#50AñosTeatroLebrijano La mesa redonda sobre Teatro Independiente destaca “el desprecio hacia el teatro comercial”

Profesionales de la escena y de la gestión teatral vinculan el teatro universitario e independiente con la lucha contra Franco

Interesantísima la mesa redonda sobre “Teatro Universitaio, Teatro Independiente” compuesta por profesionales de la escena y de la gestión teatral de larga y fecunda trayectoria, tales como Rosalía Gómez, José Luis Castro, Juan Margallo, Joaquín Arbide o Chus Cantero. El debate ofreció un abundante caudal de información y conocimiento, adornado en muchas ocasiones con la inteligente ironía y el sutil gracejo de los ponentes.

A modo de resumen, se podría hablar de la generalidad de las ponencias a través de tres aspectos principales:

-La politización de los grupos de Teatro Independiente, en un marco de general oposición a la dictadura. Se dice por parte de los intervinientes que en este aspecto se podría hablar de un lugar común en este sentido. Habla Margallo de la oposición frontal al régimen franquista y al mencionar al Grupo “Las Madres del Cordero” de una particular radicalidad de éstos.

“Desde siempre quise hacer teatro, eso sí, síempre unido a la acción política”, comenta José Luis Castro, al tiempo que Rosalía Gómez, habla de “herramienta para cambiar la sociedad”.

- La oposición que los grupos de teatro independiente mantenían frente al  convencional teatro comercial, por su presunta alineación con el régimen.

Existía un general rechazo al teatro que convencionalmente se representa en los escenarios -Madrid y Barcelona-, como un teatro poco crítico y si no complaciente con el régimen, al menos con absoluta ausencia de crítica hacia el mismo. De ahí el rechazo manifestado.

Joaquín Arbide dice que “no se debe hablar de teatro comercial, sino de teatro de calidad”, desde su punto de vista, “esta calidad debe ir unida también al entretenimiento del espectador”.

- Las inteligentes maniobras para soslayar la censura, siempre presente y a veces evitable.

La censura era otro escollo con el que inevitablemente se encontró el teatro independiente, no había ocasión en la que no aparecieran noticias al respecto, prohibiciones de representar y multas para los grupos más señalados.

No obstante, estamos transitando los años 60/70 y algunos gestores del régimen avistaban a corto plazo la inevitabilidad de un cambio del mismo, de ahí que en algún momento la  censura fuera más laxa e hiciera la “vista gorda”. A fin de cuentas, la cultura, que para el sistema tenía tan poca importancia, no era su principal enemigo, éste estaba en las fábricas y en los tajos.

¿Cómo se evitaba en alguna medida a los censores? Haciendo dos versiones de la obra a representar, la que revisaba el censor y la que realmente se representaba, aunque claro está, a veces te pillaban. Algunos de los intervinientes opinan que en ocasiones la autocensura hacía más daño a la creación.

Rosalía Gómez relata cómo “el teatro independiente supuso una herramienta para cambiar la sociedad, aprovechándose del contexto de apertura del régimen, auspiciada por las leyes de Fraga. También se refiere al teatro independiente “como contrapunto del teatro comercial”.

En la historia del teatro español de Ruiz Ramón, aparece una relación pormenorizada de los grupos de teatro independiente, en la que pesar de ser un recién llegado, también aparece la figura del Teatro Estudio Lebrijano.

Se pregunta Rosalía Gómez que cómo llegaría este teatro al pueblo llano, desde la concepción elitista del mismo lo tenía difícil. Sin embargo, “el Teatro Lebrijano encontró su sitio al llevar su teatro a la calle, a las plazas, a los campos, allí encontró el Teatro Lebrijano su esencia”.

Por su parte, Chus Cantero, importante gestor cultural, posee un importante conocimiento de lo que ha representado el teatro independiente, desde la gestión,  antes que desde lo artístico. Enmarca el nacimiento  del teatro independiente en el año 1968, haciendo mención nuevamente del historiador Ruiz Ramón.

Menciona hitos, como el Festival de Palma en el que participó el Lebrijano siendo premiado, y el Festival Cero de San Sebastián, que no tuvo continuidad.

José Luis Castro, importante gestor de teatros, director de escena, director de óperas en medio mundo, vincula desde el inicio de su intervención al teatro independiente con la acción política y la lucha contra la dictadura: ”Desde siempre quise hacer teatro, eso sí, siempre pensé que unido a la acción política. Mis referentes eran, Tabanque, Esperpento, Tábano, Goliardos, el Teatro Lebrijano, esto me interesaba, teatro y política”.

Como director del El Globo, Castro dice que “constaté la presencia de la mujer en un plano de igualdad en el grupo, un paso relevante también en ese momento, lo que hasta entonces no había ocurrido”.

