Homenaje a CHARO CORTÉS en Lebrija

Un gran número de artistas vienen a Lebrija a recordar a la bailaora gaditana Charo Cortés

Bailaora

HOMENAJE A CHARO CORTÉS EN LEBRIJA_Ana Belén Peña Cortés

Murió hace más de cuatro años y Lebrija aún no ha reconocido el papel, tan importante, que como muchas mujeres flamencas jugó Charo Cortés a lo largo de su vida.

LebrijaFlamenca.com va a colaborar con su hija Ana Belén Peña Cortés a recordar su figura y vamos a contribuir para que el próximo día 27 de diciembre estemos muchos lebrijanos disfrutando de la Navidad Flamenca organizada en homenaje a Charo Cortés.

Por ahora, adelantamos el cartel, que como podemos ver, es un lujo:

NAVIDAD FLAMENCA / HOMENAJE A CHARO CORTÉS

Día 27 de diciembre a las 19:30 horas

Lugar: Salón de Celebraciones Café – Bar Las Marismas.

Entrada 8 euros (1 kilo de alimentos destinado a obras de caridad).

Autobuses gratis desde el aparcamiento del LIDL.

Venta de entradas: El Asador y El Palaustre.

Al cante:
JUAN VILLAR
NANO DE JEREZ
JOSE MÉNDEZ
MARI PEÑA
MANUEL DE ANGUSTIAS
JUANA VARGAS
TOMA CASTAÑA
ROMERO Y JARA
ISABEL CARRASCO
ROSAS FLAMENCAS
A la guitarra:
ANTONIO MOYA
RYCARDO MORENO
CURRITO MALENA
LUIS CARRASCO
Percusión:
ÁNGEL PEÑA
MONO
Colaboración especial: LA MACANITA, CARMEN LEDESMA, PASTORA GALVÁN, CONCHA VARGAS Y PEPA BERMÚDEZ.
Presentador: MANUEL MOLINA

LA PASCUA de Luis de Chimenea nos muestra cómo viven los gitanos la Navidad

Una gran familia de artistas de Lebrija y el Campo de Gibraltar arropada por voces más consagradas del panorama flamenco

Los artistas invitados eran una apuesta de éxito seguro. Voces consagradas ya, profesionales del mundo del flamenco y la canción española, que están en la actualidad en la cima del éxito. Todos ellos se muestran solidarios y apoyan el espectáculo de LA PASCUA DE LOS GITANOS EN LEBRIJA. Acuden generosos a la llamada del principal convocante Luis de Chimenea en torno a las fechas navideñas.

Jesús Méndez cantó más cerca de la Paquera que nunca, tan acostumbrados estamos a escuchar a la desaparecida cantaora jerezana cantarle a la navidad. “Por los caminos de Egipto” se acercó el jerezano a los sones de las zambombas del pueblo vecino. María José Santiago venía entrenada en su gira navideña por otros muchos teatros y lo demostró sobre el escenario, poniendo a cantar al patio de butacas con el conocido villancico “Envidia…”. Pepe el Marismeño cantó su “Gloria” y mostró su generosidad donando juguetes para los niños y niñas de Lebrija que más lo necesiten. Y el Giraldillo al Cante de la última Bienal, Antonio Reyes, hizo sus cantes de baja mar, acompañado por la guitarra también premiada de Manuel Valencia, con los clásicos “Campanilleros” de Manuel Torres.

A este cócktel de éxito, que hizo que las entradas estuvieran vendidas desde prácticamente antes de ponerlas a la venta, hay que sumarle los incondicionales hermanos Morancos, César y Jorge Cadaval, que por segundo año consecutivo acuden a la cita y demuestran que lo suyo es mucho más que contar chistes. Sienten, realmente, afinidad por los gitanos de Lebrija y su entorno.

Y ahora dicho esto, me van a perdonar los artistas consagrados, porque me voy a referir a la verdadera Pascua Gitana y al ambiente familiar que vivimos en la noche del pasado 16 de diciembre en el escenario del Teatro Municipal de Lebrija. Y me voy a quedar con los principales villancicos como favoritos: el que cantó Luis de Chimenea hasta partirse la camisa, en homenaje a Turronero, con arreglos del músico de San Roque, guitarrista y cantaor, Manuel Peralta Flores, que también nos deleitó con unos minutos por bulerías que parecía haberlos sacado del fondo de un cofre. Y el poema del poeta de la generación del 27, Gerardo Diego, que cantó Anabel Valencia como si fuera a arrumar a su hijo hasta que la rabia la partía en dos, “yo no sé, no sé, con qué lo envolveré yo, cuando venga, no sé…”.

Además, hubo otros: “Diciembre” de Manuel Terremoto, que interpretó Luis de Mateo con un temple propio de los viejos cantaores de otros tiempos. No me puedo quedar aquí, porque la voz casi negra, salinera y cosmopolita de Manuela Montoya nos deleitó con un villancico rebuscado “Sirva tu cuna”. Y Jesús de la Frasquita ya nos tiene acostumbrados a su cante certero; Manuel Vega “P’a que no llorara” y las guitarras de Currito Malena, Juan de Clemente y el ya mencionado Manuel Peralta. A la percusión Juan Manuel Hidalgo, Marote Jesús Román y el niño Mario Carrasco. A la gran familia se ha unido este año un músico excepcional, que ha encajado con sus interpretaciones de trompeta, el cubano Ranffis Erik Nardos. Y las palmas y los jaleos y el alma de la Pascua de Rocío al Turronera y Vero Bermúdez Monge.

Luis de Chimenea ha inventado una fórmula que funciona. Se ha salido del saco de las zambombas, que las hay a montones, y ah imprimido un sello propio con su Pascua Gitana. La donación de fondos de la taquilla a una asociación de enfermos de alzhimer y la recogida de juguetes dan carácter solidario a su pascua. Pero es mucho más: Luis de Chimenea intenta crear en el escenario el verdadero ambiente de una casa de una familia gitana en navidad. Villancicos, emociones, sentimientos… y una guasa gitana de pasarlo bien y estar a gusto que hizo que se vistiera de angelito para el fin de fiestas como si se tratara de una fiesta particular en el salón de una casa.

Veamos este álbum de fotos del fin de fiestas:

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Zambomba Flamenca de la Hermandad de los Gitanos: ASÍ LLORA LEBRIJA POR NAVIDAD

Cartelón y lleno absoluto, junto a los cantaores más consagrados han sonado metales nuevos este año

Caminaba este viernes 12 de diciembre hacia el Teatro “Juan Bernabé” con mi mujer y mis hijos y presentía mediante lo que ocurría a mi alrededor lo que podía suceder en la 22 edición de la Zambomba Flamenca organizada por la Hermandad de los Gitanos: El agua de la fuente del Elio cantaba al caer con júbilo y alboroto, el cielo encapuchado de gris tenue lloraba sus primeras lágrimas sobre esa Giraldilla tan flamenca vestía de oro envejecido y collar de luces de Navidad, y ese peinado del teatro iluminado por unas estrellas que solo había allí, fue lo que me produjo esa premonición de éxito.

Vaya que si lo fue, cartelón y un lleno absoluto. Quizás haya faltado un punto más de sal al espectáculo, yo buscaba un algo más  y no lo encontré, y digo el porqué, porque en esta zambomba se siente más que se ve.

Aperitivo de polvorones, pestiños, vino negro o aguardiente de Casa Bar Taroque para amenizar la entrada al teatro, y así dar tiempo para encender el baño de leña del escenario y poner esas bombillas de luz de colores a las flores de pascuas que posaban en aquella pequeña escalera.

- ¿Qué se puede destacar de esta edición? La diversidad de voces de todo el espectáculo, han sonado voces de diferentes metales como ningún año, cada una con un mensaje, algunas despertaron los lagrimales de los asistentes.

