#BienalSevilla16 Dorantes y la música de los gitanos del otro lado del Mediterráneo

El pianista invitó a su casa a tres músicos turcos con infinitas zonas comunes con el flamenco más ancestral

La música de los gitanos que vinieron en caravana del otro lado del Mediterráneo. David Peña Dorantes invitó al Taksim Trío a compartir con él uno de los espectáculos de la Bienal de Flamenco de Sevilla, “Gitanos de Mediterráneo“, encontrando infinidad de zonas comunes con el flamenco que interpreta el músico lebrijano al piano.

Lo más emotivo, rozando lo increíble, el tema que interpretaba María Fernández “La Perrata”, abuela de David, en los momentos más íntimos de las fiestas familiares, y que tarareaban todos en su casa. Una “Caravana de Gitanos” con arreglos de David Peña al piano e interpretada con enorme sensibilidad por el trío turco con instrumentos puramente otomanos como son la baglama, el kanun y el duduk con sonidos del lejano oriente.

Los propios instrumentos musicales nos hablan también del origen de los pueblos. El baglama turco, que también existe en Grecia e Irán, y que toca con maestría Ismail Tunçbilek, se extendió por los Balcanes y Armenia donde adquirió los trastes que ahora conocemos en la mandolina y el laúd. Precisamente en Armenia nace el duduk, el instrumento de viento que nos traía Hüsnü Selendirici junto al clarinete y que le puso voz a los cantes de “La Perrata”. Y por último el kanun de Aytaç Dogan, un instrumento de oriente medio que yo diría que podría ser el origen de nuestra guitarra y que interactuó de forma continua con el piano de Dorantes.

Hubo un pueblo con enormes cualidades musicales que se encargó de extender estos instrumentos y esta música desde el Oriente Próximo hasta Grecia, los Balcanes y, después por toda Europa hasta llegar a la baja Andalucía, por una y otra orilla del Mediterráneo. Vamos, que si los gitanos hubieran ido abriendo libros de registro por los lugares por los que iban pasando, yo diría que estos músicos turcos son primitos hermanos de David Peña Dorantes.

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#BienalSevilla16 Dorantes y Taksim Trío en los Reales Alcázares

El primer tema lo interpreta David con su inseparable Javi Ruibal en la batería, una seguiriya que pretende situarnos en la Bienal de Flamenco pese a la perplejidad que nos produce de entrada la muralla y la  maravillosa fachada árabe de los Reales Alcázares de Sevilla. El segundo tema lo toca en exclusiva el Taksim Trío, para trasladarnos al otro lado del Mediterráneo a través de sonidos orientales y la voz de Ismail Tunçbilek. Por fin el público posicionado, entre un lado y otro de este Mediterráneo, el de la cultura, el del entendimiento; no el de las dos orillas, no el de las fronteras y los muros.

En los tientos-tangos empiezan a mezclarse las dos culturas y empieza a saberse que todo es una misma forma de expresión. Aquí es donde el piano de David y el kanun de Aytaç se sobreentienden. Javier Ruibal, situado justo enmedio del escenario, recoje las cuerdas y los vientos de uno y otro lado, para devolverlos a compás.

Hemos destacado ya la maravilla de “Caravana de Gitanos” y pasamos increscendo a los tarantos con el piano de Dorantes y a las bulerías que ayuda a meter Javi Ruibal. A los turcos les toca gozar y admirar, y yo no sé cómo no hacen palmas por bulerías. El siguiente tema es para el Taksim Trío, “Gozum-Kukagim”, y le toca a los occidentales gozar con la música más oriental.

Para terminar con una composición de Dorantes “MedGea” que bien podría darle música a una cumbre mediterránea, pero no de mandamases, sino de la gente que vive a uno y otro lado del mar grande, por verdiales y por fin de fiesta, porque el público aplaudió para dos bises entusiasmado. Uno de los bises fue un regalo en clave de exclusiva, porque el trío turco llevará en su próximo disco el “Orobroy” de Dorantes, versionado para esos tres instrumentos que no se nos salen de la cabeza y que nos trasladan a caminos y lugares lejanos.

