#BienalSevilla16 José Mercé ofrece un recital de flamenco con partitura clásica

El cantaor se acompaña de Tomatito, Pepe Habichuela y Alfredo Lagos en el cierre de la Bienal de Flamenco de Sevilla

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#BienalSevilla16 José Mercé y su Antología del cante flamenco_Foto: Archivo Bienal

Como si de una antología del cante se tratara, José Mercé fue desgranando uno a uno los palos del flamenco, en el cierre de la Bienal de Sevilla 2016 y acompañado por las guitarras de Tomatito, Pepe Habichuela y Alfonso Lagos.

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#BienalSevilla16 José Mercé y su Antología del cante flamenco_Foto: Archivo Bienal

No sé quién dudaba de que José Mercé fuera a cantar flamenco y solo flamenco, nosotros que lo hemos visto una y mil veces en festivales (como en el último Potaje de Utrera) en los que no deja dudas de su sabiduría y su linaje. Es cierto que hay artistas que se han acercado a otras músicas y que han experimentado con distintas fórmulas… y José Mercé es uno de ellos. José Mercé lleva décadas experimentando el arte de vender discos a mansalva. El arte de mantenerse en el top de las listas de ventas de discos, manteniendo un encuentro permanente entre el flamenco y la industria discográfica, que no debe de ser fácil.

Eso no quiere decir que el artista jerezano no haya sido capaz de cerrar una Bienal de Flamenco de forma digna e interpretando más de diez palos del flamenco, unos más cercanos a su forma y otros en los que se sintió más incómodo, pero todos con su impronta gitana y sus conocimientos del cante flamenco.

El espectáculo para nuestro gusto quedó deslucido, precisamente, por ese afán recopilatorio, que le quitó impronta personal al recital. Es verdad que la personalidad de las guitarras y el compás del grupo de jaleos animó un poco la escena, pero para un directo el formato se parecía demasiado a un catálogo de cantes. Mucho clasicismo en las formas y en las letras.

Después de abrir el recital bajo el haz de luz blanca y cantando por tonás, le acompañó Tomatito por tarantos y, con los palmeros, por bulerías por soleá. Se fue a buscar la flor que amaba por malagueñas y acompañado de Pepe Habichuela, que también le tocó en unas desafortunadas granaínas. Este guitarrista de Granada le acompañó en dos de los mejores cantes que entonó José Mercé, la soleá (“pena no tengo ninguna”) y la seguiriya que Mercé personaliza en su hijo Curro porque no hay dolor más grande que el de perder a tu hijo (“dejádmelo ver”). Por fin, el guitarrista Alfredo Lagos se lució por fandangos, magníficamente interpretados por Mercé arrimándose a la personalidad de los grandes como El Gloria y Manuel Torre; y por tangos, donde el cantaor se siente cómodo.

Sale de nuevo Tomatito a acompañar a Mercé por alegrías, con sones de Sanlúcar de Barrameda; y finalizan las tres guitarras juntas por bulerías, donde José Mercé abandona el micrófono y se hace su pataíta para deleite del público. José Mercé se ha empeñado en grabar una antología del cante flamenco, no sabemos si este disco también irá al top ten de ventas o, paradójicamente, será incapaz de competir con el confit de fuá y el resto de éxitos del cantaor jerezano.