- ¿Con quién me quedo? Me quedo con muchos, pero si tengo que elegir, me quedo con la musicalidad de las guitarras de caoba pura de Pedro Peña, Luis Carrasco, Currito Malena y Curro Vargas; y con el otro sonido del espectáculo de los dos Manuel en la percusión, caja, timbales, platillos… que nunca se valora su gran aportación, solo la de los cantaores y son culpables del otro color de la zambomba.

- ¿Y de cantaores ? Poca continuidad por los que me gustaron a mí:

Malenísimo villancico de Malena Carrasco, imán de cal, pausado y con dolor meció su rama de canela que lleva dentro, voz que promete y despunta. Deseaba otro más, el brío y la firmeza de Raquel Zapico, me gusto más hace dos años con la nana. El segundo villancico de Inés Bacán, lo recogió en su personalidad y se lo metió en su faltriquera para darle su arraigado metal abacanado. La otra voz que augura futuro, la de Luis Vargas, metal mondego de pie a cabeza, partió su timidez en sonata gitana de Navidad, otro villancico más tenía q haber cantado.

Y por supuesto el villancico de la cenicienta lebrijana en el flamenco Anabel Valencia, tremendo el silencio del teatro escuchando su duende, el duende que duerme en todas las habitaciones de su sangre, poco surtido para tan gran artista. Y por supuestísimo, el Papa del Flamenco como lo catalogan, ¡¡benditas tus oraciones José Valencia!!, artista que se abre sus venas en cada actuación, es uno de los estandartes de esta zambomba, fundador y fiel a la Hermandad, lo dijo en su participación: “es mi zambomba”, venía de cantar en otro lugar, estaba algo cogido de la garganta, pero no se notó en el villancico, a su estilo, con proyección y compartiéndolo con los asistentes para hacerle compás, poco florilegio, el año pasado estuvo mejor, pero lo de José es comprensible, vaya sacrificio que hace por estar con la Hermandad!!

- ¿Y los demás, que mensaje dejaron? Involucrados y con buenos aportes, derramaron Azúcar y Canela en el proscenio los hermanos Del Toro, Carmen, Sergio, Antonio el Maleno, palmeros,… el arte de Lebrija siempre tendrá valor, aquí y allí hay una juventud que va a dar mucho ruido.

Los Canasteros hacía unos años que no venían y quizás fue esa frialdad al empezar, todo pautado por Rubén poco a poco fueron entrando, la clave fue el tema “Agua de rosa” interpretado por Nieves Ganfornina, voz embrujada y sus lágrimas al acabar el villancico junto al aplauso de los concurrentes dijeron mucho.

Después el grupo fusionado por Lebrija, Jerez y Las Cabezas nos acercaron a la Nochebuena, con ritmo flamenco envolvieron al lleno de las butacas, Juan, Carmen, Chonchi y Nieves, estaba por allí El niño Juanito que se canta y se baila p’a reventar, pero estaba muy inspirado en la noche del viernes para salir.

Y que no me se olvide Pedrito, hijo de Pedro Peña, puso su granito en su villancico y de coro, quizás el peso de su padre y de Inés lo eclipsó, pero tiempo al tiempo.

Y por obligación, que no me olvide de la ausencia errante de una de las faraonas del baile gitano,  Concha Vargas, por motivo gripales no pudo estar allí ni ella ni su hija.

- ¿Qué peso tiene esta Zambomba en Lebrija? Todavía no somos conscientes de su peso, pero es hora de analizarla y ver que son 22 años, y casi todos de una envergadura abismal, han salido de ahí muchas voces y siguen saliendo, y el trasfondo que hay detrás es para tirar las sillas por lo alto, la fe a una Hermandad, el patriotismo gitano a dos imágenes, y sobre todo la fidelidad lebrijana a la Hermandad de los Gitanos de Lebrija.

Comenzó el llanto de la Navidad, ¡ vámonos cantando que ha nacío el Niño Jesús!
Ea ea ea bendita su cruz 
¡Vámonos cantando que ha nacío el Niño Jesús!
Quítale los clavos que se ha dormío en Belén de la Fontanilla.

Más fotos del espectáculo:

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