Con un peculiar sentido del humor, Joaquín Arbide hace sobre todo un amplio repaso a su  trayectoria en el mundo del teatro independiente y de la comunicación, enmarcado principalmente en su grupo emblema Tabanque. Después de que del teatro universitario naciera Tabanque y Esperpento y las diferencias existentes en sus relaciones con otros grupos de teatro con los que a lo largo de su actividad profesional tuvo una relación, no siempre fácil, principalmente con Esperpento.

Aparece también en su intervención el tema del teatro comercial: “la cultura no tiene nada que ver con la seriedad, la cultura puede ser divertida y tremendamente comprometida, eso sí, si tiene calidad artística”.

Ante las acusaciones que le hacen en su momento de hacer teatro del sistema, responde con una exhaustiva relación de obras de importantes autores representadas por él: Buero,  Gala, Brecht, Alfondo Jiménez, Ionesco etc… Cuenta igualmente sus problemas con la censura y las autoridades del momento.

Juan Margallo, creador del mítico grupo Tábano, y continuando con la tradicional vinculación del teatro independiente con los movimientos contrarios al régimen franquista y a la lucha por las libertades, traza un panorámica del teatro independiente, lleno de profundidad y de irónico humor, haciendo un interesantísimo recorrido sobre su obra y deteniéndose en la más emblemática, Castañuela/s70. Diciendo de ella y relacionándola con la censura, tratada en esta mesa, que tenían dos versiones para la censura, de tal forma que la misma se pudiera evitar.

Menciona al hablar de la politización de los grupos a “La madre del Cordero”, como uno de los más politizados, y haciendo una broma cuenta la anécdota siguiente: “¿Sabes que Mao ha muerto? y responde: lástima con lo buena que estaba”. Respecto de la cuestión de teatro comercial teatro independiente, aclara que cada uno de ellos tenía su función.

Texto elaborado por Francisco Silva, antiguo actor del Teatro Lebrijano.

#50AñosTeatroLebrijano Sucedió en Lebrija… y no por casualidad

La mesa sobre “Teatro Popular, Teatro Campesino” analiza el papel fundamental de Lebrija en la identidad andaluza

El debate reunió las perspectivas histórica, la lucha jornalera, la crónica periodística y el hecho teatral en sí mismo. Participaron protagonistas directos de aquellos años finales de la dictadura franquista, que convivieron con Juan Bernabé y el grupo de Teatro Lebrijano, y en muchas ocasiones los acompañaron en la lucha por las libertades.

El programa de conmemoración del 50 Aniversario del Teatro Lebrijano nos trajo, el pasado lunes 21 de noviembre, la mesa redonda sobre “Teatro Popular, Teatro Campesino” moderada por la periodista Nani Carvajal, en la que intervinieron el historiador y flamencólogo Antonio Zoido; el periodista Antonio Ramos Espejo; el líder del movimiento ecologista Paco Casero, y el dramaturgo Jerónimo López Mozo.

Un acontecimiento histórico que sucedió en Lebrija a finales de los 60 y principios de los 70, que reunió la vanguardia de la lucha jornalera y el movimiento cultural encabezado por el Teatro Lebrijano. Ambos acontecimientos abrieron las puertas de la libertad, y encabezaron los primeros pasos hacia la identidad andaluza y la propia autonomía.

El que más se aproximó a la figura de Juan Bernabé fue su colega y amigo Jerónimo López Mozo, que vino a confirmarnos que el éxito de “Oratorio” no fue casual ni producto de un milagro, ya que “la perfección técnica y teatral con la que se representó no era posible por un grupo de simples aficionados”. López Mozo destacó el afán de Juan Bernabé por formarse y estudiar, relató en primera persona los meses de formación en el Centro Dramático de Madrid y destacó otros montajes previos, como el de su propia obra “Los sedientos”.

Especialmente vibrante fue el relato de los meses de formación en Madrid, en la escuela teatral de José Monleón y con los mejores profesores que representaban distintas tendencias teatrales en el mundo. Allí se empapó Juan Bernabé de otras técnicas como la de “El Teatro de la Crueldad” de Artaud y allí escribió Alfonso Jiménez el “Oratorio”. Después, “una cosa llevó a la otra, porque tampoco es casual que Pepe Monleón fuera experto en flamenco y que conociéramos en Sevilla a Paco Lira y Salvador Távora”, cuenta un Jerónimo López Mozo emocionado, que se refirió a las condiciones extremas de Juan Bernabé en Madrid, con pocos recursos para subsistir.

