La sangre de los Malena se derramó en la primera noche de Caracolá

La noche acogió un gran elenco de artistas de todas las generaciones con María del Mar Moreno como artista invitada

Se abrieron los cortinajes de la 56 Caracolá Lebrijana con la fragua, el yunque y el martillo de una de las casas cantaoras de nuestra villa alfarera y marismeña: la casa de Los Malenas. No estuvieron todos, pero son casi todos los que quedan, y con el nuevo escaparate maleno de Saira y Malena, la nueva generación.

Luis del Pancere presentó un proyecto flamenco con la colaboración especial de Antonio de la Malena de Jerez y su gente, con la enciclopedia romí de Diego Vargas, el largo recorrido de Mateo Soleá y la presencia especial de la bailaora María Del Mar Moreno, aquella de velo enlutao y de tantos soníos negros.

Como decía Curro Malena, que más decir gítanos de Lebrija y de Jerez, o de Jerez y de Lebrija, si somos de la misma esparraguera … pues se unió la simbiosis jerezana y lebrijana y en la noche del viernes se derramó “de sangre malena “.

Pasaban las manillas del reloj de las 10 de la noche y el cortinaje caracoleño lebrijano se abrió y le dio luz de luna a la puesta en escena de gañanías y cortijos por fiesta a compás pausado entre los hombres, ataviados de sombreros de paja, camisas de cuadros y con fondo de fotos de campo.

Se empezó a pisar por los cristales rotos del cante los Malenas, había que empezar a interpretar para transmitir a los que llenamos el teatro dentro de la seguridad Covid.
El cesto de Mairena que tantos remedios dio para todos los males se derramó en el Juan Bernabé, porque Malenas y Mairena vienen enraizados en el sello, bamberas, soleá, seguirillas, tangos, bulerías…, con una duración que supuestamente era de hora y media y al final se tardó una hora más de espectáculo. Noche malenísima al completo, dada la inspiración que se desbocó y se pasó media hora del sábado .

Algo oculto había en esas paredes de ese elenco que se presentó, alguna tragedia había en esa última habitación de los cantaores y nos apuñaló… de Los hermanos del mismísimo Curro Malena (José e Isabel Carrasco) , tres guitarras con un escaparate de nueva generación, palmeros con muchas heridas abiertas de tanto acompañar a cantaores o guitarristas, Mateo y Diego, Saira y Malena y, sobre todo, Antonio y la musa de su cante que es María Del Mar Moreno. La sorpresa fue una niña cuya meta desde muy pequeña es bailar y bailar, y si su grito de su sangre le atrapa lo conseguirá: Paula Vargas, nieta/sobrina de Curro Malena y nieta de Farrirri.

Pero hubo un momento de muchos, como ver la foto del Pancere, de Antonio, padre de Luis Carrasco, de Curro Malena, de la chacha Malena, de Manuel la Costá… pero ver al cantaor que duerme en lo celestial como es Curro Vargas (Muro Anav liberar si Romipen), su cante y su nombre es gitanidad, nos revivió de las cenizas de no estar con su foto de fondo y se creó un hueco con una tenue luz con su eco viajero que durante la noche no se apagó.

“De sangre Malena” me puso el pie en el estribo para meterme en los caminos más oscuros del cante, toque y baile en la primera noche caracolera 2021.

Reportaje fotográfico DE SANGRE MALENA

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