La 50 Caracolá Lebrijana rinde homenaje a sus fundadores y a los artistas que compusieron el primer cartel

Un video documental introduce el espectáculo, con referencias a los primeros años en la organización del festival flamenco

Todos teníamos en la cabeza aquella noche del 9 de septiembre de 1966, en la que se celebró la I Caracolá Lebrijana en el cine España de verano, hace ya 50 años. Muchos aficionados más jóvenes podemos imaginar cómo el entusiasmo de los primeros fundadores salvó todos los obstáculos y cómo la calidad artística del cante, el toque y el baile autóctono de Lebrija pudo con los incovenientes.

Caracolá

Acto de conmemoración de la 50 Caracolá Lebrijana

La noche del pasado sábado 25 de julio, en la plaza del Hospitalillo, también la altura de nuestros artistas lebrijanos pudo con una conmemoración demasiado larga sobre el escenario. Porque no fue el espectáculo lo que alargó la Caracolá hasta cercanas las seis de la mañana, sino el doble homenaje sobre el escenario: uno a los artistas del primer cartel, y el segundo a los fundadores de nuestro festival flamenco, los dos muy numerosos en cuanto al número de homenajeados.

El espectáculo “Flamencos de Oro”, dirigido por Pedro María Peña y presentado por María Ruiz y Carmen Romero, comenzó con un buen video documental sobre los orígenes de la Caracolá. De la mano de los testimonios de Pedro Peña, Curro Sánchez, Curro Martínez e Isabel Mendaro, organizadores de los primeros encuentros, pudimos saber los problemas y el entusiasmo que llevó a un grupo de aficionados a organizar nuestro primer festival flamenco. Para Pedro Peña, “conseguimos nuestro principal objetivo, que el público participara en el alumbramiento e hiciera suya la Caracolá”.

Palabras y voz en off para el recuerdo de los principales artistas que han pasado por la Caracolá: Juan Peña “El Lebrijano” y Curro Malena, ambos ausentes por motivos de salud; y María Fernández la Perrata y Pedro Bacán, que en paz descansen. Continuas referencias al cante de Lebrija y a sus artistas, que representan al flamenco más auténtico: “el cante que nos gusta de verdad, el que pone los vellos de punta”, añade Pedro Peña, “el cante de los gitanos flamencos, que corre el riesgo de agachonarse” pero que en Lebrija supera su prueba de resistencia, como los 50 años de Caracolás.

El acto estuvo presidido por la alcaldesa de Lebrija, María José Fernández, y la delegada de Cultura, Tamara Carrasco. Los fundadores de la primera Caracolá, reunidos en torno a la figura de Pedro Peña, recibieron el Caracol de Oro: Antonio Gómez “El Piro” y en su nombre su hija Antonia Gómez; Vicente Peña, y en su nombre su hijo Antonio Peña; Bernardo Peña, y en su nombre su hija Tere Peña; Eusebio Mendaro, y en su nombre su mujer Isabel Trujillo; Benito Dorantes, Ramón Aumesquet, Curro Martínez, Francisco Carrasco “El Paula”, Curro Sánchez de CiclosRadio, y el propio Pedro Peña, que tuvo oportunidad para dirigirse al público.

Los artistas del primer cartel quizás hubieran tenido mejor homenaje en otro contexto, o bien en el día en que se colocó la placa en el antiguo cine España, placa en la que aparecen todos sus nombres, o en la Casa de la Cultura, donde se han celebrado numerosos actos previos al festival. A pesar de las dificultades derivadas por la edad y salud de los homenajeados, fue muy emotivo ver subidos en el escenario a Miguel Funi, la hija de Diego Vargas, el hijo de Curro Malena, Paqui Peña, el Niño de la Blanquita y Manolito Romero, además de Juan Peña el hijo de “El Lebrijano” que trasladó unas palabras muy emotivas de parte de “la leyenda viva del flamenco” desde su convalecencia en el hospital.

Caracolá

Acto de homenaje en la 50 CARACOLÁ LEBRIJANA

Juan Peña Cortés, acompañado de su hijo en el escenario, llamó a la unidad de las familias gitanas de Lebrija: “por separado no somos nada, pero unidos somos todos un puño” y trasladó palabras de gratitud de su padre “El Lebrijano” al pueblo de Lebrija: “besos de mi padre que se siente parte de este pueblo”.

Miguel Funi también tomó la palabra y defendió la autenticidad del flamenco. “Es muy importante sentir las cosas, hablar con el corazón, porque el cante es poesía”. José Vargas “El Viá” recogió su premio desde su butaca de manos de la alcaldesa, que se dirigió finalmente al público cuando el acto protocolario se hacía ya demasiado largo: “La Caracolá ha escrito con letras de oro su historia” y “esto es un acto de gratitud a sus fundadores y a la buena afición que hay en Lebrija”, teniendo palabras especiales para al Hermandad de los Gitanos y al Peña Flamenca “Pepe Montaraz” de Lebrija.

Como aseguraba Pedro Peña en el homenaje “a mí me gusta el cante de los que han vivido ya más de 50 años”, así que a la Caracolá Lebrijana le queda lo mejor de sí misma.

Las Bodas de Oro del festival flamenco de Lebrija

Crítica flamenca sobre el espectáculo “Flamencos de Oro” de la 50 Caracolá Lebrijana

Medio siglo de Caracolá, de momentos buenos y no tan buenos. Pero a dios gracias, la tenemos en sus Bodas de Oro.

Para el comienzo uno, de los padres de la criatura: Pedro Peña con su cante nos llevó a los tiempos pretéritos de cante. Cantó con gusto y templanza. A continuación seguimos en cante añejo, el Curro Vargas, que hay pocos cantaores como él y lo poco que se valora, nos encantó. Juana Vargas nos ofreció su arte. Todos estos artistas estaban encuadrados en un mismo grupo, lo finalizaba el bailaor José Luis Vidal “el Lebri”, demostrando su categoría en sus años por el mundo del baile. Nos es grato verlo, era compañero en sus inicios y nos congratulamos.

Otro de los veteranos es Pepe Montaraz. Parece increíble la voz que continúa teniendo, rayando sus tientos a gran altura pero más centrado por malagueñas. Ocupa el escenario uno de los que estuvieron en la primera edición, Miguel Funi, quedan muy pocos como él. Gustó mucho al público, se notó, nos encantó sus zambras caracoleras que las llevó a unas seguiriyas que él bailaba con su arte. En la bulerías siente el Funi, las respira y las echa fuera con las pinceladas de sus manos al aire y todo con una dolencia muscular. Así son lo genios.

Le releva una joven cantaora, Fernanda Carrasco. Comienza por seguiriyas terminando con el macho de la Piriñaca, continuando por bulerías de Lebrija. Toca el turno de Anabel Valencia, nos sorprendió su cante de inicio por bamberas, le dio su sello y su impronta, supo traerlo a su terreno. Con su siguiente cante nos atravesó con sus puñales, nos encojió la piel.

Toca el turno de la maestra del baile gitano de Lebrija, Concha Vargas. Las maneras y el gusto es digno de diosas. El compás de la bulería al golpe es suyo. El baile por seguiriyas con Jesús Flores muy bueno, pero para momento con el cante de su hija. Inés Bacán nos cautiva con su nana, gran momento también con Dorantes.

El pianista toma el escenario y entre él y el percusionista Javi Ruibal, la música fluye y el virtuosismo se huele. Momentazo de la noche con José Valencia y Dorantes haciendo un homenaje a Juan “el Grande”, Juan “el Lebrijano”. Las Bienanventuranzas serán recordadas en la plazoleta del Hospitalillo.

Ya José Valencia con la sonanta de Juan Requena hace seguiriyas de escalofríos y bulerías con la personalidad que atesora. Para finalizar fin de fiesta como antes, como debería ser siempre. Gran noche la vivida, recordó a las antiguas hasta en el horario finalización.