Reproducimos aquí las palabras de su sobrino Sebastián Bacán acompañadas de las imágenes del fotógrafo Antonio Pérez
La cantaora lebrijana Inés Bacán tocó el cielo con sus manos, el pasado viernes 18 de noviembre, en la Peña Flamenca La Trilla de Trebujena. Confiada y a la vez vulnerable, hizo alarde de conocimiento, de entonación y de sabiduría y ofreció al público un recital de los que hacen historia.
Acompañada de la guitarra hermana de Antonio Moya y de familiares a las palmas, Inés Bacán tiró de memoria, de familia y de tradición; pero también de vanguardia y de rebelión para ir desglosando sus cantes. Porque nadie mejor que ella para poner en evidencia que no hay nada más transgresor que el propio cante tal y como ella lo dice, de una manera que la convierte en una artista única y distinta en el actual panorama flamenco.
Palabras del sobrino Bastián Bacán tras el espectáculo
Hijo del guitarrista Pedro Bacán, Sebastián Bacán disfrutó del espectáculo de su tita Inés en estos términos: “Lo del viernes fue increíble. Inspiradísima, a gusto, nerviosa después de seis meses sin haber cantado. Nos deleitó la tita Inés con su bondad, maestría y cachos de corazón cantaos.
Un privilegio de noche. Bulerías empezando Antonio con esos arpegios de mi bato, dejando en suspense una música que se va formando. Fandangos por soleá que fueron de virtuosa del alma. Siguiriyas de elevación de casa real. Nana que se quedó dormida mi Claudia. Soleá por bulerías que sabe a Bacán. Antonio con todos esos giros hacia la música de mi genio preferido, mi bato de mi alma. Cantiñas de la abuela Fernanda, esa gloria de casa que nos la trae y parece que la veo. El alma se cura contigo, tita”.