Manuel Monje se enfrenta hoy sábado a un nuevo desafío en Tierra de Talento

El niño Manuel Monje visita la casa de sus abuelos José Vargas El Viá y Juana Soto en Lebrija

Hoy sábado en el programa de Tierra de Talento hay un finalista con tan solo 10 años, de Jerez de la Frontera, con caliches de Santiago pero con recorrido de otros barrios entre los Monjes y los Vargas, los Soto y García…

Como nos dijo en la entrevista: “¡yo soy de Lebrija también!” y su bisabuelo el galeote del baile lebrijano, José Vargas El Viá, rilao al escuchar esa frase.

Manuel Monje tiene un nuevo desafío. A él no le importa ganar ni perder porque eso no entra en su juego. Porque se siente ganador solo con estar en el programa y derramar su solera y enseñar su duende en cada actuación. ¡Pero hay que desafiar al talento de Canal Sur Manuel!, ¡¡olé tu tierra y la mía que también es la tuya !! y como decía Curro Malena: “que más da ser de Lebrija o Jerez si somos de las mismas esparragueras”.

Es un niño tan sui generis y distinto a los demás como la mismísima Rosa María del genio de la Isla. Su alma suena a viejo con aroma de noches de corinto del Pica, a Paula su semblante o a la divinidad de Juan Moneo…

Esta noche frente a las estrellas más talentosas de la televisión, nuestro Manuel Monje. Porque aunque sea jerezano por tres cuartas partes tiene una que es de nuestra tierra. Una parte muy cabal, de su tatarabuelo Juan Pique, su bisabuelo El Viá, su abuela María, tiene la prueba definitiva para que su estrella se haga más pública. Porque de brillar no, porque ya brilla este niño sin premios ninguno. Porque su portento y su pureza lo lleva dentro para poder subir algún día en el caballo grande del flamenco. Manuel Monje es la sal de la tierra, como cantaba el mismísimo Lebrijano. Suerte a la familia y Lebrija es también su cuna:

Pa Lebrija va el niño Manuel cantando,
¡¡porque su abuelo Viá y su abuela la Sota lo están esperando!!

La sangre de los Malena se derramó en la primera noche de Caracolá

La noche acogió un gran elenco de artistas de todas las generaciones con María del Mar Moreno como artista invitada

Se abrieron los cortinajes de la 56 Caracolá Lebrijana con la fragua, el yunque y el martillo de una de las casas cantaoras de nuestra villa alfarera y marismeña: la casa de Los Malenas. No estuvieron todos, pero son casi todos los que quedan, y con el nuevo escaparate maleno de Saira y Malena, la nueva generación.

Luis del Pancere presentó un proyecto flamenco con la colaboración especial de Antonio de la Malena de Jerez y su gente, con la enciclopedia romí de Diego Vargas, el largo recorrido de Mateo Soleá y la presencia especial de la bailaora María Del Mar Moreno, aquella de velo enlutao y de tantos soníos negros.

Como decía Curro Malena, que más decir gítanos de Lebrija y de Jerez, o de Jerez y de Lebrija, si somos de la misma esparraguera … pues se unió la simbiosis jerezana y lebrijana y en la noche del viernes se derramó “de sangre malena “.

Pasaban las manillas del reloj de las 10 de la noche y el cortinaje caracoleño lebrijano se abrió y le dio luz de luna a la puesta en escena de gañanías y cortijos por fiesta a compás pausado entre los hombres, ataviados de sombreros de paja, camisas de cuadros y con fondo de fotos de campo.

Se empezó a pisar por los cristales rotos del cante los Malenas, había que empezar a interpretar para transmitir a los que llenamos el teatro dentro de la seguridad Covid.
El cesto de Mairena que tantos remedios dio para todos los males se derramó en el Juan Bernabé, porque Malenas y Mairena vienen enraizados en el sello, bamberas, soleá, seguirillas, tangos, bulerías…, con una duración que supuestamente era de hora y media y al final se tardó una hora más de espectáculo. Noche malenísima al completo, dada la inspiración que se desbocó y se pasó media hora del sábado .

