Sobre Araceli Pardal

Periodista. Vivo en Lebrija.

DAVID P. DORANTES presenta una propuesta musical para un mundo sin fronteras

Dorantes

UN MEDITERRÁNEO SIN MUROS_Dorantes

El músico lebrijano lleva el espectáculo “Un Mediterráneo sin muros!” al Festival Cervantino de México

Dorantes reúne a ocho músicos de diferentes países mediterráneos, cada uno de ellos con los instrumentos típicos de su país, en un proyecto cargado de intención. Se trata de contribuir al entendimiento entre los pueblos, y estos músicos, con el artista lebrijano a la cabeza, están convencidos de que a través de la música se puede.

Dorantes entiende la música, la cultura y la educación como un arma fundamental para que las personas se reconozcan y aprendan a relacionarse con otras culturas diferentes. Es por esto que participará, el próximo 24 de octubre, en el bloque temático dedicado a las Frontera(s) del Festival Cervantino de México, uno de los más prestigiosos de América Latina. Nos lo cuenta a LebrijaFlamenca.com en una entrevista en su casa, semanas antes de partir para México.

Dorantes

UN MEDITERRÁNEO SIN MUROS_David Peña Dorantes

David Peña toma conciencia así del mundo en el que vive. Un mundo en el que miles de seres humanos recorren continentes y desiertos, cruzan mares y ríos con el fin de encontrar un modo más humano de vivir. Y es precisamente en este mundo globalizado en el que aparecen, “de manera vergonzosa”, nuevas y cada vez más crueles barreras, el mundo de las fronteras y de los muros.

El último trabajo discográfico de Dorantes “Sin Muros!” así lo atestigua. Pero el artista indaga aún más en este espectáculo Un Mediterráneo sin muros! que ha producido a propuesta de este festival mexicano. David Peña Dorantes nos cuenta los problemas que le preocupan y señala “la situación en Siria y el paso del Estrecho en pateras” como situaciones violentas en el Mediterráneo que él tanto ama.

“Si hay un lugar donde este asunto de las fronteras se sale a diario de sus límites, es sin duda la ribera del Mediterráneo”, señala, “un mar entre todas las tierras, un mar que separa las regiones más deprimidas del Sur de las ricas potencias del Norte europeo”.

Dorantes y este grupo de músicos y amigos solidarios proponen un concierto donde al norma es la diversidad cultural, con la comunicación y la música como punto de encuentro. El espectáculo ofrece una oportunidad de ver el mundo desde la perspectiva del prójimo, del que es diferente. “Yo hago uso de la música”, cuenta David Peña, “para hablar de la coexistencia pacífica de los pueblos, del respeto entre los que son diferentes y del cumplimiento de los derechos humanos”.

Los músicos que participan en “Un Mediterráneo sin muros” son:
- ESPAÑA: David P. Dorantes, piano, música y dirección artística.
- MARRUECOS: Faiçal Kourrich, violín.
- TÚNEZ: Abir Nasraoui, voz.
- FRANCIA: Lionel Suárez, acordeón.
- GRECIA: Yannis Papaioannou, bouzoki y oud.
- EGIPTO: Hany Elbadry, ney.
- MARRUECOS: Youssef Bou Oud, percusiones.
- ESPAÑA: Francis Posé, contrabajo.
- ESPAÑA: Javi Ruibal, batería y percusiones.

Buen ambiente en la actuación de Anabel Valencia y Malena Chico en el Asador de Lebrija

La cantaora lebrijana dió un recital de cantes festeros rodeada de familiares y amigos

Anabel Valencia

ANABEL VALENCIA en El Asador de Lebrija

Fue una velada agradable. Siempre es buena ocasión para escuchar la voz gitana de Anabel Valencia, y más si el recital es cerca de casa. Ambiente acogedor, niños en primera fila, raciones de carne en todas las mesas y un recital que se caracterizó por su flamencura y sus aires festeros.

Anabel se hizo acompañar por la guitarra, cada vez más experimentada de Malena Chico, y la caja del percusionista Manuel Valencia.

