesas, y nos lo ha contado una de ellas, les interesa aprender lo profundo. Y ahí está Concha Vargas para enseñárselo.
Siguiente capítulo: Concha Vargas_La Transgresión.