Sobre Araceli Pardal

Periodista. Vivo en Lebrija.

Los alumnos de guitarra de la Escuela Municipal de Música homenajean a PACO DE LUCÍA

El espectáculo, de gran envergadura, abre la semana flamenca previa a la CARACOLÁ LEBRIJANA

El fin de curso de guitarra de la ESCUELA MUNICIPAL DE MÚSICA Y DANZA DE LEBRIJA estará dedicado al desaparecido guitarrista y maestro de maestros, Paco de Lucía. Los alumnos y alumnas, con el profesor Benito Velázquez a la cabeza, rinden así homenaje a alguien a quien admiran, con un espectáculo de gran envergadura.

Guitarra flamenca.

Fin de curso de guitarra de la ESCUELA MUNICIPAL DE MÚSICA Y DANZA

Se juntan en el escenario más de 80 alumnos de todas las edades de guitarra de la Casa de la Cultura. Y hay este año una veitena de personas, artistas y técnicos, que colaboran con el espectáculo. Desde los niveles menores, en los que emociona cómo los pequeños ya puntean con decisión, hasta los jóvenes más adelantados; y este año, los más mayores con el número “la guitarra no tiene edad”.

Como artistas invitados cantan en e espectáculo Luis Malena, que ya colabora con la Escuela Municipal durante todo el año; y el joven Antonio Cabezas Carrasco, que canta por Camarón temas de Paco de Lucía y de Canelita.

En ese video, Antonio C. Carrasco ensaya su tema en los camerinos del Teatro Municipal “Juan Bernabé”. El espectáculo será el viernes 18 de julio, a las 10 de la noche. precio. 3 euros.

Pedro de Miguel: salvaguardia del flamenco a título póstumo

“Su voz perdurará como una mañana o una tarde o como el eco de esta Yerbabuena que ahora le ofrecemos”

Lo contó Tomás de Perrate sobre las tablas del festival flamenco de La Yerbabuena, visiblemente emocionado: “Yo estoy aquí gracias a Miguel Acal”. Efectivamente, gracias a Miguel Acal, Pedro de Miguel, Pedro  y Juan Peña, Paco Cotto, Juan B. Britto y un puñado de verdaderos amigos comienza una era que ahora cumple 50 años y que llega hasta nuestros días en el siglo XXI en el que nos encontramos.

Tomás cuenta que él estaba siempre junto a su padre Perrate de Utrera. Pero no porque se pensara dedicar a cantar, sino porque asistía y ayudaba a su padre que estaba en una sillita de ruedas. Tuvo que escucharlo Miguel Acal en una fiesta flamenca improvisada para valorarlo en su justa medida: “un diamante en bruto”. Cuando Tomás (no tan niño, ya de adulto) leyó estas palabras en el Sevilla Información, se planteó cantar de cara al público y ganarse la vida entre las primeras figuras del flamenco.

En la foto central, Tomás de Perrate junto a la viuda de Miguel Acal en La Yerbabuena. Las otras dos fotos, durante su actuación en el festival de Las Cabezas:

Pedro de Miguel, homenajeado a título póstumo por el festival flamenco que él mismo fundó, el festival flamenco de La Yerbabuena en su pueblo originario de Las Cabezas de San Juan, pertenecía a un grupo de amigos, de intelectuales y artistas, que dedicaron su vida a custodiar o salvaguardar el arte flamenco, fundando festivales y sirviendo de vehículo difusor, con el objetivo de dignificar el arte de estas tierras del Bajo Guadalquivir.

En las imágenes, cartel anunciador de la XXIII edición de La Yerbabuena pintado por el amigo Juan B. Britto en especial para la ocasión. Fotografía de Pedro de Miguel:

Otro amigo, José Ignacio Primo de Zamora, se deshizo en elogios a “una excelente persona, amigo de sus amigos, humilde, sencillo, hombre de bien” dedicadas al distinguido Pedro de Miguel. Vivía y sentía el flamenco desde dentro, no supo otra cosa durante su vida que compartir. Se le recuerda como un filósofo, “con una deslumbrante personalidad”. Pedro de Miguel es “un soñador de ilusiones perdidas, buscador de quimeras en la soledad del campo” y entregado a su vocación verdadera: la amistad.

Pedro de Miguel tenía en su interior un misterioso mundo poético que lo llevó a valorar el flamenco en toda su dimensión. Buscaba la paz en su familia y en sus amigos. También paseando por el campo: “la voz de Pedro de Miguel perdurará como una mañana o una tarde o como el eco de esta Yerbabuena que ahora te ofrecemos”. Acto seguido, el alcalde de Las Cabezas, Francisco José Toajas, hizo entrega de la Yerbabuena de Plata a los hijos del homenajeado Pedro de Miguel.

Hay que hacer justicia a este Festival Flamenco de La Yerbabuena: aunque el hecho de que se celebre la XXIII edición puede confundir, el festival de Las Cabezas de San Juan fue fundado, como ya se ha dicho, por Pedro de Miguel, Juan B. Britto, Juan Peña “El Lebrijano”, Miguel Acal y otros amigos en el año 1969. Lo que pasa es que su celebración ha sido discuontinua, cambiando de lugar y de nombre y dejando, incluso, algún año en el que no se llegó a celebrar por motivos sociales y políticos de la época.

En este festival se rinde homenaje cada año a personas que han destacado por su lucha y su trabajo en torno al flamenco. Un homenaje emotivo y un cartel confeccionado con criterio y honestidad, así como su ubicación y el precio de la entrada, muy económico, han hecho que este festival encuentre su lugar entre los mejores planteados de Andalucía.

El piano de Dorantes y la voz de El Pele hacen gozar al público lebrijano en La Yerbabuena

El tamaño medio del festival de Las Cabezas de San Juan consigue la cercanía y la entrega de los artistas flamencos

¿Un festival de medio alcance? El Festival de La Yerbabuena de Las Cabezas de San Juan no necesita estar en primera línea de los históricos de la provincia de Sevilla. Ha dado con la fórmula o con el formato, como queramos llamarlo, y ese formato por honesto es, sencillamente, válido.

No es uno de los más antiguos, ni con más aforo de los pueblos flamencos de la baja Andalucía. No debe ser uno de los que manejen más presupuesto. Y sin embargo, desde su nacimiento guarda como un tesoro el respeto al arte flamenco. Quizás su tamaño medio en la Plaza del Santísimo Cristo de la Vera Cruz junto a la iglesia principal de Las Cabezas sea el motivo por el que los artistas suenan más cercanos, están más entregados y conectan mejor con un público igualmente apasionado.

Yerbabuena

Tomás de Perrate en LA YERBABUENA dedicada a PEDRO DE MIGUEL

El festival es fiel a una fórmula que tiene mucho que ver con la persona que en esta edición 2014 recibía la Yerbabuena de Plata a título póstumo: el fundador y salvaguarda del festival, Pedro de Miguel, que consiguió anoche juntar a un grupo numeroso de buenos amigos sentados en primera fila y dispuestos a recordarlo y honrarlo para siempre.

El artista local Manuel Cordero hizo una actuación más que digna para un abrir de boca, junto a la guitarra también local de Juan de Clemente. El utrerano Tomás de Perrate se hizo acompañar de la guitarra de Lebrija Antonio Malena, con una entrega que superó con creces a la de hace unos días en el festival propio de Utrera. Perrate, parece, juega más a gusto en campo ajeno. Y es que se sentía también honrado de colaborar en el homenaje a Pedro de Miguel y su grupo de amigos, entre los que se incluye el desaparecido crítico flamenco Miguel Acal.

La noche prometía, como se vió en la taquilla, a la que no paraban de llegar grupos de lebrijanos y lebrijanas. El pianista Dorantes y el cantaor cordobés Manuel Moreno El Pele colmaron las expectativas. Los dos artistas se gustan mutuamente. Dorantes jalea a El Pele durante la soleá y el cantaor para para darse tiempo y escuchar el piano.

La zambra primera de El Pele lo sitúa ya en el tiempo, un tiempo eterno, el de los clásicos que permanecen. La seguiriya o las seguiriyas que fue desgranando una tras otra, un ramillete de cantes todos iguales o todos diferentes, contenidos y rítmicos que lo acercaban a los grandes conciertos de estrellas en estadios olímpicos. Unos fandangos improvisados a petición del público. Y ahora la soleá, la que más hemos ensayado David y yo y en la que más nos gustamos, parecía decir el cantaor gustándose también a sí mismo.

Hay tiempo para dos solos de David Peña Dorantes con su inseparable Javi Ruibal. Orobroy se inventó para el piano y para un grupo de voces de niñas gitanas, pero hoy día no se concibe sin la percusión de Javi Ruibal que añade matices y nos transporta a países orientales más rítmicos. Fácilmente nos imaginamos a estos dos artistas en Sarajevo o de cualquier ciudad búlgara.

Yerbabuena

Manuel Moreno El Pele en LA YERBABUENA.

El grupo de lebrijanos a pie de escenario iba creciendo. Los jaleos iban a más: “ole tú, Pele”, “¡gitano!”. El Pele se da cuenta del arsenal de admiración que tenía a sus pies y corre por alegrías para entrar con Manolo Caracol por bulerías. Y cambia de tercio, al compás de Lebrija, para satisfacción de los aficionados, y mete letras de la Perrata en las mismas bulerías. La entrega es máxima y uno de los aficionados lebrijano le pide que termine por tonás. Unas tonás que El Pele le dedica a su compañero artístico David Peña Dorantes y así, pro extensión, honra a todos los aficionados lebrijanos allí presentes.