#BienalSevilla16 La historia de la Escuela de Arte de Emilio Caracafé contiene grandes dosis de humanidad

La película Alalá, de Mercedes Malvárez, nos cuenta un relato de esperanza con el flamenco como principal protagonista

Definitivamente hay que ir al Polígono Sur. Nosotros estuvimos allí, en la proyección de la película Alalá en el Centro Cívico El Esqueleto, y lo que encontramos fue una gente orgullosa de su barrio, con esperanza en un futuro mejor y con mucha alegría, eso no nos cabe la menor duda, mucha alegría (alalá, en caló).

Hay que ir al Polígono Sur para desmontar sus mitos, como dice Pastora Filigrana en un magnífico artículo publicado en la revista digital El Topo Tabernario. Los mitos de la violencia, de la peligrosidad y de la fiesta continua. Ir al Polígono Sur, entre otras cosas, porque ese barrio de viviendas protegidas fue creado en los años 70 para realojar a familias que venían de otras zonas de Sevilla y que tuvieron que reinventarse, en una barriada cercada y aislada por el tren y otras rondas de circunvalación que suponen verdaderas fronteras con el resto de la ciudad de Sevilla.

Como bien dice Filigrana, el resultado de esta política fue: “una heterogeneidad de familias con un alto número de personas en situación de pobreza”. Y el resultado en el centro de Sevilla y los barrios históricos: “la desaparición total de la pobreza y el chabolismo”. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra. O dicho de otra manera, la responsabilidad social de la situación del Polígono Sur recae en toda la ciudad de Sevilla.

Y esa realidad social es la que nos cuenta la película Alalá, a través de la historia de una Escuela de Arte creada por la Fundación Alalá, que aprovecha todo un patrimonio que poseen muchas de las familias que viven en el Polígono Sur de Sevilla, que son las familias gitanas procedentes en su mayoría del barrio de Triana, y que entienden el flamenco como una manera de vida y de expresión que en la película emociona, precisamente por las condiciones injustas de estos niños de Las Tres Mil Viviendas, con menos oportunidades de salir adelante que los niños del resto de la ciudad.

La película Alalá, dirigida por Remedios Malvárez, consigue captar ese espíritu de superación que reina en la Escuela de Arte y en el resto de la comunidad. Dirigida por el artista Emilio Caracafé, muy querido entre los vecinos de Polígono Sur, la guitarra sirve para hilar situaciones cotidianas del barrio con la visita de artistas de renombre como Pastora Galván, La Tremendita, Raimundo Amador o Arcángel.

Se dan momentos de enorme carga emotiva y de gran humanidad. “La vida de Caracafé me ha regalado esta película y su arte es la banda sonora de Alalá”, dijo al directora en la presentación. Son escenas imborrables, el arte innato de los niños y niñas con sus profesores, Pechuguita, La Toromba y el Dr Kelly; el age de dos señoras hablando de sus peripecias cotidianas; y el encuentro entre Caracafé y Raimundo, que se llaman entre ellos “los contrarios” ya que Caracafé sustituyó a Raimundo en Pata Negra. También la diversidad y la solidaridad en el barrio queda reflejada en la película con enorme sensibilidad.

Fuimos al Polígono Sur a la presentación de la película Alalá, con sus propios protagonistas sentados entre el público, y nos encontramos un barrio con esperanza de futuro, unas madres responsables con sus hijos y una experiencia única de supervivencia y participación social, como es la Escuela de Arte encabezada por la labor indispensable de Emilio Caracafé. La alegría se desbordó al final de la película, los vecinso del barrio aplaudían a ritmo de rumba. Salimos del Centro Cívico El Esqueleto emocionados, atravesamos el Polígono Sur despacio y la película seguía pasando tras las ventanillas de nuestro vehículo.

#BienalSevilla16 #ElFlamencoestáencualquierparte Melisa Calero en el barrio de La Barzola de Sevilla

La bailaora cordobesa hace una interpretación personal e imaginaria de la figura de Carmen Amaya

Flamenco

#BienalSevilla16 Melisa Calero en el Barrio de La Barzola

El flamenco está en cualquier parte y la Bienal de Sevilla está llevando a los barrios de la periferia una serie de espectáculos de forma gratuita y al aire libre, como debe de ser. Que bastante dinero público se gasta un festival como la Bienal de Flamenco de Sevilla como para quedarse en una minoría de la población.

Da gusto como van sacando sillas los vecinos y vecinas del barrio de La Barzola de Sevilla, de todas las edades y diversidades. La bailaora cordobesa Melisa Calero hizo una interpretación muy subjetiva de la figura de Carmen Amaya. Junto a ella, la compositora y bajista Mir Blib. En la plaza Virgen del Pilar se fue echando la noche mientras la figura de Carmen Amaya iba tomando personalidad a partir de una pequeña historia de niños jugando y gracias a la capacidad de Melisa Melero de construir un personaje con el movimiento de su cuerpo.

En la asesoría coreográfica, Chloé Brûlé y en la asesoría escénica, David Montero.

Aquí un álbum de fotos de la actuación en el programa “El flamenco está en cualquier parte” en el barrio de La Barzola:

#BienalSevilla16 Dorantes y la música de los gitanos del otro lado del Mediterráneo

El pianista invitó a su casa a tres músicos turcos con infinitas zonas comunes con el flamenco más ancestral

La música de los gitanos que vinieron en caravana del otro lado del Mediterráneo. David Peña Dorantes invitó al Taksim Trío a compartir con él uno de los espectáculos de la Bienal de Flamenco de Sevilla, “Gitanos de Mediterráneo“, encontrando infinidad de zonas comunes con el flamenco que interpreta el músico lebrijano al piano.

Lo más emotivo, rozando lo increíble, el tema que interpretaba María Fernández “La Perrata”, abuela de David, en los momentos más íntimos de las fiestas familiares, y que tarareaban todos en su casa. Una “Caravana de Gitanos” con arreglos de David Peña al piano e interpretada con enorme sensibilidad por el trío turco con instrumentos puramente otomanos como son la baglama, el kanun y el duduk con sonidos del lejano oriente.

Los propios instrumentos musicales nos hablan también del origen de los pueblos. El baglama turco, que también existe en Grecia e Irán, y que toca con maestría Ismail Tunçbilek, se extendió por los Balcanes y Armenia donde adquirió los trastes que ahora conocemos en la mandolina y el laúd. Precisamente en Armenia nace el duduk, el instrumento de viento que nos traía Hüsnü Selendirici junto al clarinete y que le puso voz a los cantes de “La Perrata”. Y por último el kanun de Aytaç Dogan, un instrumento de oriente medio que yo diría que podría ser el origen de nuestra guitarra y que interactuó de forma continua con el piano de Dorantes.

Hubo un pueblo con enormes cualidades musicales que se encargó de extender estos instrumentos y esta música desde el Oriente Próximo hasta Grecia, los Balcanes y, después por toda Europa hasta llegar a la baja Andalucía, por una y otra orilla del Mediterráneo. Vamos, que si los gitanos hubieran ido abriendo libros de registro por los lugares por los que iban pasando, yo diría que estos músicos turcos son primitos hermanos de David Peña Dorantes.

Flamenco

#BienalSevilla16 Dorantes y Taksim Trío en los Reales Alcázares

El primer tema lo interpreta David con su inseparable Javi Ruibal en la batería, una seguiriya que pretende situarnos en la Bienal de Flamenco pese a la perplejidad que nos produce de entrada la muralla y la  maravillosa fachada árabe de los Reales Alcázares de Sevilla. El segundo tema lo toca en exclusiva el Taksim Trío, para trasladarnos al otro lado del Mediterráneo a través de sonidos orientales y la voz de Ismail Tunçbilek. Por fin el público posicionado, entre un lado y otro de este Mediterráneo, el de la cultura, el del entendimiento; no el de las dos orillas, no el de las fronteras y los muros.

En los tientos-tangos empiezan a mezclarse las dos culturas y empieza a saberse que todo es una misma forma de expresión. Aquí es donde el piano de David y el kanun de Aytaç se sobreentienden. Javier Ruibal, situado justo enmedio del escenario, recoje las cuerdas y los vientos de uno y otro lado, para devolverlos a compás.

Hemos destacado ya la maravilla de “Caravana de Gitanos” y pasamos increscendo a los tarantos con el piano de Dorantes y a las bulerías que ayuda a meter Javi Ruibal. A los turcos les toca gozar y admirar, y yo no sé cómo no hacen palmas por bulerías. El siguiente tema es para el Taksim Trío, “Gozum-Kukagim”, y le toca a los occidentales gozar con la música más oriental.

Para terminar con una composición de Dorantes “MedGea” que bien podría darle música a una cumbre mediterránea, pero no de mandamases, sino de la gente que vive a uno y otro lado del mar grande, por verdiales y por fin de fiesta, porque el público aplaudió para dos bises entusiasmado. Uno de los bises fue un regalo en clave de exclusiva, porque el trío turco llevará en su próximo disco el “Orobroy” de Dorantes, versionado para esos tres instrumentos que no se nos salen de la cabeza y que nos trasladan a caminos y lugares lejanos.