El Lebrijano y su vieja costumbre de la libertad

Apuntes de MIGUEL ACAL (2)_El crítico nos habla de la puesta en escena de Persecución y la salida al mercado de Casablanca

Tuvimos el privilegio de husmear entre los apuntes de la mesa escritorio del periodista Miguel Acal, desaparecido en el año 2002. Gran conocedor del flamenco, sus críticas tenían un gran prestigio y eran muy tenidas en cuenta por artistas y aficionados. Con sus opiniones quedan los artículos publicados en diferentes medios, pero nosotros hemos tenido acceso a los apuntes, a sus guiones de radio, a su lugar de trabajo en la mesa de su casa de Bormujos. Aquí en una miniserie, vamos a dejar constancia de algunas de sus opiniones sobre el flamenco gitano andaluz y los artistas a los que admiró y conoció de cerca.

Flamenco

Apuntes de Miguel Acal

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La puesta en escena de Persecución, en noviembre de 1978 en el teatro sevillano Lope de Vega, supuso para el crítico flamenco Miguel Acal, “un canto a la libertad y a la esperanza. Representa el triunfo de una idea. Significa una etapa fundamental en el camino hacia la igualdad. Es historia viva, sangrante, en clave flamenca, con compás ternario. Suena como un aldabonazo monumental en la conciencia de España”.

Y es que el disco de Juan Peña El Lebrijano que narra la historia de supervivencia del pueblo gitano como parte de la historia de España, ponía por primera vez sobre la mesa y en lenguaje musical, las penurias y persecuciones sufridas por gitanos y gitanas en época de los Reyes Católicos. Un capítulo silenciado en la historia oficial de pragmáticas y leyes racistas que sacudía las conciencias del imaginario colectivo.

Miguel Acal nos cuenta la puesta en escena del disco: “Lebrijano no busca el teatro denuncia. Sencillamente está mostrando una verdad, utilizando unos medios expresivos mínimamente fingidos”. Y aunque alude a los nervios propios de un estreno, destaca el baile intuitivo, sencillo y genial del espectáculo. No en vano, participaron en este estreno en el Lope de Vega figuras del baile como Farruco, Angelita Vargas, la Farruca, Pilar Gómez, Pilar Montoya, Juan Carrasco, el Biencasao y la joven promesa Joselito Cortés. Por cierto, que como artistas invitados estuvieron Chiquetete y Romerito de Jerez.

Y a este crítico flamenco ya desaparecido, capaz de hacer compás con sus propias manos, no le faltaba nunca el análisis musical de la obra: “Toda la obra, excepción hecha de los tarantos, las tonás y la seguiriya, se basa en dos músicas: la soleá y los tangos. Dos cantes de factura claramente gitana, con una posibilidad inmensa de matizaciones”.

CASABLANCA ¿un disco abastracto?

Flamenco

Disco Casablanca de Juan Peña El Lebrijano

Damos un salto en el tiempo y en 1998 Juan Peña El Lebrijano saca el disco Casablanca en la línea ya emprendida de encuentro entre las músicas flamenca y marroquí. Un disco que nace con polémica, porque “a unos les va a gustar, otros no lo tendrán en cuenta y muchos se escandalizarán”.

El Lebrijano incorpora los instrumentos y voces marroquíes de Reduan Ali Kourrich y de Hassan Jebejhbibi con un resultado que como mínimo, sorprende. Y se acompaña del músico y compositor Jesús Bola y de su primo Diego Carrasco.

Miguel Acal desea evitar la polémica y los enfrentamientos: “desde mi punto de vista, este disco pretende ser vehículo musical de entendimiento entre culturas”, como reza la dedicatoria en el propio disco: “Al Dios de todo, Humildemente le ruego, que este hermanamiento musical con hermanos de otras tierras, sirva para el entendimiento de los Hombres”.

De nuevo El Lebrijano trasciende el hecho musical con un mensaje universal y rompedor, que se sale de los patrones clásicos flamencos. Y de nuevo el crítico Miguel Acal recurre a su análisis musical para enjuiciar el flamenco: “Cantar a compás es el secreto de todo buen cante. Incluso diría de toda la música flamenca, en tanto ésta es al sucesión armónica de silencios y sonidos generados, a través de los siglos, por las gentes de esta tierra”. Así que decide darle una oportunidad al disco: “Casablanca me parece una producción que necesita mucho reposo para digerirla”. Y acabar su crítica con una sentencia: “¿es bueno analizar lo que conmueve?”.