Rycardo Moreno y su improvisación romaní llegan a la #BienalFlamenco16

El músico lebrijano lleva su propuesta #Varekai (En cualquier lugar) al festival internacional de flamenco

Rycardo Moreno se ha acompañado, para la presentación de Varekai en la Bienal de Flamenco de Sevilla, del guitarrista Yeray Cortés, que tiene un trabajo discográfico con Juan Debel como cantante llamado  Claro que te imaginaba (pincha en el título y podrás escucharlo). En la percusión tenemos a Poti Trujillo, con las palmas de Manuel Valencia y con la  colaboración al baile de Tomás Moreno.

El lugar elegido para el Varakai, la Iglesia de los Franceses, llevaba cerrado unos cuarenta años y la fórmula para abrir sus puertas ha sido a través de la Bienal de Flamenco de Sevilla, mezclando arte arquitetónico y flamenco.

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#BienalSevilla16 Rycardo Moreno en San Luis de los Franceses

 

Rycardo Moreno entiende el flamenco de una manera muy profunda y emocional. La seguiriya que le dedicó a su padre se la lleva a sus adentros transformado las notas, casi cantando, para expresar la profundidad de la seguiriya en su originalidad creativa. Con “El tango de los abrazos” envolvió al público de la Iglesia en un pequeño balanceo, bailando en las silla. Entre el público se encontraba la cantante Sandra Carrasco, pidiéndole que se subiera al escenario para cantar la famosa copla “Ojos verdes” con una voz dulce y melosa en el compás de bulerías al ritmo de la guitarra de Rycardo.

También se sumó al concierto Josué Ronquío, que entre ellos se llaman hermanos pero que a mi entender son dos almas gemelas. Se subió para interpretrar “La soledad de los perseguidos”. Este tema tiene su origen en la soleá que canta Juan Peña El Lebrijano en el disco que lleva por título “Cuando Lebrijano canta se moja el agua” con letra de Gabriel García Márquez, en el que colabora Rycardo Moreno a sus 26 años. Cuando estos dos mostruos se juntan en un escenario da igual que hayas escuchado el mismo tema, siempre le dan una vuelta de tuerca porque depende del momento, la interpretación varía debido a que dejan fluir sus instintos.

Rycardo es músico pero ante todo gitano y desde chico como matriarca del cante fue su abuela Pepa La Cartuja y cuando iban todos a comer a su casa siempre ocurría que se empezaba a cantar y a bailar. Y con esa añoranza invita a su tío Tomás Moreno a bailar por bulerías recordando aquel tiempo. Tomás fluye con las bulerías de Rycardo interpretando cada nota con un baile genuino y gitano sin pase de academias, imaginando e improvisando el movimiento. Y por supuesto, no podemos dejar de hablar de la ”Improvisación Romaní”  donde Rycardo con Josué hacen un intercambio entre ellos magistral al igual que Poti Trujillo en la percusión y Manuel Valencia a las palmas.

Noche de cante grande en la Bienal de Flamenco de Sevilla

José Valencia se acuerda de El Lebrijano interpretando todos los temas del disco “De Sevilla a Cádiz” grabado en 1969

Noche de cante grande. Como dicen los carteles de las primeras caracolás de Lebrija. Supongo que el público de estos festivales históricos se iría para su casa igual que nos fuimos anoche los del Teatro Lope de Vega, en esta #BienalSevilla16: con la sensación de haber vivido algo único, una noche que hará historia en el devenir del flamenco.