Aquí algunso posados del público al finalizar la actuación:

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JUAN PEÑA EL LEBRIJANO clausura la Bienal de Flamenco con la dignidad de los viejos gitanos

Dorantes le ofreció por bulerías un mar encrespado a José Valencia donde lanzar sus Bienaventuranzas

Bienal de Sevilla 2014

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014_Juan Peña El Lebrijano

Mira que llevábamos ganas de escuchar el cante de galeras en vivo, después de tantos años de repaso de sus discos; teníamos ganas de remontarnos a la época de La Palabra de Dios a un Gitano, años en los que se nombraba a las cosas por su nombre y se cantaba sin atender a lo políticamente correcto; teníamos ganas, el público, que ocupaba las 1.800 localidades del Tearo Maestranza, de tocar las palmas al son de la música marroquí, sintiéndonos en tierra de nadie; y teníamos ganas de sentirnos de nuestra tierra y recordar los aires de la Perrata de boca de sus sucesores y familiares directos… Pero el espectáculo no hubiera sido el mismo sin la escena del Maestro, en la que Juan Peña se deja los machos para cantar por soleá y por seguiriya bajo el peso de su memoria.

Inés Bacán hizo honor a su familia y a su tierra, a medio camino entre Utrera y Lebrija, y cantó acompañada por la guitarra de Antonio Carrión unos romances que situaron el espectáculo en el origen de la trayectoria profesional de Juan Peña El Lebrijano. Tomás de Perrate cantó en el tono bajo que le marcó la guitarra de Ramón Amador las cantiñas de Pinini, compartiendo con Carmen Ledesma uno de los mejores momentos de baile de todo el espectáculo; dos artistas que se conocen bien en la intimidad de las fiestas familiares, las mismas en las que Juan Peña fue definiendo su cante y absorbiendo el de los demás.

Ésta es la escena que más nos sobrecoge. La escena del Maestro, en la que Juan Peña demuestra que su cante no tiene edad y que su eco es mucho más que una buena voz. Por soleá, acompañado por la guitarra de Pedro María Peña, recoge un catálogo de estilos y letras que vienen de lejos y ya han pasado a otras generaciones. Pero es en la seguiriya donde Juan lucha más consigo mismo, echa el cuerpo para atrás y renace en cada instante para rematar con la dignidad de los viejos maestros.

La transición de la parte más íntima a la de los grandes éxitos la hace David Peña Dorantes con su piano. No se pueden tocar con más cariño los tientos-tangos a su tío y con más compás las bulerías, ofreciéndole a José Valencia un mar encrespado donde lanzar sus Bienaventuranzas, en un reencuentro emotivo sobre el escenario del joven cantaor lebrijano con los Peña.

Bienal de Sevilla 2014

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014_Juan Peña El Lebrijano

Mención especial las voces de los coros, todas masculinas, de Juan Reina, Sergio Romero y Juan SanJuan. La identificación del espectáculo, bien pensado y dirigido por Pedro María Peña, con el pueblo de origen de Juan Peña, en imágenes de video y con la presencia permanente de una L gigante de Lebrijano y un perfil de su Lebrija natal.

Y una escena para rememorar Persecución, la obra magna de El Lebrijano, con el baile trepidante de El Carpeta y la voz melódica de Juan José Amador. Carmen Ledesma intenta entrar en escena, pero El Carpeta ocupa, demasiado tiempo para mi gusto, el centro del escenario. La voz de Félix Grande en off vuelve las cosas a su sitio, Juan Peña ocupa su silla y nos ofrece, al público emocionado, la muerte civil de los gitanos.

No podía faltar la voz árabe de Redduane Kourrich, que se mereció un ole certero de la sala e introdujo la escena de la música andalousí, con violín y percusión del país vecino. Juan Peña puso a Marruecos en el mapa, cuando a principios de los 80 grabó con la Orquesta de Tánger. Después de Lágrimas de Cera y a la altura de Dame la Libertad, el público estaba en pie palmeando por el recuerdo de otros tiempos y por el presente de un gran cantaor que ha definido un estilo y se ha atrevido con todo.

El fin de fiestas estaba pensado para que Diego Carrasco hubiera animado la parranda, con su estilo desenfadado y al compás de Jerez; pero El Lebrijano lleva la juventud en la sangre, se encontraba a gusto y, como si se encontrara en un ambiente más íntimo y familiar, se animó para el baile, rematando la fiesta con una pataíta magistral por bulerías.

Cuando el Lebrijano canta… el aire se hace libre, te vienen ecos de la Perrata, empieza a oler a suelo mojado de las marismas y, también… como decía Gabriel García Márquez, se moja el agua.

Fotografías cedidas por la Bienal de Flamenco de Sevilla: