La Hermandad de los Gitanos de Lebrija recibe el CARACOL DE ORO en la #51Caracolá Lebrijana

El galardón reconoce la labor del Ecce-Homo en los más de 50 años de historia del festival

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#51Caracolá CARACOL DE ORO para la Hermandad de los Gitanos de Lebrija

El reconocimiento del pueblo de Lebrija a la Hermandad del Ecce-Homo por su labor en la organización y pervivencia del festival de flamenco de Lebrija. En la 51 edición de la Caracolá Lebrijana, la delegada de Cultura, Tamara Carrasco, ha entregado al Hermano Mayor de la Hermandad de los Gitanos, Juan José Vargas, el distintivo del CARACOL DE ORO tras medio siglo de historia de un festival que sitúa a Lebrija en el mapa internacional del flamenco.

 

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#51Caracolá CARACOL DE ORO para la Hermandad de los Gitanos de Lebrija

 

El Hermano Mayor Juan José Vargas reivindicó en el acto de entrega del Caracol de oro, el papel de la Hermandad en la organización de a Caracolá de Lebrija, que durante unos años fue directamente la organizadora y ha participado e su gestión hasta la actualidad.

Por su parte, a alcaldesa de Lebrija, María José Fernández, reconoció a la Hermandad como pieza fundamental en la organización de la Caracolá Lebrijana a lo largo de su historia, y nombró uno por uno a todos los Hermanos Mayores que han contribuido a que este festival no se pierda en el tiempo.

Dorates y Marina Heredia hacen llorar con sus Esencias a un público entregado

El concierto de Dorantes se convierte en el homenaje más emocionante al desaparecido Juan Peña “El Lebrijano”

Comenzó el concierto con una nana en la voz de Marina Heredia, parecía como si acariciase unas manos; al mismo tiempo que el piano abría las puertas del sueño. El jueves por la noche, todos los que asistimos al espectáculo de David Peña Dorantes y Marina Heredia pudimos dar una paseo por el interior de nuestros sentidos. Lo mismo nos paseamos por la Bahía de Cádiz, que con los bombos de Javi Ruibal nos invitaba a asomarnos al balcón del otro lado del Estrecho.

También paseamos por nuestro adentros, las luces del teatro entonan las retinas de nuestros ojos como en un atardecer, las notas de piano viajan por nuestro interior despejando el alma, absorbiendo cada melodía… En el momento que Marina rompe con una toná encadenando las esencias.

Todos y cada uno de los cantes terminaban con un largo y caluroso aplauso, como si en cada interpretación les diéramos un abrazo, y es que los sentimientos estaban a flor de piel. David se sienta y empiezan a sonar las Bienaventuranzas de Juan Peña “El Lebrijano”. No hizo falta que Marina saliera a cantarlas, se cantaban solas en silencio. A ritmo de tangos, en la voz de Marina llegaba la palabra de Dios a un gitano.

Marina abandona el escenario, momento en el que David comienza a hablar con Javi en el lenguaje que mejor se les da: la música, era como un mira, sígueme, toma, sube… invitándonos a bailar a sus sones. Marina vuelve al escenario con traje blanco. David Peña Dorantes y Javi Ruibal sonaban a mar, a brisa marinera y Marina arrancándose por fandangos. Sin previo aviso comienzan las primera notas del Orobroy, con los coros de Anabel Rivera y Jara Heredia. Creo que en ese momento las lágrimas ya estaban comenzando a inundar  los ojos. También hubo momentos para recordar a Lole y Manuel.

Aquí terminó el concierto y David Peña cogió el micrófono y se dispuso a hablar. Dijo que era un momento agridulce, que se encontraba entre algodones con Marina, pero que tan solo hacía unas semanas había estado en ese mismo escenario despidiendo a su tío Juan Peña “El Lebrijano” y anunció que iba a recordarlo con su música. Desde los primeros compases de Las Galeras, la esencia de Juan Peña “El Lebrijano” se hizo notar. Sea con la pluma de Félix Grande, sea la realidad de sus verso, sea la grandeza del espíritu de Juan, sea la fuerza de transmitir emociones de David, sea la emocionate interpretación de Marina. Pero el caso es que en la noche del jueves todos lloramos.

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Espectáculo Esencias de Marina Heredia y Dorantes en Lebrija 2016

 

#Maridaje flamenco La solera de los cantes de MARÍA TERREMOTO y de los vinos de Lebrija

Crítica flamenca del colaborador Juanichi Vargas: “Noche distinta aunque con muy buenas sensaciones”

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#Maridaje Recital de María Terremoto en el Patio de Ajudisle de Lebrija

Noche distinta pero con muy buenas sensaciones. La primera sensación al llegar al enclave íntimo y acojedor del Patio de Ajudisle. La segunda, escuchar a una niña de raza y saga que será un baluarte del cante gitano añejo. Sin historias raras que se hacen en la actualidad. También es grato mencionar al mantenedor de la velada: a Jesús González Palacios, muy afable y llevaderas sus palabras para explicarnos le esencia de sus caldos.

En lo artístico, que es lo que nos interesa, nos hizo un recital muy clásico, muy de su casa. De lo que nos congratula, que nunca se pierda la solera madre como los vinos allí presentados. Cantes realizados con fuerza y pellizco donde se aprecian sus gustos. Lógico, es decir, que algunos no tan trillados pero muy bien encaminados. Todo esto aliñado con la sonanta llena de compás y gitanería de Nono Jero. Tiene soniquete para que baile James Brown.