“El Lebrijano es la banda sonora de mi casa desde que yo nací”

Pedro María Peña, sobrino de Juan Peña, guitarrista y director del espectáculo que clausura la Bienal de Flamenco de Sevilla

Bienal de Sevilla 2014

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014_El Lebrijano y Pedro María Peña

Pedro María Peña tenía una preocupación, como director, a la hora de elegir el repertorio de la Gala de Clausura de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Una gala de reconocimiento a la figura de Juan Peña “El Lebrijano”. Al sobrino de Juan Peña le preocupaba que por recordar a El Lebrijano del pasado, no estuviera presente El Lebrijano actual: “si nos hubiéramos centrado en recordar el pasado, no estaría el Lebrijano del presente que tiene mucho que contar”.

El Lebrijano del pasado, del pasado lejano y del pasado más reciente, todos lo conocemos. La figura cantaora que ha cosechado más éxitos de público de la historia del flamenco. Un cantaor clásico, de raíz, que ha arriesgado siempre y que ha editado en forma de disco auténticas joyas de arte, imprescindibles para los amantes del flamenco. “El Lebrijano es la banda sonora de mi casa desde que yo nací”, nos cuenta el director del espectáculo “El cante se escribe con L”, como se ha llamado a la Gala de Clausura de la Bienal.

Pero ¿quién es El Lebrijano del presente? “El maestro”, nos contesta Pedro María Peña, que además de dirigir el espectáculo es una de las guitarras que acompañarán a Juan Peña en el cante. Sin dudarlo: “el maestro, la única leyenda viva que nos queda, el transmisor del pasado glorioso del flamenco de verdad”.

Bienal de Flamenco 2014

Ensayo de la Gala de Clausura de la Bienal, con Juan Peña El Lebrijano. FOTO: Juan San Juan.

Han sido muchos meses de trabajo y ensayos, no solo con el artista principal, sino con todos los artistas invitados, “que se han puesto a disposición del espectáculo con mucho cariño”, nos recalca Pedro M. Peña. Ya lo hemos dicho en estas páginas: Inés Bacán, Tomás de Perrate, José Valencia, Juan José Amador, Carmen Ledesma y un largo etcétera, “todos comparten cantes o escenas, comparten interpretaciones, pero teniendo su sitio propio”. En esta Gala tendremos también al David Peña Dorantes más flamenco, el más pegado a su familia.

Juan Peña El Lebrijano ha dado una rueda de prensa junto al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Como no hemos podido estar, nos servimos de las fotos de la Bienal de Sevilla y reproducimos las palabras del artista, tal y como nos la han hecho llegar:

“En la rueda de prensa de presentación de su espectáculo, Juan Peña “El Lebrijano” se ha definido como un hombre hecho a sí mismo. “En mi vida profesional siempre me he marcado retos y algunas veces estos me han superado. He tenido momentos de altos y bajos, de luces y sombras, pero soy un artista y por eso respondo”, ha señalado.

Además, ha reconocido que enfrentarse a la Gala de Clausura le da miedo y que “con 73 años” se siente “como un niño chico”. “Intentaré hacerlo lo mejor posible, porque además estaré rodeado de magníficos artistas y esto es un reto más en mi carrera; la Bienal siempre lo es”, ha asegurado.

El DIRECTO de José Valencia deja huella en la Bienal de Flamenco de Sevilla

Un concierto con un trabajo previo a conciencia y la bendita memoria de la tradición cantaora de Lebrija

José Valencia empezó pregonando en la feria de Mairena o de Bormujos y a los dos minutos ya tenía al público en el bolsillo y to el pescao vendío, los cacahuetes, los merengues y cualquier cosa que hubiera llevado en la cesta de su memoria y de su capacidad poderosa de manejar el cante a su antojo.

El cantaor lebrijano asumió el reto del Directo en la Bienal de Flamenco de Sevilla y triunfó, sabiendo que hace dos años había dejado el listón muy alto en el Espacio Santa Clara y que en el Lope de Vega no le quedaba más que mejorar.

Lo preparó a conciencia, teniendo en cuenta que iba a ser grabado el audio y la imagen, con una escenografía mínima que no molestaba, una fachada de una casa de Lebrija, una venta o una taberna, una gañanía con un juego de entradas y salidas que se completó con un par de mesas y varios taburetes que hicieron posible la creación de varias estampas flamencas sobre el escenario.

Los ensayos y la grabación encorsetaron al cantaor, que no dejó hueco a la improvisación; pero esto mismo le sirvió también a José Valencia para bordar con esmero un espectáculo que salió redondo. Unas guitarras impecables: Juan Requena lo acompaña como a un hermano, conociéndolo; y Manuel Parrilla lo provoca con el repiqueteo jerezano. Y unos palmeros, Bobote, Juan Diego Valencia y Manuel Valencia, a los que se le iban los pies, pero que supieron contenerse a base de profesión y tablas, y ceñirse a cambiar de compás cada vez que el “number one” se lo exigía.

¡Cómo cabe tanta memoria en un cantaor joven como es José Valencia! Es el misterio de Lebrija y de esta zona cantaora de la baja Andalucía. Los artistas llevan cantando desde que son niños, y sobre todo, han escuchado a los mayores que a su vez escucharon a sus mayores; es el misterio de la transmisión oral del cante y el milagro de la cultura gitana que se mantiene viva en este triángulo maravilloso de la margen izquierda del Guadalquivir.

José Valencia añade a su memoria su inquietud, su interés, el estudio de los clásicos. El cantaor lebrijano es un gran aficionado que conoce y distingue. José parte del conocimiento, para después cambiar a su antojo palos y tonalidades, sin destruir la esencia. Y hace lo que quiere, porque tiene una voz portentosa que se lo permite. Y porque nunca se sale de compás: “esta noche mando yo, mañanita mande quien quiera…”.

Fue un concierto dificultoso porque no dejó que el público reposara en sus asientos. La taquicardia empezó cuando pasó de las tonás a las bulerías sin avisar; cuando disfrutábamos de los fandangos por soleá, ya estábamos en el recuadro antiguo de la granaína.  Ya llegan los palmeros, que ocupan una de las mesas de la taberna y empiezan a hacer compás con los nudillos y José se incorpora a los golpes de la bulería por soleá.

Con su fiel Juan Requena por los aires de levante y cogiéndonos a todos con la respiración cortada, nos ofrece unas canciones por bulerías en las que el escenario se le queda pequeño, no de tamaño, sino que bien podría estar ocupando las tablas del Odeón de París…. Yo a estas alturas no sabía ya dónde me encontraba. Y para sincerarme conmigo misma, me encantó cómo mecía su voz en los tangos con su guitarra de Juan, que lo introdujo con un toque de categoría. Después con Parrilla parece que iba a por la seguiriya pero no, la seguiriya faltó, eran unas livianas pero a mí me pareció que nos acercábamos a Cádiz. Lo que sí nos devolvió a la gañanía de donde partimos fueron las bulerías arromanzás, en las que José Valencia se pasea por su casa. Resultado, un pedazo de concierto y a comprarse el disco.

Ahora lo tenemos en el Maestranza con Juan Peña El Lebrijano. Hará suyas las palabras de Dios a un gitano y revolverá las bienaventuranzas a su estilo, ahora que puede. Ahora que ya ha demostrado que puede. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Sigue estudiando, sigue arriesgándote, José, porque nuestra recompensa será grande en el firmamento flamenco.

 

Álbum del Público_DIRECTO de José Valencia en la Bienal

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA

LA NOCHE DE JOSÉ VALENCIA

Publicamos en esta entrada el álbum del público. Muchos lebrijanos fueron a apoyar al cantaor en su Directo:

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