Algo oculto había en esas paredes de ese elenco que se presentó, alguna tragedia había en esa última habitación de los cantaores y nos apuñaló… de Los hermanos del mismísimo Curro Malena (José e Isabel Carrasco) , tres guitarras con un escaparate de nueva generación, palmeros con muchas heridas abiertas de tanto acompañar a cantaores o guitarristas, Mateo y Diego, Saira y Malena y, sobre todo, Antonio y la musa de su cante que es María Del Mar Moreno. La sorpresa fue una niña cuya meta desde muy pequeña es bailar y bailar, y si su grito de su sangre le atrapa lo conseguirá: Paula Vargas, nieta/sobrina de Curro Malena y nieta de Farrirri.

Pero hubo un momento de muchos, como ver la foto del Pancere, de Antonio, padre de Luis Carrasco, de Curro Malena, de la chacha Malena, de Manuel la Costá… pero ver al cantaor que duerme en lo celestial como es Curro Vargas (Muro Anav liberar si Romipen), su cante y su nombre es gitanidad, nos revivió de las cenizas de no estar con su foto de fondo y se creó un hueco con una tenue luz con su eco viajero que durante la noche no se apagó.

“De sangre Malena” me puso el pie en el estribo para meterme en los caminos más oscuros del cante, toque y baile en la primera noche caracolera 2021.

Reportaje fotográfico DE SANGRE MALENA

Se trilló el cante gitano en la Peña Flamenca de Trebujena

Trebujena celebra su Certamen Flamenco en La Trilla 2021 con Lela Soto al cante y Antonio Malena hijo a la guitarra

Flamenco

CERTAMEN FLAMENCO EN LA TRILLA 2021_Lela Soto y Antonio Malena hijo

Aunque parezca mentira, que no se pueda creer, en la noche del pasado sábado en la Peña Flamenca “La Trilla” de Trebujena hizo frío escuchando el recital de la niña cantaora de Vicente Soto. Corría esa brisa fresca de los mares de Cai y el tiriti tiriti tandoooo de Camarón lo tarareaba mi silencio por momentos ¡¡viva Cai y sus mares!!

Me fui a “La Trilla” flamenca a uno de su recitales de verano, que durante cuatro fines de semana estará sonando el martillo y el yunque de las diferentes fraguas que han pasado y que quedan por pasar, en el cante, el toque y el baile. El próximo sábado 19 de junio acaba con Rubito Hijo y la guitarra de Paco Cortez.

Antes de todo felicitar a la Junta Directiva de la Peña por las actividades, organización y trabajo que hacen que este hábitat de pureza sea referente para el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de Andalucía. ¡¡Felicidades a estos ortodoxos trilleros!!

Eran las 9:15 más o menos cuando el patio de albero se llenó y otra vez más porque la semana pasada igualmente tuvo el lleno. Salióde blanco nácar como de una hada se tratara cuyo brillo se lo dio la bonita luna fría con su resplandor. Lela Soto Ortega con la guitarra de Antonio Malena hijo (aires lebrijanos) y sus dos escuderos de compás para completar ese marco tan flamenco que la Peña le había fraguado.

Esta mujer paseando por el puente de la madurez nos deleitó con ocho palos de cante en dos partes, algunos de ellos acordándose de los que dejaron huella y dándole su grito de sangre rebuscado en esa agua errante de donde reviene.

Lela lleva enredado en su garganta el duende, cuando se astilla teje ese espacio infinito del escenario con la interpretación y el lenguaje verbal hacia los asistentes y lo deja todo fundido encima de las tablas marcando su territorio gitano sin frontera.

La hija cantaora de la bailaora Luisa Ortega comenzó por malagueñas de Antonio Chacón y Enrique El Mellizo, soleá por bulerías dedicadas a su abuelo Sordera, compaginó por seguirillas de Paco la Luz y acabó la primera parte por tientos tangos, alegrando la blandura fría de la noche.

Después en la segunda parte comenzó por bamberas, hubo un apagón de luz pero ella, como las grandes artistas, con su desparpajo y sus recursos supo ponerles las mayúsculas al cante. Continuó paseando por la bahía por alegrías, llamó al fandango y puso su broche por bulerías.

Yo siempre digo que hay que saber llenar el escenario cuando te subes, que el escenario no te sumerge, y esta mujer de los sorderas, hija del mismísimo Vicente lo sabe llenar, aunque los gustos de cada aficionado son respetables y todo suma. Se trilló el cante gitano de la Lela en la Peña Flamenca de Trebujena.