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#BienalSevilla16 Espectáculo “De Sevilla a Cádiz” de José Valencia

El cantaor José Valencia se consagró como heredero del cante de Lebrija. Una forma de entender el cante que tiene que ver con la expresión de las familias cantaoras, la herencia y la sangre; el cante gitano que se resume en una seguiriya con ayes propios, en el compás de las bulerías por soleá, en los tientos que nacen en el dolor y remontan su alegría con ayuda de los coros.

Dos momentos nos recordaron con tristeza a Juan Peña. La pieza de violín que su amigo Faiçal Kourrich dedicaba al “maestro” y la ausencia dolorosa de Juan en una silla de enea vacía, iluminada de blanco sobre el escenario.  En el público toda la familia más cercana a Juan con la falta significativa de su su hijos Juan y Ana; las amistades del mundo de la cultura y los buenos aficionados de Lebrija y de Sevilla; las autoridades y representantes locales y de la capital y una gran expectación del mundo mediático con los principales críticos de cada cadena informativa.

El compás por romances se empezó a escuchar en la sala expectante del Teatro Lope de Vega y José Valencia puso a Lebrija en su sitio. “Una manera diferente de marcar el compás”, decía El Lebrijano, sabiendo que muchos no lo entenderían. Anoche en la Bienal José Valencia lo dejó bien claro. Lebrija suena diferente sin necesidad de inventar fórmulas mágicas. El flamenco de Lebrija tiene su sitio guardado en el cielo y, a tenor de lo vivido anoche, en el número 1 del pódium del flamenco sobre la tierra.

Ahora que estamos hablando de compás vamos a nombrar a los palmeros, los lebrijanos Manuel Valencia y Juan Diego Valencia. José Valencia se acompañó de dos guitarras con las que se siente cómodo, las de Juan Requena y Manuel Parrilla que también lo acompañan en su disco Directo. La estampa del cantaor con Pastora Galván, con baile de las antiguas, tumbó ya al público nada más empezar el espectáculo.

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#BienalSevilla16 Espectáculo “De Sevilla a Cádiz” de José Valencia

Lebrijano cantaba por soleá con un canasto lleno de flores entre los brazos. José Valencia fue desgranando sus letras una a una y doliéndose en el cante señero: “Decirme a mí que te olvide, es predicar en el desierto, machacar el hierro frío, querer hablar con los muertos”. Uno de los temas que más me llegaron fueron los tientos – tangos, donde José Valencia bordó al maestro en el compás de los desplantes.

Donde más se acercó el espectáculo a Cádiz fue en el baile por alegrías de Pastora Galván, única sobre el escenario, dueña de su figura. Camaleónica, cambió de traje sobre el escenario, mientras de nuevo sonaban las cuerdas del violín de Faiçal Kourrich. En los coros, Sergio Aguilera, Amparo Lagares y Inma la Carbonera.

Donde más le supo la boca a sangre a José Valencia fue en la seguiriya, entregándose más si cabe en honor al patriarca del cante gitano. Sin embargo, fue en la soleá por bulerías donde reconocí el cante gitano de Lebrija y donde adiviné una seña de identidad que ya no tiene pérdida en el panorama universal del flamenco. Las bulerías son de José Valencia, que se mueve sobre el escenario y dibuja el aire con maestría propia.

No sabemos hasta qué punto el maestro Juan Peña había dejado ideada su dirección sobre el espectáculo. No sabemos hasta qué punto ha intervenido su creatividad sobre la escena. Solo sabemos con seguridad que su sobrino Pedro María Peña ha recogido la dirección artística con acierto y un gusto exquisito, dando prioridad a la música sobre el sentimentalismo. José Valencia terminó su tributo con un martinete, agarrado a la silla de enea, conectando con el cielo a través del haz de luz blanco.

De Sevilla a Cádiz… primita mía de mi alma, yo me quedo en Lebrija.

Nos quedamos con las fotos de la gran ovación:

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#BienalSevilla16 Espectáculo “De Sevilla a Cádiz” de José Valencia

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#BienalSevilla16 Espectáculo “De Sevilla a Cádiz” de José Valencia