Sobre Pedro Carrasco

Aficionado a la escritura. 10 años en el programa Camelamos Naquerá de Radio Lebrija

Misa gitana en el XVII Aniversario del Beato Ceferino en Utrera

Las hermandades participan en una misa que se convierte en un encuentro y convivencia entre devotos del Beato

La devoción se palpa en el ambiente. Los asistentes a la misa de conmemoración del XVII aniversario de su proclamación como Beato lo tienen por un “santo”. Cuentan las anécdotas en primera persona: “iba siempre con un rosario en la mano”, “ayudaba a todo el que se le ponía por delante”,…

La misa se ha celebrado este año 2014 en Utrera, en el Santuario de la Virgen de la Consolación. Un templo de una arquitectura singular y de enormes dimensiones, óptimas para albergar a los “peregrinos” de todos los pueblos hermanos que participan en la celebración.

La Hermandad de los Gitanos de Lebrija puso un autobús y muchos lebrijanos tuvieron al oportunidad de participar de una misa que se convierte en un verdadero acontecimiento de exaltación de la cultura gitana y de seña de identidad de un pueblo católico con una forma de expresión propia.

Estas fotografías así lo demuestran:

Después de la misa, hay una convivencia en la caseta municipal de Utrera, donde el baile y el cante vuelve a hacer acto de presencia y donde los asistentes ponen en común comidas y bebidas, por tal de echar un buen rato.

Álbum de fotos de los lebrijanos que asistieron al XVII Aniversario del Beato Ceferino de Utrera:

El público acoge con entusiasmo el pre-estreno de Belén Maya en el Teatro Municipal de Lebrija

Cada “invitado” de la bailaora otorga una personalidad distinta al espectáculo

Todo comienza con un público, podríamos decir, inusual. Pues muchos de los asistentes eran niños de la Escuela Municipal de Música y Danza de Lebrija. Iniciativa que es de aplaudir, pues es una forma de fomentar la asistencia a espectáculos.

Belén Maya

Los Invitados de Belén Maya

Belén Maya da comienzo con una puesta en escena mímica, teatral, acompañada de la guitarra de Javier Patino que narra la secuencia. Los primeros minutos de baile corren a cargo de dos jóvenes cantaores: José Anillo y Gema Caballero.

Jugando con las luces y sombras, llega una sorpresa que nadie se espera. Desde el fondo del escenario se acerca una  bailaora que resulta ser un hombre vestido con bata de cola y mantón de manila. Manuel Liñán mueve su bata de cola perfectamente, al igual que su mantón, sin ser femenino. Se marca una alegrías vestido de mujer, dándole masculinidad a la vestimenta. Al poco sale a escena Belén Maya y empiezan un juego, bailando idénticos como si fueran un reflejo el uno del otro, transmitiendo sensualidad y complicidad.

Con cada artista, con cada “invitado”, el espectáculo va cambiando de personalidad. Entra en escena Tomás de Perrate, rodeado de las palmeras Marina Valiente y Laura González. Cambiando totalmente el tono, rompiendo el ritmo hasta ese momento, para introducir su infundio otorgándole frescura. Tomás también trae sorpresa, cantando una canción con sonidos negros que nos llevó hasta los años cincuenta, recordándonos aquellos grandes espectáculos de Brodway.

José Valencia en el escenario marca la diferencia con la seguiriya, acompañado de la guitarra de Rafael Rodríguez. Al salir su cante a borbotones de su boca, a Belén se le nota como cambia su rostro. Entonces comienza a entrelazarse su cante con el baile como si fueran hilo y aguja hirvanando los sentidos. Con un video de la bailaora Carmen Mora (madre de Belen) se cierra la visita de José Valencia.

Aparece Carmen Linares en medio del escenario  ataviada con una túnica morada, mostrando su maestría como cantaora, con su voz rota nos lleva a sus adentro, haciendo que su visita nos parezca de terciopelo. Belén le sale al escenario y da comienzo a un baile casi nostálgico, agarrando cada quejío de Carmen.