Antonio Zoido hizo un alegato general en pro del teatro, desde su origen en la antigua Grecia hasta nuestros días: “el teatro por su esencia fue popular desde el principio” y se refirió al teatro como instrumento democratizador de la antigua Grecia y un método también de enseñanza a gente que no sabía ni leer ni escribir en diferentes civilizaciones. Este escritor y dramaturgo, al que Andalucía le debe bastantes reconocimientos, añade al hilo argumental del Teatro Lebrijano, el movimiento obrero y la incipiente autonomía, “la incorporación de otra identidad, la de los gitanos andaluces, a través del flamenco”.

El periodista andaluz y cronista de aquella época Antonio Ramos Espejo, se refirió más concretamente a la lucha jornalera y puso a Lebrija como ejemplo de “la lucha lenta del pueblo andaluz por encontrar su identidad”. Ramos Espejo tuvo palabras especiales para el líder jornalero Goznalo Sánchez “Patota” a quien venía a buscar de manera clandestina y del que “me hice cómplice de sus andanzas por Andalucía”.

Paco Casero puede hablar en primera persona de huelgas de hambre, ocupaciones de fincas y detenciones en aquellos años de lucha obrera, en los que se formaron el Partido de los Trabajadores y el Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Tuvo palabras de reconocimiento para algunos presentes, como Antonio Torres y el propio Zoido. Paco Casero, actual impulsor de la producción agrícola ecológica en Andalucía, explicó el lado emocional del Teatro Lebrijano, ya que “nos daba fortaleza para luchar y creer en todo lo que hacíamos”. “En Lebrija aprendí el concepto de la dignidad, el movimiento campesino tenía un sentido del compromiso de una profundidad tremenda”, añadió.

El debate se produjo después de las intervenciones, por parte de un público que también forma parte de esa historia de Lebrija que se estaba recomponiendo. Preguntas incontestables lanzadas al aire: ¿adónde hubiera llegado el Teatro Lebrijano si Juan Bernabé no hubiera muerto tan joven? ¿el grupo se hubiera profesionalizado? Y sobre todo, un gran debate para el que cada uno tenemos una respuesta: ¿qué ha pasado con las libertades conquistadas? ¿qué ha pasado con ese espíritu crítico? ¿con la dignidad de las personas? ¿Sería ahora necesario que surgiera otro teatro? En esta sociedad sin emociones y sin ideología, una sociedad pensada para el consumo…. con inmigrantes, con parados, con el IVA cultural y una Europa que, lejos de la libertad que prometía en aquellos años, cierra sus puertas a los refugiados. ¿Qué ha pasado?

MARIO FUENTES AGUILAR, el fotógrafo de la baja Andalucía

La Expo del 50 Aniversario del Teatro Lebrijano dedica un rincón a Mario Fuentes, autor de la mayoría de las fotografías

Teatro

Fotografía de Oratorio_Homenaje a Mario Fuentes Aguilar

Casi 50 años separan a estas dos fotografías. La primera de ellas en blanco y negro fue tomada a principios de los 70 por el fotógrafo Mario Fuentes Aguilar durante la representación de Oratorio por parte del Teatro Lebrijano en las calles de Lebrija. La segunda es una recreación actual por parte del grupo de los Talleres de Teatro de Lebrija, que van a representar la obra emblemática de la trayectoria del Lebrijano en la Plaza del Hospitalillo, el próximo domingo 27 de noviembre (17 horas) con ocasión del 50 Aniversario del Teatro Lebrijano.

Mario Fuentes fue el autor de todas las fotografías del Teatro Lebrijano y convirtió en iconos gráficos algunas de las escenas que formaban parte de la representación de Oratorio. Imágenes que describen una época y que ponen en valor la trayectoria del Lebrijano en los útlimos años de la dictadura franquista.

La exposición que conmemora el 50 Aniversario del Teatro Lebrijano le dedica un espacio en exclusividad a Mario Fuentes Aguilar, el fotógrafo de la baja Andalucía. Nacido en Fuente de Cantos, decidió vivir en Lebrija, “en medio de la llanura desmedida de la marisma del Guadalquivir”.

En Lebrija se convirtió en notario de su patrimonio material e inmaterial: “Gracias a él, Lebrija y las tierras que la rodean, conservan con la precisión de la fotografía, una exhaustiva e infrecuente memoria: la memoria de aquellos a los que la Historia suele dejar sin historia”.

Gracias a Mario Fuentes, el Teatro Lebrijano conserva una a una sus visiones memorables. En la Exposición del 50 Aniversario, también se exponen fotografías de Mario Fuentes de otras temáticas: “No solo captó con su objetivo faenas agrícolas, artesanales y negocios, hoy en desuso; o escenas hogareñas y festivas, sino que también fijó para siempre los rostros y las manos de sus protagonistas”.

Toda la programación del 50 Aniversario del Teatro Lebrijano, pincha aquí.

Algunas imágenes de la muestra 50 AÑOS DEL TEATRO LEBRIJANO. El Comrpomiso de un Pueblo: