Al calor de la fragua de Daniel Salguero

La Choza de Juaniquín de El Cuervo se despide con una convivencia entre todos los organizadores y participantes

Artistas, organizadores y participantes despedían el V Ciclo de La Choza de Juaniquín con una convivencia entre amigos. Este festival, que se celebra cada año en El Cuervo, conserva aún la frescura de los festivales nuevos, la inocencia podríamos decir, o la sencillez, de los que empiezan y ponen en él su trabajo y sus anhelos.

El festival crecerá, porque han acertado. El Ateneo Arbonaida recupera la figura del cantaor Juaniquín a la vez que reivindica el cante jondo con todas sus consecuencias y filosofía de vida, y a la vez que sitúa a El Cuervo en la geografía privilegiada del cante flamenco. Crecerá, decimos, pero ojalá no abandone ese ambiente de amistad generoso que desprenden sus integrantes. En la convivencia, celebrada en la antigua fragua del lebrijano Daniel Salguero, estuvieron presentes los artistas José Olmo y Juanelo, además del guitarrista de Las Cabezas, El Lirio; así como otros familiares de Juaniquín y los miembros organizadores del Ateneo Arbonaida. El propio Daniel Salguero, cantando pos soleá, agradecía como los viejos gitanos tanta concurrencia en su casa.

Las fotos revelan esa convivencia y camaradería, quedando el cante como vehículo de expresión, siempre por encima de todas las cosas.

 

Flamenco

Clausura LA CHOZA DE JUANIQUÍN 2017_La Fragua de Daniel Salguero


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Clausura LA CHOZA DE JUANIQUÍN 2017_La Fragua de Daniel Salguero

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Clausura LA CHOZA DE JUANIQUÍN 2017_La Fragua de Daniel Salguero

EL COMPÁS QUE NOS GUÍA: El mundo de la cultura se reúne en torno a Juan Peña en el primer aniversario de su muerte

La familia de El Lebrijano organiza una misa en San Francisco y descubre una placa en su casa natal de la Silera, 56

El mundo de la cultura se dió cita, de nuevo, en torno al artista Juan Peña El Lebrijano. El cantaor, el músico, ha sabido siempre agrupar alrededor de su figura a un variopinto grupo de personas que tienen en común el amor a la cultura andaluza gitana y al flamenco. Esta vez, el motivo de la reunión era el recuerdo a Juan Peña Fernández, cuando se cumple un año de su fallecimiento el 13 de julio del pasado 2016.

Los actos han estado organizados con mucho cariño por su familia más cercana, especialmente sus hijos Juan (con su mujer Chiqui Macías en la logística) y Ana Belén Peña. En primer lugar una misa de difuntos en San Francisco, y despúes el descubrimiento de una placa que quedará para la historia flamenca de Lebrija en la fachada de su casa natal en la Silera, 56.

Una homilía especialmente dedicada a Juan Peña como cantaor y como persona: “rescató la musicalidad y la dignidad de los que sufren”, dijo el pastor, “pidamos al Señor que su cante no se acabe nunca”. Porque como se dijo en repetidas ocasiones en el acto, Juan es eterno a través de su música.

El acto de colocación de la placa fue especialmente emotivo, sencillo y con una frescura que se agradece en estos momentos flamencos de Lebrija. Las personas se congregaron ante la fachada de la casa que lo vió nacer y donde se vivieron “las risas primeras al nacer”, como dijo su hermano Pedro Peña Fernández, especialmente conmovido y rememorando un poema de Elio Antonio al que Juan Peña tenía pensado poner música: “Lebrija fue la cuna que meció mi sueño”, dijo en otro de esos versos.

A la familia Peña, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, primos (entre otros Inés y Juan Bacán), su compañera Pilar Soto y amigos, se unieron un gran número de personas que sería muy difícil enumerar, pues se encontraban entre el público aportando de manera anónima su amor por el músico y sus palmas a compás. Personas responsables o que han ejercido alguna responsabilidad en la administración pública, como el director del Instituto de Cultura Gitana del Ministerio de Educación, Diego Fernández, o el profesor que ha sido consejero de Cultura en la Junta, Juan Manuel Suárez Japón; representantes de todos los partidos del pleno municipal de Lebrija, así como otras instituciones lebrijanas como la Peña Flamenca o la Hermandad de El Rocío.

Artistas como José de la Tomasa y Antonio Carrión y de otras artes como el pintor Fernando Bravo o el productor Jesús Bola; otros artistas de su equipo como el violinista Faiçal, acompañado por su familia, o el cantaor Sergio Aguilera que interpretó ante la placa conmemorativa y junto a dos guitarras compañeras el “Dame la libertad” que Juan Peña ha convertido en un verdadero himno andaluz y gitano.

Las palabras de Diego Fernández, amigo y responsable de la institución que vela por la cultura gitana en España, fueron especialmente interesantes y merecen un artículo aparte. También la alcaldesa de Lebrija, María José Fernández, agradeció el acto a la familia en nombre del pueblo de Lebrija, y Juan Peña hijo remató diciendo que su padre le tenía especialmente cariño a su pueblo y pidiendo “que lo escuchéis y los interpretéis, que es el mayor homenaje que se le puede hacer a mi padre”. Ana Belén Peña, además de escribir un hermoso texto para su padre (leído por el crítico flamenco Manuel Martín Martín en la homilía) tuvo palabras de admiración a su padre al final del acto.

Pero la verdadera guinda al pastel la puso la banda de música de la Hdad de la Humildad de Lebrija, que interpretó con ritmo certero el “Dame la Libertad” de Juan Peña poniendo a todo el mundo a jalear y tocar las palmas en honor a nuestro músico más universal.

Rememorando las noches gitanas de Lebrija, en recuerdo a Pedro Bacán

Reunión bajo la luna llena, todo un preámbulo de lo que será el espectáculo Solera esta próxima Caracolá

La Asociación Pedro Bacán se reúne para evaluar lo andado hasta el momento y para proyectar lo más próximo: exposición dedicada a Pedro Bacán (inauguración el 29 de junio en Lebrija), su vida y su obra; y el espectáculo Solera para la noche del 21 de julio, todo ello en el entorno de la 52 Caracolá Lebrijana. Bajo la luna llena y en un cerro de la campiña lebrijana, se reúnen algunos de los cantaores aficionados de estas tierras que grabaron junto a Pedro Bacán Las noches gitanas de Lebrija, una serie de 4 discos que reúnen las voces de los mejores aficionados de una tierra privilegiada en el cante flamenco, en unos años también únicos que no volverán.

Así lo vivió Manuel Carrasco, que colabora para LebrijaFlamenca.com:

“Nos vinimos anoche con ganas de quedarnos, pero retendremos ese momento en la antesala del buen gusto.

Bajo la cálida noche del sábado y en un lugar de mi tierra (parecía que estábamos a hombros de Lebrija) ensombrecía la figura de un guitarrista bajo un olivo. Sonío de simiente a Bacán y figura calcomanía de su padre, Sebastián Bacán empezó a hacer compás por fiesta pero a golpe, sin levantar ruido, falsetas bajo la mirada de caliche picao de aficionados que saben pero duermen en silencio: de la hermanísina del genio, la propia Inés Bacán y aquellos aficionados que hacíamos la mesa tan apasionados como grande en su escuchar, así era aquello y así lo cuento.

Manuel Vargas “Feíto”, indudablemente lo lleva y lo arrastra en su compás y su baile, inigualable y un sexto sentido en el flamenco, con él empezó la fiesta. Y le cogió la vez uno de aquellos aficionados a los que Pedro Bacán buscaba continuamente, su guitarra le daba significado a lo que Manuel de la Costá soltaba en su bravía voz, en su quejío de gañanías. Afortunaos somos lo que hemos escuchao aquello que ha hecho en esta luna de sábado. “Ojú, a la tierra me lo llevo y no puedo explicárselo a nadie”.

Y lo de José Vargas”Kilito” es como siempre, sonaja a compás, se remete sea cual sea el tono de la guitarra, se la lleva a su cante y lo hace todo alegría, grande en todo.
Todo un preámbulo para lo que quieren formar en esta próxima Caracolá, los que estuvieron con el mismísimo Pedro Bacán, porque Pedro buscaba y encontraba estos momentos, estas reuniones y así sonaba su guitarra”.

Y por si este artículo os ha sabido a poco, os ofrecemos aquí unos minutos del cante de Manuel Vargas “Feíto” y Manuel de la Costá aquella noche de luna llena, acompañados del hijo de Pedro Bacán, Sebastián Bacán. Manuel de la Costá intervino en el primer álbum de Las Noches Gitanas de Lebrija, el titulado Fiesta: